En el año 2008, un joven Pep Guardiola aterrizó en Can Barça. Su equipo, plagado de jugadores de la Masía, dominó Europa y maravilló con su excelso juego basado en la posesión. Fueron años felices, donde la cantera era el mayor orgullo y el incontrolable gasto de los demás equipos era motivo de mofa para los culés. Un presidente reelegido rompía el mercado, él complacía a adolescentes trabajadores. 

Casi una década después, la filosofía guardiolista se ha resquebrajado por completo. En el Memorial Stadium, Guardiola sacó un equipo en el que solo los titulares que habían llegado en el último año se valoraban en más de doscientos millones de euros. Una antítesis forjada a base de talonario.

Zinedine y Pep mostraron un respeto en el terreno de juego digno de una eliminatoria europea. La solidez táctica, desaparecida en otros partidos, volvió para ambos conjuntos durante todo el choque. Además, Danilo se cambió de camiseta y jugó con la morada citizen mientras que Bale volvió a galopar por su banda izquierda. Pero fue un malagueño el que encendió la emoción.

El Real Madrid comenzó sobrepasado por el habitual gusto del City de dominar el juego. Sin embargo, el Isco titular se propuso maravillar en las todas las cortas posesiones de su equipo. La defensa rival temblaba en cada control del hoy media punta, independientemente de la zona en la que el juego se disputara. Detalle a detalle Isco se ciñó en fabricar espacios en la extendida y cerrada defensa citizen, que hoy apostó por el novedoso sistema de tres defensas. 

Las típicas imprecisiones de pretemporada y la incapacidad de finalización obligaron a los dos equipos a resolver el partido en los últimos cuarenta y cinco minutos. En la reanudación, la cantera tuvo menos oportunidades en contraste con el anterior partido donde los jóvenes deslumbraron ante Mourinho. Sólo Casilla fue el único cambio en el descanso y los esperados sub 21 tendrían que ser pacientes para debutar. 

La reanudación dejó un sinfín de ocasiones para sendos lados. El partido se rompió y la balanza cayó del lado del Manchester. Tras una buena actuación de Keylor, la defensa escatimó en los últimos cuarenta y cinco minutos con la entrada de Kiko Casilla. El primer tanto Del City lo certificó: Otamendi remató bajo la atónita mirada de la defensa blanca en un balón rechazado. 

La solvencia demostrada en el primer tramo fue un espejismo. Siete minutos más tarde del tanto de Otamendi, Sterling se paseó para anotar El Segundo gol. Con una simple combinación entre Walker y De Bruyne, el ex jugador del Liverpool fusiló a Casilla con una tremenda facilidad. Zidane reaccionó y volvió a confiar en los más jóvenes para darle la vuelta a la situación.

Ceballos y Vallejo debutaron con el Real Madrid en un intento de neutralizar el acoso del rival. Los cambios no despejaron el desorden defensivo que se ha convertido en la asignatura pendiente tras esta nueva derrota. En concreto el balón parado. Stones remató, solo, ante la impasiva defensa. El Real Madrid no se encontró en la segunda parte y, con vistas a la Supercopa, deberá definir un once que le proporcione garantías. 

La facilidad con la que el Díaz fusiló a Casilla resume la goleada. La defensa no se molestó en cerrar espacios y sin apenas esfuerzo, el balón recorrió las redes de la portería blanca. Óscar dejó el detalle de la noche, con un zarpazo desde treinta metros de distancia que no sirvió para limpiar la imagen mostrada durante la noche. 

El próximo compromiso madridista será ante el Barcelona, que llega con un pleno de victorias ante Juventus y Manchester United. El Real Madrid, que ante el City se ha mostrado muy inferior en el aspecto físico, buscará conseguir el triunfo ante el eterno rival en un nuevo ensayo de Supercopa.