España se ha convertido en un país en el que el fútbol ya no es lo que era. En este país, tanto como para los principales medios de comunicación como para una buena parte de su población solo existen dos equipos. A veces, en los medios quieren hacer creer que les importan los demás clubes hablando unos segundos de ellos, pero no se dejen engañar.

Desgraciadamente, esto es consecuencia directa de la afición que hay en este bendito país. En la mayoría de provincias, el equipo favorito es el que viste de blanco. Cada vez se ven más niños con la camiseta de Messi o CR7 y menos con la del equipo de su tierra, o al menos, de otro que no sea el que va de blanco o azulgrana. El hacerse de un equipo es una elección totalmente libre, faltaría más. A todo el mundo le encanta que su equipo gane, que juegue la Champions, que pelee por títulos… pero el fútbol, amigos, es mucho más que todo eso. Y los que no se dan cuenta, lamentablemente se lo pierden. Y no saben lo que se pierden.

Foto: jotdown.com
Foto: jotdown.com

Lejos de los focos, de los debates y noticias sensacionalistas que se publican en ciertos medios nacionales; lejos de la polémica, de campañas mediáticas, de balones (o melones para Luis Enrique según el año) de oro, de horarios absurdos para los chinos, de Cristiano salta más, de Casillas selección, de Kevin Roldán, de Messi al PSG por décimo año consecutivo, de Neymar provocador, de bolas calientes y de un sinfín de chorradas más, hay algo que se llama fútbol. De verdad, sí, hay fútbol. Hay un balón que rueda y dos equipos en el campo luchando por meter gol.  A veces, hasta hay gente en las gradas que anima, sufre, llora y celebra.

El fútbol es un sentimiento, es de la gente. El fútbol son historias, hazañas que quedan para la historia y son motivo de orgullo para los aficionados de cualquier generación. Y aquí en España, hay un equipo que mueve a miles de personas, no solo aquí, sino en cientos de países del mundo. Y no, no va de blanco ni de azulgrana. Ni siquiera ha ganado nunca una Liga o una Copa del Rey. Tampoco está en Primera División; de hecho hace 15 años que no la pisa. Ese equipo viste de azul, se llama Real (sí, hay más Reales aparte del que va de blanco) Oviedo, y tiene una de las historias más inverosímiles que jamás hayan podido escuchar. Y como mucha gente la desconoce, merece ser contada en estas líneas, aunque bien podría ser contada en un libro o incluso en una película.

Foto: hooligans.wordpress.com
Foto: hooligans.wordpress.com

El Real Oviedo es un club que por lo menos sonará a una buena parte de los aficionados de este país. No en vano, tiene 38 temporadas en Primera División en su haber, siendo su clasificación más alta un tercer puesto, que llegó a alcanzar tres temporadas. Actualmente, está el decimoséptimo en la clasificación histórica de Primera. En sus filas han militado jugadores que no se hacían los peinados de CR7 ni los bailecitos de Neymar, pero que fueron muy grandes. El que más Isidro Lángara.

Foto: SEfutbol
Foto: SEfutbol

 ¿Qué quién es ese? Nada más y nada menos que el jugador con mejor promedio goleador de la historia de Primera y de la Selección Española, además de ser el único capaz de anotar tres hat-trick en tres jornadas consecutivas. Que sí, de verdad que tiene mejor promedio goleador que los dos estos de blanco y azulgrana que salen de vez en cuando en la tele. Subió al Oviedo a Primera y ganó el premio Pichichi las tres primeras temporadas en la máxima categoría. Luego se fue a Sudamérica y también fue el máximo goleador en Argentina y México. Y luego volvió a Oviedo, aunque tuvo que hacer andando los últimos kilómetros, porque su tren no podía avanzar de la cantidad de gente que había esperándole.

