El 11 de julio de 2012, el Real Oviedo celebraba una junta extraordinaria de accionistas en la que se retiraba el control accionarial del club al presidente, ya por aquel entonces prófugo de la justicia, Alberto González; se elegiría nuevo presidente, Toni Fidalgo; y se convocaría una reducción y posterior ampliación de capital para el mes de noviembre, con el único objetivo de evitar la disolución de la entidad.

Pronto llegaría el 17 de noviembre de 2012, día que se cerraba la ya célebre ampliación de capital. Tras la  respuesta de la afición carbayona, de accionistas anónimos de todo el mundo, y cuando prácticamente se habían recaudado los 1’9 millones de euros necesarios, se hizo público que el Grupo Carso, propiedad del (por aquel entonces) hombre más rico del mundo Carlos Slim, adquiría derechos por valor de 2 millones de euros convirtiéndose así en accionista mayoritario y tomando las riendas de la casa oviedista.

Temporada 2012/2013

Nada más aterrizar, el Grupo Carso deja en manos del entonces presidente y del consejo de administración el control deportivo de la entidad.  Arturo Elías Ayub, yerno de Slim, y cara visible de Carso decía “No se puede manejar al equipo a 9.000 km de distancia”, en Oviedo “hay gente muy válida”. A mediados de marzo y pese a marchar terceros en la clasificación, después de encadenar una serie de malos resultados y ante el clamor de la afición, el entrenador Félix Sarriugarte es destituido. José Carlos Granero sería el elegido para relevarle y Carmelo del Pozo llegaría como su preparador físico. Existía una ansiedad tremenda por salir de Segunda División B y Granero parecía ser el hombre ideal para llevarlo a cabo, de hecho en algunos medios lo llegaron a apodar El Doctor Ascenso. Pero aún no iba a ser el año, a final de temporada y tras acabar la fase regular en tercera posición por detrás de Tenerife y Leganés, el equipo consigue eliminar al Albacete pero cae derrotado ante el Éibar en segunda ronda de playoff.

Carlos Slim muestra su carnet de socio del Real Oviedo (Foto: twitter @artutoeliasayub)

Temporada 2013/2014

A mediados de julio de 2013, justo un año después de haber llegado al cargo, el presidente Toni Fidalgo dimite por desavenencias con el Grupo Carso. Sabino López, miembro del consejo, asume la presidencia. Ese mismo verano Carmelo del Pozo contraía funciones en la secretaría técnica y realizaba hasta 14 incorporaciones. Llegaron Néstor Susaeta y Jon Erice, entre otros. La temporada no empieza como se espera, el equipo no acaba de arrancar y se respira un ambiente enrarecido, con voces discordantes desde dentro y fuera del club.

En diciembre de 2014, el Oviedo anuncia la llegada de Joaquín del Olmo, ex-futbolista mexicano, hombre de confianza del Grupo Carso y presentado como asesor del club. Es el primer paso importante que se toma desde México en pos del control total de la entidad. Joaquín pasa a gestionar la dirección deportiva, a dirigir la organización administrativa y a ser el mecanismo de enlace del Real Oviedo con Arturo Elías. Pocos días después se conocería que Jorge Menéndez Vallina, antiguo Concejal de Cultura y Deporte del Ayuntamiento de Oviedo, es el hombre elegido por Carso para ser el nuevo presidente del conjunto carbayón.

La primera decisión del asesor llega en febrero, cuando destituye al técnico José Carlos Granero y coloca como interino a Roberto Robles, míster del juvenil División de Honor. Poco después Robles es ratificado por Del Olmo hasta final de curso. La campaña acaba siendo un desastre, el equipo termina la liga en sexta plaza quedándose fuera de los puestos de promoción y esfumándose el sueño del ascenso una vez más.

Joaquín del Olmo (Foto: Real Oviedo)

Temporada 2014/2015

Durante el verano de 2014 la dirección deportiva hace un importante esfuerzo y logra reunir una poderosa plantilla llena de futbolistas con experiencia, muchos de ellos acostumbrados a competir en divisiones superiores. Hablamos de los Linares, Font, Generelo, Vila, Bautista, Valle… Sin embargo, el golpe de efecto se produce con la vuelta a casa de un ídolo para el oviedismo como es Esteban, que rechazaba una oferta de una temporada en Primera División con el Almería para jugar en Segunda B. Como entrenador, Carso trae a un hombre de su confianza, el argentino Sergio Egea, un total desconocido para la afición asturiana por aquel entonces.

