Las tres Champions League conseguidas en los últimos cuatro años por el Real Madrid han dado que hablar durante varios días. Ya se habla de un nuevo ciclo blanco rememorando al de su presidente de honor Francisco Gento.

¿Y ahora qué? Esa es la pregunta que se hacen muchos de los aficionados y el entorno del Real Madrid. Ahora el equipo tiene que descansar de la dura temporada que acaban de finalizar y tendrá que asimilar el valor que tiene la gesta conseguida.

Se habla de ciclo blanco, de la generación de Morata y compañía e incluso se compara al Madrid de Zidane con el Pep team del sextete. Nada más lejos de la realidad, el Real Madrid demostró en Cardiff que las estadísticas están para romperlas y las comparaciones nunca se deben hacer entre dos equipo o generaciones que han logrado asombrar a medio mundo.

Es tiempo de disfrutar de los logros del club blanco y valorar el trabajo de un grupo de amigos que se reúnen cada domingo en el Bernabéu para jugar al fútbol. Porque al final se trata de eso, de un simple juego donde acaba ganando el que mejor supo jugar sus cartas.

Zidane se toma un respiro empezando a barajar las cartas de la temporada que viene y consciente del reto que se le avecina, mantener al equipo con las mismas ganas de seguir sumando títulos y encandilar a una de las aficiones más exigentes de Europa, la que está acostumbrada a ver a su equipo levantar títulos.

En esas cartas se volverá a hablar de nombres como David de Gea, James o Morata, nada nuevo para unas fechas que son propicias al cambio de cromos para formar una nueva jugada que permita seguir soñando a Zidane y a su vez seguir haciendo soñar. La feli-Zidane ha llegado para quedarse.