Marco Asensio es el cuarto jugador que consigue marcar en la ida y en la vuelta de la Supercopa de España contra el Barça.

La última imagen que dejó el partido del Camp Nou fue un zurdazo de Marco entrando por la escuadra derecha de Ter Stegen. La primera que apareció en el Bernabéu fue un golpeo majestuoso del 20 del Madrid al que el portero del Barcelona solo pudo acompañar con la vista hasta que escuchó la pelota estrellarse en sus redes. Cuatro minutos le bastaron al 20 blanco para dar ventaja al equipo de Zidane con una fabulosa 'folha seca' desde 25 metros. De esta forma, el centrocampista mallorquín puso en pie al Bernabéu con una nueva obra de arte.

''Es humilde y tranquilo. Escucha y se deja aconsejar. Y siempre juega con una sonrisa, como solo lo hacen las estrellas'', dice de él Isco, su bro en el Real Madrid.

Así empezó todo

Un día cualquiera de agosto de 2004, Marijke Willemsen pasea junto a su hijo pequeño por Puerto Portals (Calvià). Allí ven al Pitina II, el lujoso barco de Florentino Pérez, y la casuística hace que se crucen con él. La madre no se lo piensa. Se acerca al mandatario para pedirle una foto junto a su hijo y le deja un mensaje premonitorio: «Este es mi niño, se llama Marco y solo tiene 8 años, pero algún día jugará en el Madrid, quédese con su cara».

Doce años después, el 16 de agosto de 2016, es el día de la presentación de Marco Asensio como nuevo jugador del Real Madrid, el propio Florentino le recordaba la anécdota, aunque el futbolista no tenía tan fresca aquella historia. La emoción del momento tenía al bueno de Asensio algo nervioso. Sus lágrimas, al mencionar a su madre, fallecida en 2011 a causa de un cáncer, daban fe de esa mezcla de sentimientos. 

''Hablé con mi padre minutos antes y le dije que Zidane quería verme. Estaba convencido que me iba a decir que no contaba conmigo. Y mira, fue todo lo contrario'', recuerda Asensio.

Un año después, con el gol del pasado miércoles, Asensio amplía su colección de golazos, al margen de todo lo demás que aporta a su equipo, y ha visto puerta en tres de los últimos cuatro partidos oficiales de los de Zidane: la final de la Champions y los dos con el Barcelona. La efectividad del atacante balear en el golpeo de balón llama la atención. De sus últimos cinco disparos en partido oficial, tres de ellos han acabado en gol. Marcó ante la Juventus en la final de Champions, falló un remate contra el Manchester United en la Supercopa de Europa y convirtió en gol sus dos primeros disparos al Barça en la Supercopa de España. No habían transcurrido ni cuatro minutos de partido y el joven isleño ya se había proclamado estrella absoluta del Real Madrid.

“Los dos tantos han sido muy bonitos y los recordaré con mucho cariño”, aseguró el madridista.

Al preguntarle por sus goles favoritos de la Supercopa de España, no sabe decidirse por uno. Pero agradece de corazón los ánimos que recibe de la afición: “Es una pasada recibir el cariño que recibo de toda la afición y espero agradecérselo con títulos. Estábamos en nuestro estadio y teníamos que apretarles arriba, a partir de esto hemos creado muchas oportunidades y hemos sido superiores en toda la eliminatoria”, añadía.

A sus 21 años, no hay registro que baje del notable. Tiene velocidad, desborde, zancada, regate, físico, visión de juego, sacrificio defensivo y gol. Y es humilde. Muy humilde. 

''Marca la diferencia, pero no me sorprende. Me alegro de cómo está creciendo'', explicaba Zidane.

De nada tiene que convencer Asensio a Lopetegui, porque el seleccionador tiene claro qué tiene en el balear y que su presencia en Rusia es algo natural si sigue por esta senda. Pero el Asensio que ayer conquistó un poquito más el corazón del Bernabéu está para pelear con cualquiera el ser titular el 2 de septiembre contra Italia. Es un día para tirar de quien mejor esté y Asensio, como Isco, reclaman protagonismo en esa final rumbo a Rusia.