¿Qué nunca habían escuchado su historia ni sus hazañas? Vaya sorpresa. Él, además, fue capaz de marcar dos goles en Colonia, para que España le ganara a Alemania ante la atenta mirada de un tal Hitler, que se las prometía muy felices en aquel partido. Único e inigualable Don Isidro Lángara. Con él, el Real Oviedo finalizó dos temporadas en tercera posición, pero en aquella época aún no había Champions. Aunque también hay que decir tenía buenos compañeros en la delantera, en la famosa “delantera eléctrica”. De una época algo posterior, hay que destacar la figura de Echevarría, que sigue siendo el único jugador de la historia que le ha marcado 5 goles en un partido al equipo que viste de blanco. Nadie más lo ha vuelto a hacer.

Once del último ascenso del Real Oviedo a Primera | Foto: deportesconhistoria
Once del último ascenso del Real Oviedo a Primera | Foto: deportesconhistoria

Esa fue la época dorada del Real Oviedo. Luego tuvo unos buenos años en los sesenta, en los que volvió a quedar tercero en liga, posteriormente se convirtió en un equipo ascensor, más tarde se pasó años y años sin jugar en Primera, llegando a jugar un año incluso en Segunda División B, y en los 90 se asentó de nuevo en Primera, consiguiendo llegar a jugar en Europa y manteniéndose 13 temporadas consecutivas entre los grandes. Hasta el año 2001, último año del club asturiano en Primera. Hasta aquí nada fuera de lo normal para este histórico club, pero lo que nadie imaginaba, era la odisea que le esperaba durante los siguientes años.

Luis Aragonés consuela a Esteban tras el descenso. | Foto: LNE
Luis Aragonés consuela a Esteban tras el descenso. | Foto: LNE

Durante los años 90, el presidente de la entidad había estado ocultando una deuda millonaria que crecía y crecía. Con el descenso en 2001, en la primera temporada en la que jugaba en el flamante Nuevo Carlos Tartiere, se optó por mantener a muchos de los jugadores, que iban a cobrar unas fichas muy altas para lo normal en Segunda División. A pesar de un buen inicio de temporada, el equipo se vino abajo y acabó séptimo. Y la temporada siguiente llegó la debacle.

Una temporada desastrosa, en la que solo ganó nueve partidos, todos por un solo gol de diferencia, acabó con el descenso deportivo a Segunda B y posteriormente, tras las denuncias de los jugadores por impagos que llegaron hasta el final, el Real Oviedo fue descendido administrativamente a Tercera División por primera vez en su historia. En solo dos años iba a pasar de ganar en el Camp Nou a tener que jugar en barrios de Gijón. Jamás en la historia del fútbol español un equipo había sufrido semejante desplome en tan poco tiempo.

Foto: realoviedo.incondicionales.com
Foto: realoviedo.incondicionales.com

Para entender todo lo que pasa de aquí en adelante, hay que ponerse en contexto. El Real Oviedo no era el primer equipo al que se descendía administrativamente a Tercera tras haber jugado en LFP, pero todos sus predecesores desaparecieron o bien se refundaron. Pero este club es diferente, tiene algo especial. Todo, absolutamente todo se le puso en contra, pero hay algo contra lo que nada ni nadie ha podido durante todos estos años y que ha sido la respiración asistida, el suero y el cirujano que le salvó la vida a un club que agonizaba: su afición.

Los propios ex jugadores ya daban por muerto al club | Foto: La Página del Oviedín
Los propios ex jugadores ya daban por muerto al club | Foto: La Página del Oviedín

En el verano del 2003, el Real Oviedo había perdido a todos sus jugadores. Tenía una deuda inasumible para un equipo de Tercera y no había garantías de que pudiera salir a competir. Para más inri, el Ayuntamiento de Oviedo, liderado por su alcalde, Gabino de Lorenzo, inició la maquinaria para crear un club que sustituyera al histórico club carbayón. Para ello, se buscó unos apoyos para cambiarle el nombre, los colores y el escudo al Astur, uno de los equipos más emblemáticos de la ciudad y que militaba también en Tercera. El club, a pesar de la oposición de algunos socios, pasó a llamarse Oviedo ACF, vestía igual que el Real Oviedo y su escudo también era muy similar al original. En el club además, iba a jugar el jugador con más partidos en la historia del Real Oviedo, Berto, que se unió al proyecto del ACF.

