Cinco años han pasado desde la última vez. Fue en 2012 la última ocasión en la que el Real Madrid levantó el título de Liga. Con José Mourinho como entrenador, el equipo blanco ganó 'la Liga de los récords', logrando la impresionante cifra de 100 puntos en 38 encuentros y oficializando el campeonato dos jornadas antes de su conclusión. Cinco años, qué lejos parecía...

El 21 de mayo de 2017, el Real Madrid volvió a jugar para ganar la Liga. Ante el Málaga en la Rosaleda, en un partido muy calentado por la prensa nacional. No quedaba nadie en el país que no fuera bombardeado con falsos y tacaños avisos de que los de Míchel se iban a dejar perder. Al equipo blanco le servía un punto... y una vez iniciado el encuentro, fue a por los tres. Tanto fue así que en un abrir y cerrar de ojos ya mandaban en el marcador. Isco recupera un balón y lo convierte en una asistencia para Ronaldo, que no falla. Minuto y medio de partido y ya se podía rozar el trofeo con la yema de los dedos.

El gol llegó pronto, pero no la tranquilidad

A partir del tanto madridista, el Málaga adquirió el coraje necesario para ir a por la portería de Keylor sin ningún complejo. Fornals y Sandro lideraron el ataque andaluz y cerca estuvieron de poner las tablas en el marcador en más de una ocasión antes de llegar al descanso. El Real Madrid no necesitaba tener el balón para mostrar su superioridad: permitía que los locales manejasen la posesión lejos del área blanca y dirigía con rigor cuando controlaba el esférico. A pesar de ello, Keylor Navas tuvo que intervenir un par de veces de manera salvadora para evitar el gol malagueño, que nunca llegó. Los primeros 45 minutos se podrían resumir en una semitensa ida y venida de oportunidades para ambos bandos, en los que sólo Cristiano fue capaz de acertar. Cristiano en Málaga, Inui en Barcelona.

Comenzaba la segunda mitad y cada vez estaba más cerca. Jugadores, entrenadores e hinchada vivían lo que quedaba con una mezcla de tensión, intensidad y nervios. Cada minuto que pasaba era un minuto menos de una Liga competida desde el primero hasta el último partido, era un minuto menos para cantar el alirón y correr a visitar a la Diosa Cibeles con un trofeo que ya añoraba. Karim Benzema fue el autor del segundo gol, a la salida de un córner, en el 55. Y en fuera de juego. Qué pensarían los gurús que avecinaban la dejadez del Málaga cuando vieron a cinco jugadores rodear a de Burgos Bengoetxea por no señalar la posición antirreglamentaria, cuando observaron a Kameni y a Jony recibir cartulina amarilla, fruto de la desesperación. Todo ello mirando de reojo el esperpento culé, que intentaba doblegar a duras penas a un rebelde Eibar sin uno de sus mejores jugadores. No importa, estaba hecho. Casi hecho. Sólo faltaba paciencia y tranquilidad, lo más difícil en estos momentos.

Fue especialmente dura la última media hora, no sólo por los intentos de los boquerones de reducir la distancia en el marcador sino por la inclemencia del reloj, que no quería avanzar. La remontada local parecía más una quimera que posible realidad, por lo que no quedaba otra que esperar que las agujas dictaminaran el final. Oportunidades en un lado, oportunidades en el otro. Más para el Málaga, cierto. Que no se dejaba perder, lógico. Aunque algunos lo hubieran deseado, tan sólo para tener algo con lo que poder focalizar su impotencia contenida.

Final... y trofeo

92 minutos después del comienzo, llegó el final. Mejor dicho, 38 jornadas después. Todavía mejor, cinco años después. El Real Madrid volvía a erigirse como el equipo más regular de España. No el mejor, porque ya lo era. Zinedine Zidane ha convertido a la plantilla en un arma de matar continua, ha dotado al equipo de una línea excelente de forma que ha sabido mantener a pesar de los normales altibajos de la temporada. Ha pasado un lustro desde el último entrenador que consiguió motivar a los jugadores en todos y cada uno de los partidos de la campaña para lograr lo que ahora tú logras, Zizou. Muchas gracias, míster. A ti y a Cristiano, que con 32 años está protagonizando el mejor final de temporada de su carrera. También a nuestro capitán Ramos, por defender el escudo por encima de todo. A Marcelo, a Modric. A Kroos, a Keylor, a Nachito, a Rafa, a Carvi, a Danilo. a Casemiro, a Karim, a Álvaro, a Isco, a James. A todos. Por ganar la Liga, por competir honrando el escudo. Gracias y enhorabuena, pero no os olvidéis. Queda un partido. El más importante.