El Real Madrid está haciendo una de las peores temporadas de los últimos años y, eso lo sabemos todos aquellos que hayamos estado siguiendo al equipo al pie del cañón. Sí, los blancos han conseguido durante la campaña de 2017/18 las Supercopa de Europa y España y el Mundial de Clubes, pero no parece ser suficiente.

La Liga está perdida desde hace meses y el Leganés eliminó a los de Zinedine Zidane de la Copa del Rey. Solamente queda aferrarnos a la Champions League y todo depende de cómo sea la noche francesa el próximo 6 de marzo frente al París Saint-Germain Football Club.

¿Qué le está pasando al Real Madrid que parece tan irreconocible? ¿Qué está fallando en las tácticas del entrenador galo? La pérdida de absolutamente todo no es solamente percibida por los aficionados, que perdieron la ilusión hace mucho tiempo, sino que también está entre los jugadores.

El capitán, Sergio Ramos, se manifestó frente a los medios de comunicación después de que el Leganés echase a los blancos de la Copa del Rey. “Más que vergüenza, es un fracaso”, decía el de camas.

Tampoco es la peor campaña del club de Chamartín. El Real Madrid vivió una época oscura en las once campañas entre 1939-1045 y 1948-1953 en las que no levantaron ni una Copa. Tampoco hay que olvidar la temporada de 1947/48 cuando los blancos, en una competición de 14 equipos, el club quedó 11º con solamente 21 puntos, pisándole los talones a los descendidos como la Real Sociedad o el Sporting de Gijón. Tampoco hay que olvidar los años en los blancos eran eliminados sistemáticamente en los octavos de la Champions League. Pero todo esto; ya es pasado.

Tras la eliminación en la Copa del Rey, ningún aficionado recordaba los ocho títulos que Zinedine Zidane la ha traído al Real Madrid como entrenador, entre ellas, tres Champions. Realmente, es más fácil culpar al entrenador que buscar las carencias de qué es lo que falla en el equipo, pero ¿cuál es el problema?

El equipo necesita una pegada más fuerte; un jugador que se deje la piel por encajar el balón en la portería contraria. Alguien que haga magia con el balón y que devuelva la esperanza a los aficionados y también al equipo porque la ilusión se ha escondido en algún rincón en el que casi ninguno puede encontrarla.

El Real Madrid cayó en picado mucho antes de perder contra el F.C Barcelona el 23 de diciembre en el que los de Valverde firmaron un 0-3 en el Santiago Bernabéu. También es cierto que, tras aquello, los de Zinedine Zidane, no han vuelto a levantar cabeza. Acabar un partido con un empate o con una victoria se ha convertido, desde entonces, en todo un reto para los madridistas.

Eliminados de la Copa del Rey en cuartos de final, más abajo de lo habitual en la tabla de La Liga con el Barcelona, el Atlético de Madrid y el Valencia por delante, el equipo se muestra irreconocible. Solamente queda la Champions y luchar por no caer eliminados.

A pesar de que la afición se muestre descontenta con Zidane y digan una y otra vez que su época ha terminado; aún permanece anclado en Europa. Así es como llegó la séptima y, quizás, este año el francés consiga la decimotercera algo histórico para el club.

No todo podía ser malo; el galo ha conseguido más Champions en los últimos años de las que estábamos acostumbrados lo que implica que, aunque el Real Madrid esté perdido en España, sigue haciendo historia frente a los países europeos porque todos ya sabemos que el equipo es otro cuando juega la Champions.