Partido con mucha presión el que reunía a Getafe y Real Oviedo en el Coliseum Alfonso Pérez de la localidad madrileña. La previa de ambos conjuntos había estado marcada por un hermanamiento entre las dos aficiones azules gracias al caso de Aitor, un niño que sufre el síndrome de Wolf-Hirschhorn. En lo que respecta al ámbito deportivo, tanto los de Esnáider como los de Hierro buscaban como el comer los tres puntos. Los locales, llegaban tras sufrir una abultada derrota en Cádiz (3-0), mientras que los asturianos habían cosechado un empate en casa frente al Mirandés (0-0).

Primera parte ilusionante

Daba comienzo el encuentro y el Getafe movía el balón con la clara intención de buscar a Juan Carlos, portero menos goleado de esta categoría hasta este partido. El Real Oviedo saldría con más personalidad que en anteriores encuentros y ello le ayudó a encontrar el gol en la primera ocasión que tuvo. Sería tras una falta botada por Varela que encontró la cabeza de Lucas Torró. El medio centro del Real Oviedo marcaría su primer gol de la temporada ante el que nada podría hacer Alberto, meta getafense. 

A raíz del gol, los asturianos  seguirían creando ocasiones pero con más calma gracias a la ventaja mínima del marcador. El Getafe atacó sin éxito en la finalización, pues siempre encontraron un hombre del Oviedo que sacaba el balón, algo que permitió no sufrir a los de Fernando Hierro. En la otra portería se produciría una situación parecida. Pese a conceder ocasiones la defensa azulona, los carbayones no lograrían probar suerte y lograr alguna ocasión de peligro que acercase el segundo gol de la tarde. 

El partido se iría al descanso con la ventaja de un Real Oviedo tranquilo pero sin terminar de convencer. Por su parte, el Getafe se quejaría de varias acciones arbitrales que, a juicio de su afición, les perjudicaron. Sin embargo, el juego, o las ocasiones, del equipo dirigido por Juan Eduardo Esnáider no llevaron el peligro necesario para acercarse al empate. 

Segunda mitad para olvidar

La salida a la segunda parte estaría marcada por la activación de los jugadores getafenses que salieron rápidamente a por el empate. Los asturianos, al contrario que su rival, comenzaron los segundos 45 minutos más replegados lo terminaron pagando caro. Tras una jugada por banda, sería Portillo el que con un pase atrás facilitase a Paul Anton el remate que batiría a Juan Carlos y pondría las tablas en el luminoso para alegría de la afición azulona. 

El empate getafense caería en los jugadores carbayones como un auténtico jarro de agua fría que hizo que se replegasen aún más, creciéndose por momentos su rival. Fernando Hierro movería rápidamente ficha ante las oleadas de peligro del Getafe e introdujo en el terreno de juego a Rocha, que debutaba con el Real Oviedo sustituyendo a un desaparecido Néstor Susaeta. Con mayor presencia en el centro del campo, los asturianos irían recuperando la posesión de juego e intentando buscar el gol, pero la defensa del Getafe lo frenó a tiempo. Aquí estuvo la polémica de la segunda mitad, pues los jugadores oviedistas reclamaron una serie de faltas que al colegiado no le parecieron, o no vio. 

Metería pólvora arriba el entrenador malagueño del Real Oviedo retirando a Michu y dando la oportunidad a Linares. Con el maño en el campo, el Oviedo contó con varias ocasiones claras de gol pero se encontraron con Alberto. Con un futbolista menos, tras la expulsión de Molinero, el Getafe supo sobreponerse a la adversidad y encontrar el gol de la remontada sentenciando prácticamente el partido. El gol llegaría gracias al remate de Jorge Molina de una jugada por banda derecha que enviaría el delantero procedente del Betis al lado izquierdo de Juan Carlos. 

Ya en los últimos minutos del partido, el Real Oviedo tendría la oportunidad de llevarse un punto del Coliseum Alfonso Pérez pero sus aspiraciones se estrellarían en el palo. Con este resultado se llegaría al final del encuentro para decepción de los aficionados asturianos desplazados a Getafe que despidieron con aplausos a sus futbolistas pese a la derrota. 

Luces y sombras

Primera victoria para el equipo de Esnáider que respira tras las últimas cuatro jornadas en las que consiguieron tres puntos. Logran así, borrar la mala imagen desplegada en el último encuentro en el que cayeron derrotados por un contundente 3-0 en Cádiz

Por su parte, la escuadra del Real Oviedo se vuelve de vacío por segunda vez en las salidas de esta temporada y no terminan de ofrecer buenas sensaciones, teniendo una victoria en las primeras cinco jornadas. Semana dura la que se presenta en la capital asturiana pero en la que pronto deben cambiar el chip, puesto que el jueves reciben a un recién ascendido Reus que está cosechando muy buenos resultados en este inicio liguero.