El Real Madrid tendrá que remontar en Vigo la diferencia de goles si quiere estar en las semifinales de la Copa del Rey. Después de estar 40 partidos sin perder, tras la derrota en Sevilla este fin de semana y la de hoy ante el Celta de Vigo, el equipo de Zinedine Zidane suma dos tropiezos consecutivos, algo que no le había pasado nunca desde que el técnico francés llegó al banquillo merengue.

Por su parte, el Celta de Berizzo hizo un partido muy serio y afronta la vuelta en Balaídos con una ventaja que le hace soñar con las semifinales del torneo. Iago Aspas fue el mejor del partido tras marcar el gol que abría al marcador y dar la asistencia de gol a Jonny que cerraba el partido en una noche muy fría en el Santiago Bernabéu.

Primera parte sin grandes ocasiones

El Real Madrid salió al partido dispuesto a alegrar a su afición tras la dolorosa derrota sufrida en los últimos minutos en el Pizjuán. Por su parte, el equipo vigués empezó bien ordenado defensivamente pero dispuesto a hacerle daño al Madrid en los contraataques.

El partido llegó al descanso sin goles después de 45 minutos en los que el Madrid apenas pudo crear peligro en la portería de Sergio. Tan solo algunas jugadas de Lucas Vázquez, que fue de lo mejor del partido, pusieron en aprieto a un Celta que estaba bien plantado en defensa. Ni Asensio, que estuvo desaparecido, ni un frustrado Cristiano que partió como único delantero centro sin Benzema y Morata en el once inicial fabricaron suficientes ocasiones como para ponerse por delante en el marcador.

La mejor ocasión de la primera parte la tuvo el Celta en manos de Aspas, que no estuvo acertado por la banda izquierda cuando Wass le pedía el esférico solo por el otro costado.

Un Madrid vulnerable defensivamente

El Celta creaba mucha más impresión de peligro cuando se asomaba a la puerta de Kiko Casilla. Durante todo el partido, el Real Madrid fue un equipo vulnerable y los vigueses lo aprovecharon contraatacando en numerosas ocasiones. Así, Bongonda y Wass le amargaron la vida a los laterales madridistas que sufrieron mucho durante el partido, sobre todo Danilo, que fue abucheado por el público cuando lo cambiaron.

En el minuto 19 de la segunda parte, una de estas contras celtiñas supuso el primer gol del partido, después de que Bongonda corriese la banda y le pusiese el balón al delantero de Moaña, que solo tuvo que rematar el esférico en el punto de penalti sin oposición madridista. El equipo vigués lograba un gol muy importante para el desarrollo de la eliminatoria.

Apenas cinco minutos después, fue Marcelo quien igualó el partido tras una volea preciosa que tocó en un rival para introducirse en el fondo de las mallas. Aunque parecía que el Madrid iba a apretar para llevarse el partido, en la jugada posterior al gol del Madrid, Aspas fijó a la defensa local para dejar solo a un Jonny que superó a Kiko Casilla con un disparo ajustado para poner por delante a su equipo.

Esta vez el Madrid no pudo remontar al final

Aunque tuvo ocasiones para hacerlo, sobre todo una en las botas de Benzema, quien mandó arriba el balón con toda la portería libre, el equipo dirigido por Zinedine Zidane no fue capaz de darle la vuelta al partido en los minutos finales, como había hecho hasta ahora varias veces en casa.

Así, la ventaja celtiña obliga al Real Madrid ha ganar en Balaídos por diferencia de dos goles para poder estar en el sorteo de semifinales de Copa del Rey, un título que no consigue el equipo merengue desde la temporada 2013-2014.