Foto: deportesconhistoria
Foto: deportesconhistoria

Este proceso se inició tras no poder el ayuntamiento hacerse con el control del Real Oviedo, que, a pesar de todo, consiguió mantener a más de diez mil socios, batiendo así el récord histórico de abonados de un club de Tercera. Gabino también intentó que el Real Oviedo dejara de jugar en el Tartiere, pero le fue imposible debido a que el propio Carlos Tartiere se encargó en su día de dejar por escrito que si alguna vez el ayuntamiento derribaba el antiguo estadio, el nuevo que se construyera tenía que ser para el Real Oviedo. Y eso era sagrado.

Otro factor clave a tener en cuenta para entender todo lo que ocurrió esos años es el papel del Sporting, eterno rival del conjunto azul, y su caverna mediática. El Sporting, cuando bajó a Segunda en el año 98, con la paupérrima cifra de 13 puntos (récord en ligas de tres puntos), pidió al Real Oviedo un pacto de no agresión entre canteras que el conjunto azul respetó, a pesar de que podía haber aprovechado su condición de estar en una categoría superior con su rival en crisis.

Jony y Carlos Castro en las categorías inferiores del Real Oviedo. | Foto: Matías García
Jony y Carlos Castro en las categorías inferiores del Real Oviedo. | Foto: Matías García

Sin embargo, con la caída del Real Oviedo a Tercera, el Sporting no tuvo reparo en empezar a saquear canteranos de El Requexón. Míchel (ex del Getafe), que dejaría años más tarde más de tres millones en las carcas rojiblancas, u Omar Sampedro entre otros, pusieron rumbo a Mareo, donde esa temporada ganaron con el juvenil rojiblanco la Copa de Campeones. Esta dinámica continúo muchos años más, con representantes del Sporting pasándose por las instalaciones carbayonas y tocando a los padres, para, aprovechando su situación deportiva respecto a la del eterno rival, pescar jugadores. Entre los más destacados está Jorge Meré, nacido en Oviedo y canterano azul que en la actualidad es titular en el Sporting en Primera así como en la Sub-21 española. Jugadores como Jony o Carlos Castro también son canteranos carbayones. Una mentira contada mil veces sigue siendo una mentira. “Los guajes de Mareo” ni son tan guajes, ni son tan de Mareo. Aunque muchos periodistas y comentaristas aún no se han dado cuenta.

Sin embargo, para el presidente rojiblanco por aquel entonces, Manuel Vega-Arango “El Sporting es un club señorial y que se ha portado siempre bien con el Real Oviedo”. Juzguen ustedes.  En cuanto a los medios de comunicación regionales, el Real Oviedo desapareció para ellos. El ninguneo era total y un club con más de diez mil socios ni aparecía en los informativos deportivos regionales. Cuanto menos escandaloso. Además, el club azul era objeto de mofas constantes, con periodistas reconocidos sportinguistas imitando sonidos de animales cuando se referían a los desplazamientos que tenía que hacer el club azul por los campos de Tercera.

Diego Cervero, increpado en el campo del Ceares, en Gijón | Foto: losidealesdelgol
Diego Cervero, increpado en el campo del Ceares, en Gijón | Foto: losidealesdelgol

El Real Oviedo había caído al barro y estaba solo, sin el apoyo del ayuntamiento de su propia ciudad, del Gobierno del Principado, de la Federación Asturiana de Fútbol y sobre todo, sin el de la prensa regional, que iba a aprovechar la caída de los carbayones para intentar imponer un “sportinguismo obligatorio” en Asturias. En una cámara oculta realizada por el Canal 9 valenciano en 2003, en la que aparecían tanto el presidente del Sporting como su máximo accionista, ambos reconocían, entre otras cosas, que la desaparición del Real Oviedo sería una grandísima noticia para conseguir captar a sus aficionados, así como reconocían también que habían comprado partidos la temporada anterior, destacando la facilidad con la que lo podían hacer. Esta cámara oculta no tuvo ninguna repercusión en la prensa asturiana.

