Ramos es un central diferente. Matador. Muchas veces actúa mejor de nueve que en su propia área, y eso se ve reflejado en las estadísticas goleadoras. Al camero le gusta asomarse a la portería rival en cuanto vislumbra la ocasión, y hasta en 50 ocasiones ha introducido el balón en el fondo de las mallas en La Liga. De falta, de chilena, de fuera del área, pero sobre todo, de cabeza. Remate certero y al corazón del arco. Gol.  El capitán blanco se convierte, después de la tarde de hoy, en el cuarto defensa más anotador de la historia del campeonato español. Tan solo le superan Koeman (67), Hierro (60) y Pirri (52). Asimismo, entra en el podio de los defensas más goleadores del Real Madrid, por detrás de Hierro, otra vez (127), y Roberto Carlos (66).

El andaluz se ha erigido esta temporada. Sus goles dramáticos (Sevilla, Deportivo o Barcelona), unidos a la actitud mostrada en el terreno de juego, han hecho del español un seguro para Zidane y el guardaespaldas perfecto para los Cristiano, Modric y compañía. Este año le están "respetando" las lesiones y eso se nota. Además, debido a la falta de pólvora en el ataque, y al ya mencionado anteriormente desempeño prolífico de Ramos en el área contraria, el "cuatro" merengue lleva ya la friolera de seis goles en liga esta campaña, superando a superclases como Benzema, Morata, Asensio, Isco, o Bale (este último lesionado desde noviembre).

Por último, y para redondear esa cifra redonda que logró en el día de ayer, Sergio consiguió su cuarto doblete goleador como profesional, después de los producidos ante Levante en 2008, San Marino en 2005, Bayern Munich en 2014, y este último ante el Málaga de Marcelo Romero. Con carácter, potencia y garra. Al capitán merengue le quedan muchos años más vistiendo el brazalete de los suyos, eso sin duda.