El Real Madrid ya conoce la hora a la que se jugará su segundo partido liguero de marzo. Ipurúa será un escenario difícil, aunque dependerá de cómo llegue el equipo de Mendilibar, actualmente en un espléndido momento. El Eibar ocupa la séptima posición de la tabla, a la espera de su duelo frente al líder.
Con diez partidos ganados -seis de ellos en casa- y solamente trece goles recibidos en su feudo, los armeros han recuperado su fortaleza. Después de un inicio de Liga un tanto complicado, se reencontraron con su mejor versión a partir de la jornada 16. Ganaron a Valencia, Girona y Las Palmas con buen juego.
Ante los colchoneros mostraron un gran nivel también, aunque perdiesen por la mínima en casa, tras una meritoria actuación de Oblak. Más acierto tuvieron en una sorprendente goleada al Sevilla por 5-1 hace dos semanas, con doblete de Orellana. En la última jornada sumaron otros tres puntos en Butarque.
En esta presente jornada reciben al Barça, que llega a Ipurúa tras sumar solo dos puntos contra Getafe y Espanyol. Los eibartarras quieren aprovechar su mejor momento para seguir aspirando a puestos europeos, con más motivación frente a los azulgranas.
Si logran un resultado positivo ante el líder, pero también contra el Villarreal en la jornada 26, el equipo madridista deberá aplicarse mucho para sacar los tres puntos. Su visita del 10 de marzo a las 13 horas se producirá tras la vuelta de Champions ante el PSG. El desgaste de ese duelo podría repercutir. Los de Mendilibar tendrán antes que viajar hasta Balaídos y Riazor.
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Ambos futbolistas del Eibar han sido los más destacados en los últimos encuentros. El veterano delantero con tres goles que han supuesto victorias o empates, el japonés con asistencias y una participación en el juego clave. Además, en la goleada contra el Girona, el centrocampista nipón anotó un doblete.
La lesión de Sergi Enrich apenas se está notando en el aspecto ofensivo y los refuerzos de invierno como Orellana o Diop están respondiendo muy positivamente. Con intensidad o presión efectiva acompañada por buenas combinaciones entre sus futbolistas de más calidad, el conjunto vasco es un rival empalagoso.