Antes de comenzar la temporada, el presidente carbayón, Manuel Lafuente, persona clave para que el Real Oviedo siguiera vivo, reunió a los jugadores del filial y demás que iban a jugar con el club en Tercera en el centro del campo del Tartiere. Allí, dio una vuelta sobre sí mismo señalando a la grada mientras decía lo siguiente: “¿Queréis tener este campo lleno llevándoos en volandas a Segunda B? Pues el que quiera que se quede.” Así lo recordaba Diego Cervero en una entrevista este año con ROCultureFans.

Foto: foroelcruce.net
Foto: foroelcruce.net

Finalmente, a pesar de todo, el Real Oviedo salía a competir con un equipo plagado de gente de la casa que no abandonó el barco, entre ellos Diego Cervero o Michu, que debutó esa temporada siendo aún juvenil. Lo hacía con -6 puntos, por una sanción impuesta por la UEFA. El equipo, que apenas había podido hacer pretemporada, iniciaba una temporada en la que todos los rivales habían marcado en rojo en el calendario la visita de los carbayones.  Además, con la temporada comenzada, uno de los jóvenes canteranos que conformaban la plantilla, Armando Barbón, fallecía en un accidente de tráfico. Todo eran desgracias.

Diego Cervero besa el busto de Armando Barbón en el Tartiere. | Foto: realoviedo.info
Diego Cervero besa el busto de Armando Barbón en el Tartiere. | Foto: realoviedo.info
Primer once del Real Oviedo en Tercera, que se enfrentó y venció al Mosconia | Foto: La Voz de Asturias
Primer once del Real Oviedo en Tercera, que se enfrentó y venció al Mosconia | Foto: La Voz de Asturias

La afición azul tuvo que aguantar múltiples cánticos y humillaciones desde los distintos campos, en los que se la solía recibir con bufandas y camisetas del Sporting. Estas situaciones se acentuaban cuando el Real Oviedo tenía que jugar en barrios de Gijón. Se produjeron algunos incidentes en ciertos partidos, tras los que la prensa gijonesa se encargaba de criminalizar a la afición ovetense, que fue maltratada en muchos campos. Los desplazamientos se convertían en encerronas, debido a las escasas medidas de seguridad.

Ambiente en el Tartiere para recibir al ACF | Foto: vivamirecre.com
Ambiente en el Tartiere para recibir al ACF | Foto: vivamirecre.com

Cuando llegó el día del duelo ante el ACF en el Tartiere, se volvió a batir un nuevo récord, esta vez de asistencia a un partido de Tercera, con 17.000 aficionados presenciando el choque, dejando a las claras cuál era el auténtico equipo de Oviedo. Sin embargo, el ansiado ascenso no llegó, ya que tras proclamarse campeón de grupo, el Real Oviedo caía en la eliminatoria decisiva ante el Arteixo gallego. Tras el encuentro, un joven Diego Cervero, leyenda del club, pronunciaba la siguiente frase: “No sé si podré llevar a este equipo a Primera, pero lo que tengo muy claro es que hasta que el Oviedo no suba a Segunda B, o me muero o de aquí no me marcho, por mi madre y por mi padre eso lo tengo muy claro”.

