A Benzema, como a cualquier otro futbolista profesional, le gusta empezar los partidos. Pero Karim es diferente. El delantero francés casi que "lo necesita". El galo requiere de comenzar el encuentro desde el once inicial porque así es capaz de ordenarse con el paso de los minutos. Y no solo a él, sino a todos sus compañeros. Es el enlace. La penúltima parada antes de llevar el balón al fondo de las mallas. 

Por lo tanto, cuando participa como revulsivo, saliendo desde el banquillo para disputar la recta final del duelo, se le ve menos. Se nota menos su presencia dentro del césped. Los equipos se parten, y ya no suelen precisar de la idea original con la que partieron tras el pitido inicial. Ahora todo es más rápido y alocado. En estas circunstancias, Benzema se pierde.

Es por ello que, quitando el gol que logró el domingo ante el Betis cuando el partido ya agonizaba (su tercer tanto en Liga este curso), el atacante francés no anotaba partiendo como suplente desde hace más de un año, concretamente el 24 de septiembre de 2016, ante la UD Las Palmas. No es un buen dato, sobre todo teniendo en cuenta lo que lograron jugadores como Mariano y Morata en esa misma temporada, y lo mucho que les ha echado de menos la parroquia blanca estos meses.

Con la competición entrando en su fase decisiva, se avecinan semanas muy importantes para Benzema. Ya no solo para asegurar su futuro (su presencia en el Real Madrid está siempre en cuestión), sino también para reencontrarse con su afición. El Bernabéu siempre dictamina, y en los últimos partidos le ha dejado pasar muy poquitas al galo. Sin embargo, capacidad para revertir la situación y volver a colocarse como uno de los 9 referencia del panorama europero, tiene y de sobra. En sus pies está.