El Real Madrid salió una vez más con la cabeza gacha, esta vez, en el Estadio de Los Pajaritos, en Soria, para enfrentarse con el Numancia; equipo de segunda división. Este partido no fue más que otra ocasión para que los de Zinedine Zidane no supiesen qué hacer y mostrasen la importante carencia con la que cuentan a la hora de crear juego. Este panorama ha resultado ser algo muy común en los últimos meses y desconocido para los aficionados del club madridista que llegan luchando por este escudo durante toda su vida.

El penalti no pitado y el que sí

 

Lucas Vázquez con el Real Madrid | Fuente: Dani Nieto
Lucas Vázquez con el Real Madrid | Fuente: Dani Nieto                                              

Los de la capital empezaron el 2018 igual que terminaron el año anterior; sin fútbol. El primer tiempo fue un desastre catastrófico en los que el entrenador debería cambiar la alineación porque son pocos los que dan la talla. Los de Zidane tenían más ritmo, más posesión y más calidad futbolística, pero las ganas de lucha y el esfuerzo del Numancia chocaba contra la escolta blanca. Jugaba Bale con el resto, a pesar de que no se le notaba al nivel habitual, 103 días después para marcar el penalti pitado a Lucas Vázquez, a favor del equipo madridista. La polémica llegó cuando Estrada Fernández cinco minutos antes no vio una falta a favor del Numancia, pero los hinchas del equipo soriano sí.

El resultado podía ser justo o no (0-1) antes del descanso, pero la afición y el Numancia no se rindieron incluso cuando una falta de Diamanka hizo que el equipo se quedase con 10 durante la segunda parte.

Un resultado con mal sabor de boca

 

Isco con el Real Madrid | Fuente: Dani Mullor                                                             

Después del suceso con Diamanka el Numancia creció y el Real Madrid se perdió por completo. Los de Soria no tenían nada que perder y la entrada de Íñigo Pérez mejoró el juego del equipo. El pamplonés falló un gol que lanzó desde la otra punta del campo y que se podría haber convertido en uno de los mejores goles de 2018. El Madrid se estaba ahogando y jamás había sido tan evidente palpar el miedo. La suerte llegó al equipo blanco tras otro penalti pitado a Lucas Vázquez, pero esta vez, la ocasión de anotar fue para el malagueño Isco que puso el marcador a  0-2. El mal sabor de boca para la afición del equipo que lo ha ganado todo es inminente. Para mejorar un poco el regusto, Mayoral remató un balón en los últimos minutos de partido para posicionar con un 0-3 a los de Zidane en cuartos de final de la Copa del Rey.