Hace ya más de 13 años que Álvaro Arbeloa debutó con la camiseta del Real Madrid, después de pasar por las categorías inferiores del club. Durante su estancia, coincidió en el “Real Madrid Club de Fútbol B” con jugadores como Roberto Soldado, Álvaro Negredo, Rubén de la Red, Esteban Granero o Juan Mata, con los que consiguió ascender a Segunda División en la temporada 2004/2005.

Pero aquella política de cantera del Real Madrid queda ya muy lejos de la que conocemos actualmente y era el eterno rival, FC Barcelona, quien podía presumir de dar las oportunidades y el protagonismo a las jóvenes promesas. A Álvaro, como a muchos otros, le llegó el momento de partir del club de sus amores para así progresar en su carrera futbolística y en 2006 pasó a formar parte del Deportivo de la Coruña, a las órdenes de Joaquín Caparrós.

Desde Liverpool pronto se percataron de las condiciones de Álvaro, que se convirtió un fijo en la defensa gallega, y pasó a formar parte de los Reds a cambió de 4 millones de euros. “Todavía estoy en una nube y en estado de shock” afirmaba el lateral que pasó del Baby Depor al Spanish Liverpool. Pese a llegar a una final de UCL con el Liverpool, Arbeloa no consiguió hacerse con ningún trofeo a nivel de clubes durante los 3 años que estuvo en la ciudad inglesa.

No obstante, esto le sirvió para que Luis Aragonés, ex seleccionador español, se fijase en el defensa como un jugador a tener en cuenta de cara a la próxima Eurocopa que se disputaba en Austria y Suiza. La selección española se consagró en 2008 como campeona de Europa después de vencer por un gol a Alemania y Álvaro Arbeloa conseguía su primer trofeo como futbolista profesional.

La Eurocopa supuso para Álvaro un escaparate y en julio de 2009 pasó a formar parte nuevamente del club de su vida, el Real Madrid, por un total de 4 millones de euros. El lateral volvía a casa, más maduro y experimentado en el fútbol de máxima categoría. Pellegrini vio en el defensa una buena incorporación para la plantilla, que además se había reforzado con los fichajes de Cristiano Ronaldo, Kaká, Benzema, Negredo, Albiol, Garay y Granero.

En 2009, Arbeloa disputó la Copa Confederaciones, esta vez con Vicente del Bosque al mando, donde quedaron en tercer puesto. En “La Roja” se había convertido en parte del equipo habitual, alternando su posición de lateral izquierdo con Sergio Ramos. Fue por eso por lo que Del Bosque decidió volverlo a convocar para el Mundial de 2010 que se celebraba en Sudáfrica. Debutó contra Honduras, precisamente sustituyendo a su compañero de equipo Ramos. España consiguió llegar a la final contra Holanda. El resto es historia. Álvaro conseguía entrar en el selecto grupo de jugadores que habían conseguido un mundial.

Pero ahí no acabaría la cosa. Ya con la Eurocopa de Austria y Suiza y el Mundial de Sudáfrica a sus espaldas, Arbeloa fue participe de ganar una nueva Eurocopa en 2012, esta vez como titular, en Polonia y Ucrania consiguiendo un increíble triplete con la selección española. Finalmente, en 2014 el lateral decidió dejar la selección absoluta y se convirtió en el único jugador en ganar todas las eurocopas y mundiales a los que había asistido.

Sus éxitos y su mayor protagonismo en el equipo blanco vinieron con José Mourinho como entrenador en 2010/2011. Ya con Ramos asentado en la defensa, se hizo dueño del lateral derecho y conquistó su primer titulo en España el 20 de abril de 2011, la Copa del Rey, precisamente contra el máximo rival el FC Barcelona. En la siguiente temporada los hombre de Mourinho conquistaron “la Liga de los récords”, con 100 puntos y más de 100 goles anotados y ese mismo verano también se hicieron con el título de la Supercopa de España ganando nuevamente al FC Barcelona. Álvaro Arbeloa se convertía en ganador de todos los títulos posibles en España.

Con la ida de José Mourinho del Santiago Bernabéu y el retorno del canterano Dani Carvajal, su participación en el equipo titular se vio notablemente reducida. Pese a eso Arbeloa ejerció una función de capitán a la sombra y cosechó nuevos títulos: una segunda Copa del Rey en 2014 frente al FC Barcelona y la UEFA Champions League de 2014 y 2016, ambas ganadas frente al Atlético de Madrid.

Poco después de ganar la undécima, se anunció el fichaje de Arbeloa por el West Ham y un año más tarde, después de no cuajar en el conjunto londinense, el lateral decidió dar por finalizada su etapa como futbolista profesional. Sin duda alguna, puede presumir de tener un palmarés a la altura de muy pocos: dos Eurocopas, un Mundial, dos Champions League, una Liga, dos Copas del Rey, una Supercopa de España, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes de la FIFA.

Y no, Álvaro no fue el mejor lateral derecho que ha pasado por el club. Posiblemente ni se encuentre en el TOP 3. Pero desde el primer momento entendió lo que era el Real Madrid. Nunca antepuso sus intereses a los del club. Nunca exigió nada. Como ya dijo anteriormente “por mucho que tú hayas hecho por el club, es siempre superior lo que el club ha hecho por ti. Eso seguro”.

Aceptó que su momento en el mejor club del mundo había terminado y fue despedido por todo lo alto. Dani Carvajal, quien le quitó el puesto de titular, siempre afirmó que Álvaro fue uno de los jugadores que más le ayudaron a adaptarse al club y que con el que mejor relación tiene. Porque Arbeloa es así. Es un jugador que siempre quieres tener en tu equipo, porque además aporta otras cosas que no se reflejan en un terreno de juego.

Un gran sector del madridismo le consideraba el verdadero capitán, debido en parte al ser de los pocos jugadores que contestaba a las continuas burlas y ataques de Gerard Piqué al Real Madrid. Amor por el club, fidelidad y lealtad podría describir perfectamente lo que supuso Álvaro Arbeloa. Siempre fiel al míster y con una relación especialmente buena con el técnico que le hizo pieza fundamental en el club blanco: José Mourinho. El técnico luso definía a Arbeloa a la perfección: “en la historia de nuestro gigantesco club pasarán muchos de los mejores jugadores del mundo. Arbeloa no tiene ese perfil tan alto, pero es seguramente uno de los que ha dado al Real Madrid, a sus aficionados, a todos sus entrenadores y a todos sus compañeros todo lo que tenía y lo que no tenía”.

Así que como diría el mismo Álvaro “¿Os habéis divertido?”. Nosotros muchísimo. Ha sido todo un orgullo que hayas predicado el madridismo allí donde pisabas. Hasta pronto, Espartano. Y digo hasta pronto, porque con jugadores como tú me niego a decirles un adiós.