Cristiano siempre vuelve, o es que nunca se ha ido. Ambas afirmaciones son válidas, y lo serán siempre, por partidos como el de ayer. Ni en la temporada menos vistosa del portugués parece cesar su actividad de salvador y determinante cuando su equipo le necesita. Durante sus nueve temporadas como madridista (contando la actual), Cristiano siempre se ha presentado como el máximo goleador madridista, como una suerte de verdad dogmática que no admite argumento en contrario, como la fuerza de la naturaleza cuando se impone ante la voluntad del hombre y ante cualquier otra cosa, y actúa sin pensarlo dos veces, a veces ni una.

En la ya pasada jornada de La Liga Santander para los madridistas, el Real Madrid consiguió una victoria sufrida ante el Málaga en casa de los blancos, en el templo Santiago Bernabéu, ante la afición más exigente del mundo. Con goles como los de Benzema, de Casemiro y el último por obra del de siempre, fue suficiente para superar los tantos de Rolan y Chory Castro para los malagueños. Tres puntos muy importantes para un conjunto que necesita sumar de tres en tres de aquí hasta el final de temporada para borrar una distancia de 10 puntos con el Barcelona que se antoja colosal.

Y aunque en esta temporada tan solo haya metido dos goles en liga, Cristiano ha dado muchas veces los tres puntos al equipo madridista con sus tantos decisivos: 30 concretamente en las últimas tres temporadas; aunque no es el único jugador en la liga española que es tan determinante para su respectivo equipo: Jugadores como Messi (35 puntos en las últimas tres temporadas) al Barcelona, Aritz Aduriz (34 puntos) al Athletic de Bilbao e Iago Aspas (31 puntos) al Celta de Vigo, son otros de los jugadores-gana-puntos que hacen reflotar a sus equipos cuando naufragan.

Resulta un mero trámite recordar varios ejemplos que corroboren tal dato, puede ser incluso innecesario, como el hat-trick que consiguió ante el Sevilla en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán en la liga 2014/2015 con un resultado final de 2-3 a favor de los blancos. O el gol decisivo que anotó en el Camp Nou ante el Barcelona en la temporada 2015/2016 en liga, que le dió los tres puntos a Zidane con un resultado final de 1-2; un resultado que no sirvió para conquistar el título de liga pero bien importante y decisvo fue, tras aquella inyección de moral de ganar a un Barcelona imparable cuando los de Zidane se encontraban con tan solo 10 jugadores en el terreno de juego tras la expulsión que le fue impuesta a Sergio Ramos minutos antes, más tarde se consiguió la undécima y el poder recuperar la buena cara en liga. En la temporada anterior, digno de recordar fue su hat-trick en el Calderón que supuso un golpe sobre la mesa irreversible para todos los perseguidores madridistas en la lucha por el título, finalmente Zidane consiguió su primer título de liga como entrenador del Real Madrid.

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