A jugarse un título en una semana. Así es como mejor le ha ido al Real Madrid esta temporada. Lo demostró en la Supercopa de Europa ante el Manchester United, y sobre todo en el doble partido contra el Fútbol Club Barcelona para conocer quién es el Supercampeón de España. Parece mentira pero la resaca de la Duodécima todavía no ha acabado, y el Mundial de Clubes es una de sus mayores consecuencias. Los blancos disputarán una competición un tanto desfavorecida por el calendario y por la opinión del respetable. Pero para la FIFA no es así. Y hay que saber por qué.

La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), inauguró esta competición en detrimento de la antigua Intercontinental, la final internacional que enfrentaba al campeón de la UEFA Champions League, y al ganador de la Copa Libertadores. Ahora la UEFA y la CONMEBOL tienen poco que hacer en este formato. Blatter le dio forma en el 2000, e Infantino lo está sosteniendo desde entonces. Quizá su localización (normalmente se realiza en países exóticos o poco conocidos para el balompié) y su fecha (diciembre siempre es un mes complicado para los clubes europeos), le quita un poco de protagonismo. Pero es un torneo que tiene que jugarse. Sí o sí.

Básicamente, porque de él sale el supercampeón del mundo. El equipo que portará el parche en su camiseta más singular de este deporte durante todo un año. El conjunto de Zinedine Zidane ya sabe lo que eso significa. Sus rivales no. Ni el Auclkand City (Oceanía), ni el Al Jazira (anfitrión), ni el Pachuca (Norteamérica), ni el Gremio (Sudamérica), ni tampoco el Wydad Casablanca (África), han logrado llevarse esa copa tan parecida a la que se le otorga al vencedor del mundial de selecciones. 

Por ello el Real Madrid debe ir a por ella. Si lo hace, se convertiría en el primer conjunto en toda la historia en conseguirlo. Justo como hizo cuando se alzó con la Copa de Europa esta campaña. Un nuevo récord a sumar a la galería. Así como la consecución al mejor año natural de la institución. La escuadra de Chamartín nunca ha conseguido ganar cinco títulos oficiales en menos de 365 días. No es el ansiado "Sextete" que alcanzó el Barça en 2009, pero sí una confirmación al gran 2017 que han firmado los Cristiano, Isco, Ramos y compañía.

Llegan unas semanas muy ajetreadas para los de Zidane. Este viaje a Émiratos Árabes y el espectacular Clásico de la semana siguiente, ya son suficientes ingredientes para reconocer que estamos en uno de los meses que marcará el resto del curso. Ahora solo le queda a los actuales campeones de Europa ponerse las botas y empezar a correr. Quizá lo del Sevilla fue un aviso. Quizá la escuadra merengue ha despertado. Quizá ahora ya sabe que cada partido es una final. 

Este será el cuarto Mundial de Clubes que juegue la escuadra del Paseo de La Castellana. En su primera edición, acabó cuarta. En la segunda se llevó el título a casa después de derrotar en la final a San Lorenzo por 2-0. Y el año pasado repitió derrotando al sorprendente Kashima Antlers 4-2. El próximo martes comenzará su andadura en semifinales contra el Al Jazira. Todo lo que no sea sumar un nuevo trofeo a la vitrinas del Santiago Bernabéu, no será un buen resultado. 

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