Tras la mala situación por la que atraviesa el Real Madrid en una Liga que ya tiene casi imposible situándose a 19 puntos del líder, el conjunto blanco debe centrarse en las otras dos competiciones que tiene al alcance de su mano. La ida de Copa del Rey ante el Leganés era el primer envite que tenía el conjunto blanco tras casi haber desechado la Liga. Ante este panorama, existían dudas sobre el equipo que Zidane iba a alinear en Butarque. Muchos pensaban que la política de rotar en Copa podía cambiar ante esta situación y que el francés pasaría a hacer cambios en el once en la competición liguera, pero no fue así.

El entrenador madridista dispuso sobre el terreno de juego a la mayoría de los jugadores que venían jugando en las eliminatorias anteriores de la Copa. El llamado ‘equipo B’ volvió a jugar en estos cuartos de final y de nuevo no convencieron a nadie. Zidane dejó incluso fuera de la convocatoria a jugadores tan importantes como Cristiano, Bale, Marcelo o Benzema, aunque es cierto que este último venía de una lesión. Ante las dudas sobre la poca confianza del técnico en esta segunda unidad, parece que quiso demostrarles que sigue confiando en ellos.

Pero los jugadores no parecen devolverle esa confianza. El equipo se mostró con poca fluidez en el juego y hubo tramos de la segunda parte en los que el Leganés dominó y acechó la portería de Kiko Casilla con peligro. Tal fue el problema que, finalmente, Zidane tuvo que echar mano de los supuestos titulares como Luka Modric e Isco para que arreglaran el conflicto. A partir de ahí, el Real Madrid cogió algo más el mando del encuentro y gracias al gol de Marco Asensio al final del partido pudo conseguir una victoria importante que le da ventaja para el partido de vuelta que se disputará la próxima semana en el Santiago Bernabéu. Otra oportunidad interesante para observar si Zidane sigue priorizando la Liga y vuelve a darle minutos al mismo equipo.