La expectativa no podía ser más alta, los nervios estaban a flor de piel, la ansiedad se sentía en abundancia, sentimientos propios de nada más y nada menos que de una final de Champions League, en este caso entre la Juventus y el Real Madrid.

Nervios de inicio

La Juve comenzó con la intención de demostrar que no se iban a quedar enganchados con su idea defensiva, querían demostrar que podía atacar y muy bien, sobre todo a un toque. Estaban superando al Madrid en manejo y posesión del balón. Comenzaron a llegar con peligro al arco de Keylor, en especial con un disparo de Pjianic en el minuto 6 que el arquero pudo atajar.

Después del primer cuarto de hora el Madrid cambió la tendencia del partido, ya manejaban un poco más el ataque, el balón ya lo movían Modric, Kroos e Isco pero no llegaban de manera clara. Eso fue hasta los 20 minutos cuando Kroos hizo una salida rápida desde campo propio, colaboró con Benzema que se la pasó a Cristiano, el portugués vio que Carvajal había picado en velocidad, por lo que se la paso, para que pocos segundos después el lateral le enviara una asistencia en forma de centro que CR7 transformó en el 0-1 del partido.

Cristiano puso al Madrid en la delantera. Foto: UEFA.com
Cristiano puso al Madrid en la delantera. Foto: UEFA.com

La banda de Marcelo era la más atacada por parte de la Juventus, Dani Alves encontraba espacios a la espalda de su compatriota, una vez avanzaban por ese costado Dybala, Pjanic y los delanteros intentaban vulnerar la defensa del Madrid, pero en el minuto 26 los italianos entraron fue por el costado de Dani Carvajal que ya mostraba que tendría un duelo mano a mano durante todo el partido con Mandzukic. Y fue, precisamente él, que tras una lucha por el balón en el área entre Higuaín y los centrales merengues, logró hacer un verdadero golazo de chilena que fue imposible para Keylor detener.

Mandzukic complicó al Madrid con su empate. Foto: UEFA.com
Mandzukic complicó al Madrid con su empate. Foto: UEFA.com

Tras el empate, al Real Madrid se le notó cierto grado de nerviosismo, entraron demasiado en la lucha de los balones, cometieron varias faltas y provocaron las amonestaciones de Ramos y Carvajal. El partido dejó de ser vistoso por un tiempo y se tornó interrumpido. La Juventus Se mostró mucha más sólida e intimidante en el primer tiempo que el Madrid, que no encontraba respuestas claras ni maneras de penetrar el último cuarto de cancha y disparar al arco de Buffon. Básicamente su única llegada de experiencia fue la que termino en el gol de Cristiano. Da esa manera se retiraron a los vestuarios para el descanso, una Juve conectada y un Real impotente.

Cambio de revoluciones 

En la segunda parte no parecía que las cosas fueran a cambiar demasiado, el Madrid tuvo su primer tiro de esquina a favor en el minuto 47 del partido, en el que no sucedió nada en especial. Desde el minuto 50 el Madrid, en bloque comenzó a empujar hacia delante, sus mediocampistas comenzaron a hacer lo que mejor saben, mover el balón de lado a lado, sus laterales se sintieron más sueltos y se aventuraron más al ataque. El dominio era blanco y el acecho al arco de Buffon ya fueron constantes.

Con esa supremacía y con la Juventus completamente retrasado en el campo, Casemiro se vistió de héroe, tras el rebote de un baló que estaba en el área, el brasileño logró cazar el esférico para patear potentemente de media distancia y con un pequeño roce en Khedira, Buffon no pudo hacer absolutamente nada para evitar el 1-2.

Casemiro, el héroe inesperado. Foto: UEFA.com
Casemiro, el héroe inesperado. Foto: UEFA.com

El Madrid no se quiso conformar con el segundo gol ya que sabían que era un resultado demasiado ajustado y tan solo tres minutos después en el 64 Modric, quien venía siendo el mejor de su equipo en la segunda parte, asistió de manera perfecta casi desde la última línea del campo a Cristiano que marcó el doblete y adelanto al Madrid 1-3.

Doblete en una noche mágica para el portugués. Foto: UEFA.com
Doblete en una noche mágica para el portugués. Foto: UEFA.com

La Juventus quiso reaccionar, aunque los golpes fueron muy fuertes, el nerviosismo ahora se veía por parte de los italianos, ya que comenzaron a hacer faltas sobre los merengues y recibieron varias amonestaciones. Buscaron respuestas con los ingresos de Cuadrado y Marchisio, pero el Madrid seguía mostrándose dominante y era claro que querían ampliar la diferencia para así encontrar algo tranquilidad en una final tan tensa.

En el minuto 77 Benzema se retiró del campo en medio de aplausos e ingresó en su lugar el local, Gareth Bale, que se recuperó de su lesión y tuvo la oportunidad de jugar en su casa. También en el 81 Isco se retiró con ovaciones de su afición tras su fantástico partido e ingresó Marco Asensio. Durante este tiempo la Juventus intentó reaccionar, pero no lo lograron, el Madrid siguió manejando los tiempos, el ritmo, el balón y las llegadas, con una oportunidad en la que Bale estuvo cerca de marcar.

Cuadrado fue expulsado en el minuto 84 por doble amarilla y los dirigidos por Zidane decidieron hacer uso al máximo de su posesión e intentar cerrar el partido sin sobresaltos. Ingresó Morata solo faltando dos minutos de juego en reemplazo de Morata y si se pensaba que el partido estaba ya terminado, todo el mundo estaba equivocado, ya que en el minuto 90 Cristiano tuvo un tiro libre que chocó contra la barrera y Marcelo capturó el rebote, que después de deshacerse del defensor de la Juve, asistió a Asensio que marcó el 1-4 definitivo.

Asensio cerró el partido de la mejor manera. Foto: UEFA.com
Asensio cerró el partido de la mejor manera. Foto: UEFA.com

Con el pitido final el equipo y su afición explotó de emoción, Cristiano cayó en sus rodillas inundado de emoción, tal como se sentían el resto de sus compañeros y madridistas alrededor del mundo. La Duodécima llegó tras un gran partido ante un fantástico rival, consiguiendo tres Copas de Europa en tan solo cuatro años y reafirmando que este es el mejor momento del Real Madrid en las últimas décadas. Cristiano Ronaldo se coronó como el goleador del torneo una vez más con 12 goles, el equipo logra ganar dos Champions League consecutivas, algo que nadie más ha podido hacer en este nuevo formato de competición y Zinedine Zidane ya suma su cuarta "orejona" como jugador, asistente y entrenador.

El Real Madrid se reafirmó como el más campeón de Europa, 12 copas en sus vitrinas, algo que nadie más puede presumir y que mantiene al club merengue en lo más alto de este deporte.