La temporada no puede darse mejor. El equipo finaliza en primera posición de su grupo tras liderarlo durante gran parte de la campaña, y consigue el ascenso ante el Cádiz CF a la primera oportunidad. Carlos Slim visita Oviedo durante el partido de ida y Arturo Elías celebra el ascenso sobre el césped del Carranza. Es difícil encontrar palabras que describan la alegría con la que se vivieron aquellos días en la Capital del Principado.

Arturo Elías estrecha la mano a Jorge Menéndez Vallina tras el ascenso logrado en Cádiz (Foto: Real Oviedo)

Temporada 2015/2016

Con el ascenso a Segunda División aumenta en gran medida la exigencia deportiva, económica y organizativa para un club que, volvía después de doce años al fútbol profesional. Poco a poco se van realizando cambios en el organigrama general y la entidad va creciendo. Se alcanzan los 20.000 socios y se construye una plantilla competitiva, con la base del año anterior más una serie de fichajes de jugadores contrastados conocedores de la categoría. El club hace numerosos contratos anuales y por objetivos, se busca evitar errores del pasado, cuando se pagaba más de lo que buenamente se podía.

Tras un gran comienzo de curso, el equipo marcha en tercera posición a mediados de marzo, muy cerca de los puestos de ascenso directo. En aquel momento y en medio de un gran revuelo dimitiría Sergio Egea tras una serie de desavenencias con parte de la plantilla. La dirección deportiva deja el equipo en manos de David Generelo,  jugador retirado por lesión meses atrás y por tanto conocedor del ambiente del vestuario. A finales de abril el director deportivo Carmelo del Pozo es cesado de su cargo, Grupo Carso y club deciden que no es la persona adecuada para planificar la próxima temporada.

El experimento de Generelo no funciona, los resultados empeoran notablemente y el equipo termina en décima posición. Final un tanto decepcionante para un conjunto que había pasado la mayoría de la temporada soñando con luchar por el ascenso.

Sergio Egea, durante una sesión en el Requexón (Foto: Real Oviedo)

Temporada 2016/2017

La campaña da comienzo con el anuncio de Fernando Hierro como nuevo entrenador. César Martín y Joaquín del Olmo forman la dirección deportiva y se contrata a Ángel Martín González como secretario técnico. En lo deportivo se trata de profesionalizar la metodología de trabajo, en lo institucional crecer acorde a las necesidades administrativas existentes. En lo económico llegan nuevos patrocinadores a la entidad.

Aún con la baja de algún jugador importante, el club se mueve bien en el mercado de fichajes y recluta a futbolistas de calidad contrastada para la categoría. En los últimos días de agosto se logra la vuelta al equipo de Michu, hijo pródigo de la afición azul y fuera del club desde 2008. El comiezo de campaña es bueno, el Real Oviedo ocupa los puestos altos de la tabla desde septiembre, aunque la igualdad es máxima y la diferencia de puntos con la zona baja, escasa.

Fernando Hierro en un entrenamiento (Foto: Real Oviedo)
Fernando Hierro en un entrenamiento (Foto: Real Oviedo)

El futuro

Desde que el Grupo Carso tomara el control del Oviedo se ha hecho frente al calendario de pagos de forma puntual y rigurosa. Actualmente se trabaja en numerosos frentes, quedan infinidad de tareas por resolver: acabar con la deuda, buscar nuevas formas de financiación, continuar creciendo institucionalmente, desarrollar la cantera, mejorar la comunicación, promocionar la marca, crear una nueva ciudad deportiva, solucionar los problemas y defectos del estadio… Hace unos días se conocía que en la próxima junta de accionistas se aprobará una nueva ampliación de capital, mediante la cual, el grupo empresarial mexicano refrendará su apuesta y consolidará el control económico que tiene sobre la entidad.

Claro está que Real Oviedo y Grupo Carso avanzan con paso firme y paciente. Se han tomado muchas decisiones, se han tenido aciertos y se han cometido errores. Lo cierto es que la situación actual es envidiable, especialmente si echamos la vista atrás y recordamos lo angustiosa que se tornaba hace algo más de cuatro años. El objetivo mira hacia Primera División. El futuro del club se vislumbra azul y nunca más negro.