Echaba a rodar el cuero en el templo merengue. Ambiente de gala, con un Santiago Bernabéu volcado con su equipo tras la victoria en Champions ante el Nápoles. Se preparaba para la ocasión con un once renovado. Diego López y Kiko Casilla se intercambiaron los cromos en la portería. Además, Jose Antonio Reyes regresó al Estadio dónde pasó tardes de gloria allá por la temporada 2006-2007. 

Al Madrid le costó abrir el marcador

El comienzo estuvo marcado por un Espanyol convencido de que podía jugarle al Madrid de tú a tú. Ese silencio desconcertante de los primeros compases se vio interrumpido, como en cada encuentro, por la grada de animación con el cántico "Illa, Illa, Illa Juanito Maravilla" que reactivó al equipo. Cristiano probó posiciones. Se alternaba la punta de ataque con Morata constantemente para crear peligro desde diferentes lugares del campo. En una de ellas, desde la izquierda, Morata dejó tumbado al zaguero con dos recortes de fábula. Pero el portugués no se quedaría atrás. Minutos más tarde levantó a todo el Bernabéu con una espectacular cola de vaca con caño incluido sobre David López.

Aún pesaba en las piernas el partido del miércoles pero el Madrid no podía fallar. Comenzó a apoderarse del balón y a realizar posesiones largas con el objetivo de desgastar a los pupilos de Quique Sánchez Flores. De nuevo, otra combinación entre Cristiano y Morata se quedó a escasos centímetros de cuajar. Pero poco tardaría en llegar el gol. No podía ser otro que Álvaro Morata. Estaba siendo de los más activos, y el destino, acompañado del gran centro de Isco quiso que fuera Morata quién marcara el primer gol de la tarde. Llegaban al descanso con ventaja por la mínima pero desplegando un juego muy superior al de un Espanyol que no quiso disputarle la pelota al Madrid a raíz de los primeros diez minutos. 

El Real Madrid celebrando el gol de Morata/ FOTOGRAFÍA: Daniel Nieto (VAVEL)
El Real Madrid celebrando el gol de Morata/ FOTOGRAFÍA: Daniel Nieto (VAVEL)

El regreso de Bale

Nada más comenzar la segunda parte, tres meses después de su lesión, salía a calentar Gareth Bale. Los blancos regresaron al césped igual de enchufados que al finalizar los primeros cuarenta y cinco minutos. Todas las jugadas de ataque pasaban por las piernas de los jugadores del Real Madrid, en especial de las de Cristiano y Morata. A los quince minutos de la reanudación Zidane decidió mover ficha. Kovacic, que ya habría sufrido un golpe al principio del partido, salió por un Casemiro ovacionado. Pero el Bernabéu se reservó las fuerzas para el siguiente acontecimiento. A los veinticinco minutos se producía uno de los momentos más esperados de la tarde. Ya lo anunció Zidane en rueda de prensa, y así fue. Entraba coreado y con aplausos Gareth Bale por el goleador Álvaro Morata. El galés ocupó la banda izquierda dejando a Cristiano Ronaldo de delantero centro. Un relevo natural en cuanto a posiciones que parece esperarle al Madrid en los próximos años. Con este cambio táctico el cuadro vikingo seguía generando peligro sobre la portería de Diego López, pero le faltaba la recompensa del gol. Mientras el Espanyol esperaba replegado atrás en busca de una contra que le salvara los muebles. 

Gareth Bale reapareció firmando un golazo/ FOTOGRAFÍA: Daniel Nieto (VAVEL)
Gareth Bale reapareció firmando un golazo/ FOTOGRAFÍA: Daniel Nieto (VAVEL)

Un grande nunca vuelve pasando desapercibido. Una contra de libro, con un nuevo pase de Isco, culminaba con golazo de Bale. Conforme el 'Expreso de Cardiff' se acercaba a la portería perica más se hacía honor a la gran novela de Gabriel García Márquez: Crónica de una muerte anunciada. El gol estaba cantado en la mente de los aficionados del Real Madrid antes de que se produjera. Segundos más tarde aprovecharon con todas sus fuerzas para corear el nombre de la estrella que estuvo sin deslumbrar por culpa de una lesión tres meses. Con esta victoria el Madrid consolida su liderato en Liga: ya acumula cuatro victorias seguidas en la competición doméstica.