Un Cervero desconsolado abandona el césped del Tartiere. | Foto: vivamirecre.com
Un Cervero desconsolado abandona el césped del Tartiere. | Foto: vivamirecre.com

Esa fase de ascenso dejó una curiosa anécdota. En la primera eliminatoria, el Real Oviedo eliminó al Real Ávila, disputándose la vuelta en al Tartiere. Ese mismo día, a la misma hora, el ACF, que había finalizado en segunda posición del grupo asturiano detrás del Real Oviedo, jugaba su partido de vuelta en casa ante el Guijuelo. Cuando finalizó el choque en el Tartiere, una marea azul se desplazó corriendo hasta San Lázaro, lugar donde se estaba disputando la prórroga del ACF-Guijuelo. Los aficionados visitantes alucinaban al ver como cientos de aficionados vestidos de azul jaleaban a los salmantinos desde los exteriores del estadio. Al final, el Guijuelo pasó y fueron despedidos como héroes ante la incredulidad de los jugadores visitantes que no daban crédito a lo que estaba sucediendo. No eran conscientes del enorme favor que le habían hecho al Real Oviedo y su gente.

La temporada siguiente sería la última en la que coincidirían Real Oviedo y ACF, que recuperaría su antigua denominación, colores y escudo tras el ascenso del Real Oviedo. El ACF volvía a jugar en el campo donde lo hacía el Astur, el Hermanos Llana, situado a escasos metros del Tartiere. El día que ambos equipos se enfrentaron en dicho escenario, la afición carbayona decidió pasar a la historia, una vez más. En lugar de entrar al Hermanos Llana, se abrieron las puertas del Tartiere y la afición, pagando una entrada simbólica, vio el partido que su equipo estaba jugando fuera de casa desde su propio estadio, aprovechando la escasísima distancia entre los dos feudos. Sin duda una situación absolutamente inédita, posiblemente sin precedentes en el fútbol europeo.

Foto: realoviedo.info
Foto: realoviedo.info
Los jugadores del Real Oviedo saludan a su afición | Foto: El Comercio
Los jugadores del Real Oviedo saludan a su afición | Foto: El Comercio

A final de temporada, esta vez sí, el Real Oviedo conseguía el ascenso ante el Real Ávila, en un Carlos Tartiere que fue una fiesta todo el partido tras el 1-5 cosechado en tierras abulenses. Si el ambiente fue de Primera, la celebración del ascenso fue de Champions, con una ciudad entera en la calle celebrando un simple ascenso a Segunda B. La primera batalla se había ganado, pero esto no había acabado ni muchísimo menos.

Tifo para el partido frente al Real Ávila | Foto: avilauno.com
Tifo para el partido frente al Real Ávila | Foto: avilauno.com

El Real Oviedo había dejado de recibir de manera ilegal el dinero correspondiente al acuerdo de patrocinio que tenía firmado con el Gobierno del Principado, con Vicente Álvarez Areces a la cabeza. Este acuerdo lo había firmado el Gobierno tanto con el Real Oviedo como con el Sporting, cuando los rojiblancos jugaban en Segunda y los carbayones se mantenían en Primera. El Gobierno le había pedido al conjunto carbayón cobrar lo mismo que sus rivales pese a estar en una categoría superior, lo que el Real Oviedo, de nuevo caballerosamente, aceptó. El equipo asturiano con más temporadas en Primera por aquel entonces, sufría este desplante por parte del Gobierno Regional.

El Real Oviedo, como su portero, solo y en el barro | Foto: oviedin.com
El Real Oviedo, como su portero, solo y en el barro | Foto: oviedin.com

Hay que destacar que Germán Ojeda, presidente del Sporting en la 98/99, reconocía el año pasado en unas declaraciones, textualmente que “El presidente del Sporting, real, era Areces. No lo puedo decir más claro.” Estas declaraciones no se recogieron en los principales medios regionales. El propio Gobierno del Principado avaló, junto al Ayuntamiento de Gijón, al Sporting durante los años previos al ascenso a Primera con Preciado, para obtener los créditos necesarios para evitar el descenso administrativo a Segunda B de la entidad, que junto a su millonaria deuda (mayor que la del Real Oviedo en su día) habría supuesto la desaparición del club. Busquen las diferencias entre los apoyos que recibió el conjunto carbayón cuando cayó a Tercera y los que recibió su eterno rival.

