El partido de vuelta de los octavos de final ante el Numancia en el Bernabéu no dejó buenas sensaciones. Fue la continuidad de un juego mediocre y lento que viene acompañando al Madrid durante toda esta temporada, pero, si algo positivo se puede sacar, es sin duda la actuación de Lucas Vázquez.

El gallego fue el autor de los dos únicos goles blancos consiguiendo su primer doblete con la camiseta blanca y evitó una nueva derrota que podría haber provocado una situación más difícil aún para los madridistas. Abrió el marcador con un gol de cabeza y más tarde volvió a poner por delante a los suyos en la segunda parte. Pero no solo fueron los simples, e importantes, goles, sino que fue el jugador más activo. Siempre encarando por banda y desbordando a su lateral para poner centros peligros, características habituales que Lucas exhibe cada vez que juega.  

Además, fue el gran protagonista de toda la eliminatoria, no solo del partido de vuelta. En el encuentro de ida en Soria provocó los dos penaltis con sendas jugadas de desborde. Actor principal en cuatro de los cinco tantos que el conjunto blanco anotó en el global de la eliminatoria. Si no llega a ser por el jugador canterano la eliminatoria se hubiera tornado bastante más complicada y quien sabe lo que hubiera ocurrido con un Madrid en constante estado de riesgo.

Gracias a estos dos tantos, Lucas se coloca como máximo goleador del equipo en la competición copera empatado con el también canterano Borja Mayoral con tres goles. Datos que dejan claro que Lucas Vázquez viene pidiendo sitio en el equipo titular en partidos de más entidad. De la llamada ‘unidad B’ del equipo, es el jugador que más está intentando derribar la puerta de la titularidad. Siempre cumple con creces y ofrece al conjunto de Zidane prestaciones de las que los habituales titulares carecen. La grave situación por la que pasa el Madrid pide cambios y Lucas está llamado a ser uno de ellos.