Después de unas semanas plagadas de partidos, el Real Madrid se ha encontrado con un "parón" inesperado. La eliminación de Copa ante el Celta en los cuartos de final y el partido suspendido de la propia visita a Balaídos la pasada jornada, se han convertido en un descanso necesario para la plantilla merengue, que no había comenzado el año tal y como esperaba. No obstante, la competición ya vuelve para el conjunto de Zinedine Zidane. El Sadar será el primer test de los blancos tras dos semanas de inactividad, por lo que el cansancio y la fatiga no serán excusas.

Es así como el entrenamiento rutinario de este jueves se llevó a cabo con ejercicios de control y pase y de posesión y presión, antes de dividirse en dos equipos para disputar varios partidillos en espacios reducidos. Por último, practicaron los centros y remates a portería. El balón ha vuelto a ser protagonista como en la mayoría de las sesiones desde que llegó el técnico francés.

Otra de las noticias a destacar fue la salida al césped de Gareth Bale. El extremo galés sigue con su proceso de recuperación después de esa lesión de tobillo que sufriría allá por el mes de noviembre, pero ya comienza a dar muestras de mejora y eso se nota. Compaginó el trabajo dentro del verde con el proceso de rehabilitación en las instalaciones. Al Real Madrid tan solo le queda recuperar al ex jugador del Tottenham Hotspurs para volver a disponer de todos los jugadores de la escuadra disponibles, algo que no lo ha conseguido habitualmente durante esta campaña, pues las lesiones han sido el mayor "quebradero de cabeza" de los blancos.

El próximo sábado a las 20:45 (19:45 en Canarias) reanudará su temporada el conjunto de Concha Espina ante el Osasuna, último clasificado de la Liga con 10 puntos y que no gana desde hace 13 jornadas. Eso sí, en el fútbol todo es posible, por lo que el líder de la clasificación no se puede confiar en su salida a Pamplona, e intentar solventar el encuentro lo antes posible.