Mientras el Real Oviedo no recibía lo que le correspondía en concepto de patrocinio, su eterno rival sobrevivía con dinero público mientras seguía saqueando su cantera con el beneplácito de la prensa regional. Sí, el Gobierno del Principado se negaba a pagar a los ovetenses lo firmado mientras avalaban con dinero público a los de Gijón. De película. Además, el Farho Gijón, equipo de baloncesto de la ciudad, se convertía en el segundo club deportivo más subvencionado de toda Asturias, solo por detrás del Sporting. Al Real Oviedo solo le quedaba el apoyo de su afición.

No es el Tartiere, es la afición del Real Oviedo en Ávila | Foto: zuredapress.com
No es el Tartiere, es la afición del Real Oviedo en Ávila | Foto: zuredapress.com

El conjunto azul fracasó en su primera temporada en Segunda B, quedándose fuera del playoff de ascenso. Y es que a pesar de ser un recién ascendido, la exigencia histórica obligaba al conjunto carbayón a luchar por el ascenso. La temporada siguiente, sin embargo, una desastrosa planificación por parte de una de las peores ejecutivas de la historia del fútbol, provocaban que el Real Oviedo finalizara la liga penúltimo y consumara su regreso a Tercera. La peor de las pesadillas se había convertido en realidad. Visto desde fuera, cuesta entender como se pudo volver a bajar a Tercera.

En septiembre de 2007 se disputaba la que, hasta la fecha, fue la última edición del Trofeo Principado, que enfrentaba a Real Oviedo y Sporting. En el choque, disputado en el Tartiere, el conjunto carbayón se imponía por 2-1, pero el presidente de todos los asturianos, Areces, se negaba a posar para la foto con el equipo ganador. Al año siguiente, el Sporting se negaría a jugar y ya no se celebraría ninguna edición más.

Areces, entregando el trofeo a Diego Cervero | Foto: LNE
Areces, entregando el trofeo a Diego Cervero | Foto: LNE

Para la temporada de regreso a los barrizales asturianos, se confió para el banquillo en la figura del Lobo Carrasco, ex jugador de los que visten de azulgrana y de la Selección y actual comentarista deportivo. El Lobo, con sus modelos extravagantes que lucía por los campos de la Tercera Asturiana y sus ruedas de prensa en las que llegó a soltar perlas como “yo he escuchado música con el juego del equipo en la segunda parte” consiguió el objetivo mínimo del campeonato del grupo y la consiguiente clasificación para el playoff de ascenso, en el que los azules se verían las caras con un cuarto clasificado de otro grupo.

Foto: marca.com
Foto: marca.com

Hay que destacar de esta temporada el encuentro que los carbayones disputaron en Cudillero ante el equipo del mismo nombre. El presidente del Cudillero por aquel entonces, permitió la entrada al campo a todo aquel que presentara un abono del Sporting. En las gradas, repletas de aficionados rojiblancos, algunos de ellos ultras, se generó un conflicto que desembocaría en los exteriores del estadio en un apuñalamiento  y cinco detenidos. El CD Cudillero, ya desaparecido, gozaba de todos los favores por parte del gobierno de Areces, que ya ni recibía a los directivos carbayones y seguía incumpliendo el convenio de patrocinio.

Foto: oviedín.com
Foto: oviedín.com

En el playoff de ascenso, el Real Oviedo se tenía que enfrentar al Caravaca CF. En la ida, disputada en tierras murcianas, tuvo lugar otro trágico episodio de esta historia. El conjunto carbayón caía por 4-1, lo que suponía el despido fulminante del Lobo Carrasco, que para colmo se había encarado con la afición tras finalizar el encuentro. En el partido de vuelta, se vivió un ambiente de Primera en el Tartiere con 24.000 espectadores en busca de una remontada épica. El Real Oviedo se puso con un 3-0 con un gol de falta en el 58’, pero en la celebración, en la que se desató la locura en el Tartiere, el árbitro se cubrió de gloria y expulsó al autor del tanto, Curro. El partido acabaría 4-2, por lo que el Real Oviedo permanecería otro año más en Tercera, mientras que el árbitro del partido sufrió un descenso de categoría por su nefasta actuación.

