Con 15 días de parón. Así viajó el Real Madrid a Pamplona para retomar la competición liguera, lo que puede considerarse un arma de doble filo. Por un lado, estas dos semanas sin disputar ningún partido han servido para recuperar el tono físico de algunos jugadores y que otros terminen de recuparse de diversos problemas físicos. Sin embargo, también puede verse desde otra perspectiva, pues tras un intenso mes de enero, el equipo ha visto cortado su ritmo de competición, un hándicap en un estadio que, pese a guardar algún gran recuerdo para el madridismo, en la mayoría de las ocasiones ha supuesto un dolor de cabeza para el club de Concha Espina.

Poco juego y muchas dudas

Sin saber muy bien si se debía a estos 15 días sin encuentro oficial, la realidad es que el conjunto entrenado por Zinedine Zidane saltó al césped navarro un tanto desorientado, una situación a la que cotribuyó la presión osasunista, que obligó a los blancos a abusar de los balones en largo. Tras los compases iniciales y cuando el Real Madrid comenzaba a sentirse más cómodo sobre el terreno de juego, llegó la gravísima lesión de Tano, que tras un choque fortuito con Isco se fracturó la tibia y el peroné, dejando una de las peores noticias de la jornada.

Zidane había apostado por una defensa de tres, con Marcelo y Danilo ejerciendo de carrileros, y el factor sorpresa que siempre aporta la subida de los laterales quedó completamente anulado. Modric, recién salido de una lesión, tampoco ofreció su mejor versión en el Reyno de Navarra, por lo que Isco y Benzema, muy participativos, quedaron como únicos salvavidas de un cuadro madridista que no lograba imponerse en el centro del campo y, además, sufría las acciones de un inspiradísimo Sergio León, que fue un quebradero de cabeza para la defensa del Real Madrid durante todo el partido.

Sergio León fue un constante quebradero de cabeza para la defensa blanca

En medio de la ingobernabilidad del encuentro, y cuando las sensaciones favorecían al conjunto local, apareció el primer zarpazo del líder de la competición, que a falta de juego echó mano de su pegada. Una buena jugada de los visitantes mejoró con un excelente pase de Benzema hacia Cristiano Ronaldo, que disparó con potencia y encontró el hueco por debajo de las piernas de Sirigu, consiguiendo el primer tanto del Real Madrid y otorgándole una ventaja que, por lo visto sobre el césped, podía ser determinante.

El gol precedió a los mejores momentos del Real Madrid, que dispuso de alguna clara ocasión para aumentar la ventaja y prácticamente sentenciar el encuentro. Sin embargo, ocurrió exactamente lo contrario. El hábil Sergio León encontró el espacio a la espalda de Danilo y, tras un pase de Fuentes, se plantó delante de Keylor Navas. El delantero de Osasuna definió a la perfección ante el costarricense, ejecutando una perfecta vaselina que llevó el empate al marcador y desató el delirio de la afición pamplonesa, que creía en lograr al menos un punto ante el vigente campeón de Europa.

Bendito infortunio

Los blancos continuaron algo desconcertados y sin inquietar a Sirigu, que fue prácticamente un espectador más durante el resto de la primera mitad. Tras la reanudación, se produjo una situación paradójica. Una lesión de un jugador del Real Madrid, en esta ocasión Danilo, terminó desencadenando el mejor tramo del cuadro de Zidane en todo el partido. Y es que el técnico francés decidió dar entrada a James Rodríguez en lugar del lateral brasileño, y cambió el sistema a un 4-4-2, situando a Isco más cerca de su posición natural, la mediapunta. Esta variación táctica terminó resultando clave para que el club de Concha Espina lograra tres puntos más y mantuviera su ventaja al frente de la clasificación.

El 4-4-2 permitió a los de Zidane controlar el encuentro

Con este sistema, el Real Madrid comenzó a controlar el centro del campo y a dominar el partido, con Isco y el colombiano moviéndose continuamente para favorecer la circulación de balón. Precisamente el malagueño sería el gran protagonista del segundo gol de los visitantes. Una acción individual de Benzema que no terminó de rematar dejó el balón suelto dentro del área, y ahí apareció el centrocampista andaluz para definir raso hacia el otro palo y volver a adelantar en el marcador a los blancos, que esta vez sí dieron la sensación de prácticamente asegurar los tres puntos.

A partir de ahí, los blancos sólo sufrieron en una ocasión, pero Keylor Navas respondió a la perfección a un disparo desde fuera del área del ataque osasunista. El Real Madrid saboreaba las mieles de la victoria, un triunfo que se certificó ya en el tiempo de descuento, cuando Lucas Vázquez se plantó ante el guardameta local y definió con una preciosa vaselina que llevó el definitivo 1-3 al marcador y, sobre todo, permitió solventar con más goles que juego la siempre costosa visita a Pamplona, más aún tras dos semanas sin disputar un partido oficial.