Achraf Hakimi escribirá ya su propia historia en el conjunto madridista, con tan solo 19 años y poco más de siete meses. El día que debute con el combinado nacional marroquí en el Mundial de Rusia 2018 quedará grabado en la memoria del chico, pero también en la base de datos del Real Madrid. 

El internacional africano pasará a ser desde ese momento el jugador blanco más joven en disputar una cita mundialista. Hasta que llegue esa fecha, el récord lo tiene Sergio Ramos, que debutó con la selección española a sus 18 años pero no acudió a un campeonato del mundo hasta dos primaveras después. 

En su caso, Achraf lo ha vivido todo junto esta presente temporada. Al marroquí le van las emociones fuertes y las oportunidades con el primer equipo del club madridista le han venido de perlas. Cierto es que también en su selección no hay mucha competencia, pero ganarse un puesto nunca es fácil. Si juegas en uno de los mejores equipos del planeta, claro está, las opciones de triunfar con tu país se multiplican. 

Pero al joven lateral derecho no le han regalado nada. Gracias a su esfuerzo, trabajo y constancia ha alcanzado su objetivo, por partida doble. Primero, Zidane decidió no pedir otro futbolista para competir con Carvajal. Confiaba en las capacidades de Achraf, al que ya conocía de su paso por el filial blanco. Visto lo visto, no le ha defraudado. 

La lesión del su compañero le alzó a la titularidad, casi de sopetón. Tras dos convocatorias ligueras, se estrenó en la competición doméstica ante el Espanyol y ya como sustituto del madrileño. Noventa minutos a gran nivel le valieron para volver al once contra el Getafe, a la jornada siguiente. Descansó frente al Eibar pero regresó en Montilivi. 

Achraf en su primer partido liguero contra el Espanyol en el Santiago Bernabéu I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
Achraf en su primer partido liguero contra el Espanyol en el Santiago Bernabéu I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

En Copa del Rey también jugó, como era de esperar. Más sorprendentes fueron sus dos partidos contra el Tottenham, donde la falta de experiencia quizás hacía mella. No fue así, dio la razón a su entrenador y le demostró que está preparado hasta para los duelos más importantes. Con esa carta de presentación tan atractiva, Marruecos no podía obviarle.

Aunque había debutado ya en 2016 con solo diecisiete añitos en un amistoso, lo mejor estaba por llegar. Achraf disfrutó de los cuatro partidos de clasificación para el mundial y como titular indiscutible. Tres ganados, solo uno perdido. En el primero incluso anotó su primer gol con la elástica marroquí. Un sueño cumplido, que será más emocionante cuando viaje a Rusia en junio del próximo año.