Cervero celebra uno de los goles ante el Caravaca. | Foto: magazineoviedista.com
Cervero celebra uno de los goles ante el Caravaca. | Foto: magazineoviedista.com

Mientras tanto, el Sporting certificaba su ascenso a Primera de la mano de Manolo Preciado, en un final de temporada en el que Areces no se perdía un partido en El Molinón y realizaba entrevistas hablando del juego y del árbitro cual forofo. Tras el ascenso, la página web del Gobierno del Principado aparecía teñida de rojiblanco y con imágenes del ascenso del Sporting, en una prueba más de parcialidad por parte de quien debería representar los intereses de todos los asturianos.

La temporada 2008/09 sería la mejor de las 4 temporadas que el conjunto carbayón estuvo en Tercera, alcanzando el centenar de puntos y perdiendo un solo partido en toda la temporada. En la fase de ascenso, con el cambio de formato, se las vería con otro campeón de grupo, en una eliminatoria en la que el vencedor ascendería automáticamente a Segunda B. El rival sería el talentoso Mallorca B, con jugadores que juegan o jugaron en LFP como el portero Nauzet, Tomás Pina, Sergio Tejera o Truyols.

Foto: ovetus13.deviantart.com
Foto: ovetus13.deviantart.com

En el partido de ida, disputado en el Tartiere ante 27.214 espectadores, bajo una lluvia que no cesó en todo el encuentro, el Real Oviedo se impuso por 1-0 con un gol de Diego Cervero (sí, el mismo que salía llorando del Tartiere tras caer ante el Arteixo cuatro años antes) a un filial bermellón cuyos jugadores alucinaron con el brutal ambiente en el feudo carbayón.

Cervero celebra su gol ante el Mallorca B | Foto: diarioazul.es
Cervero celebra su gol ante el Mallorca B | Foto: diarioazul.es

El partido fue televisado por la televisión pública de los asturianos, que venía ninguneando como las demás instituciones al Real Oviedo las temporadas anteriores. La retransmisión del choque empezó con retraso, privando a los seguidores azules ver el espectacular recibimiento a su equipo y de que se escucharan los cánticos de la grada contra Areces y la propia televisión que emitía el partido. El choque tuvo un share de un 26.4% de media, alcanzando los 120.000 espectadores en el minuto de oro (34.6% de share), lo que supone más de un 12% de la población total de Asturias. Oviedistas célebres como Michu, Mata o Melendi estuvieron presentes en el feudo carbayón, no así el Alcalde de Oviedo ni el Presidente del Principado de Asturias.

Desde la propia TPA daban como cifra de asistencia oficial al encuentro 22.000 espectadores, 5.000 menos de los que realmente fueron, cifra que coincidía con la máxima asistencia al Molinón durante esa temporada en Primera División. La afición carbayona había dado una nueva lección de fidelidad y amor a unos colores y parecía que no interesaba que sus datos de asistencia en Tercera superaran a los del equipo del Gobierno en Primera. A pesar de los intentos de asfixiar al Real Oviedo y de imponer un único equipo en Asturias, desde Oviedo seguían batiendo récords y dejando claro que ese sentimiento era inmortal.

Foto: marca.com
Foto: marca.com

En el partido de vuelta disputado en el Ono Estadi, lugar donde el club azul jugó su último partido hasta la fecha en Primera División, se iniciaba la Reconquista ante más de un millar de aficionados carbayones. El partido finalizaba 1-0 y en la tanda de penaltis, Aulestia se erigía en héroe deteniendo el último lanzamiento y el Real Oviedo, esta vez sí, se despedía definitivamente de la Tercera División, cinco años después de caer al barro. Cinco años, más los que quedaban en Segunda B, que dejaron grabada una lección a fuego: el escudo y la historia no ganan los partidos.

El mismo día a la misma hora, el Sporting se jugaba la permanencia en Primera en El Molinón frente a un ya descendido Recreativo de Huelva. El choque acabó con un 2-1 favorable a los rojiblancos que certificaban de esta manera la permanencia, siendo el equipo que descendía el Betis. Tras la rueda de prensa de Manolo Preciado, comparecería en la sala de prensa de El Molinón nada más y nada menos que el Presidente de todos los asturianos, Vicente Álvarez Areces para decir unas palabras. Lo nunca visto.

Areces en la sala de prensa de El Molinón | Foto: joseovd1926.blogspot.com
Areces en la sala de prensa de El Molinón | Foto: joseovd1926.blogspot.com

Días más tarde aparecían informaciones publicadas en prensa apuntando a un posible acuerdo entre capitanes de Recre y Sporting en el partido de la primera vuelta, para que en la última jornada los puntos se lo llevara el que más lo necesitara y que el presidente rojiblanco habría echado en cara a su homónimo onubense la actitud de su equipo yendo a por el partido, puesto que al descanso se llegó con 0-1 en el marcador. Lo de Marcelino la temporada pasada no era el primer lío que salpicaba al Sporting ni mucho menos.

A partir de la 2009/10, el Real Oviedo compite en Segunda B. Y lo haría sin su emblemático capitán, Diego Cervero, que tras no llegar a un acuerdo para renovar, jugó tres temporadas en la UD Logroñés antes de volver de nuevo a casa. Tras un primer año muy bueno en el que el Real Oviedo finaliza en segunda posición, solo detrás del Alcorcón del famoso “Alcorconazo” al equipo que viste de blanco, cae eliminado en primera ronda del playoff ante el Pontevedra.

Tifo para el Real Oviedo-Pontevedra | Foto: realoviedo.incondicionales.com
Tifo para el Real Oviedo-Pontevedra | Foto: realoviedo.incondicionales.com

Los siguientes años son una travesía en el desierto, en los que se suceden los fracasos en el césped y el equipo no logra ni siquiera clasificarse para el playoff, a la vez que es humillado en diversas ocasiones por el filial del eterno rival. Que los ex jugadores que militaron en el Real Oviedo le marcaran a los carbayones era la tónica habitual esos años. Sin embargo, la afición no deja de lado a su equipo, y a pasar de los malos resultados, protagoniza desplazamientos multitudinarios, en los que a veces había más oviedistas que aficionados del equipo local.

Afición azul en León en un partido de liga ante la Cultural | Foto: oviedin.com
Afición azul en León en un partido de liga ante la Cultural | Foto: oviedin.com

Entre medias, en 2010, el Sporting trataba de fichar a uno de los emblemas de la afición carbayona, Michu, que en ese momento militaba en el Celta en Segunda División. Sin embargo, el jugador, a pesar de que la prensa en Gijón presionaba dando por hecho el fichaje, se mostró comprometido con el Celta para lograr el ascenso, ya que su sentimiento carbayón hacía que no fuera la mejor idea fichar por el eterno rival, a pesar de que le estaba dando la oportunidad de debutar en Primera. Un ejemplo de oviedismo, que supuso un golpe para la caverna sportinguista, que no tardó en acusar a la afición oviedista de amenazar a Michu para que no fichara por el Sporting. Unas amenazas que el propio Michu desmintió en una rueda de prensa. Él no quiso ir, sin más, no lo sentía. De hecho, su clásico gesto llevándose la mano a la oreja cuando marca, es una reivindicación por las críticas que recibió, en las que se decía que había dejado escapar el tren para llegar a Primera. La celebración es para reflejar que se demostró lo contrario.

Foto: La Voz de Asturias
Foto: La Voz de Asturias
Foto: elwriterback.wordpress.com
Foto: elwriterback.wordpress.com

Y llegó el año clave para entender lo que es el Real Oviedo a día de hoy, el año 2012. Tras la salida del presidente, Alberto González, que tuvo más bien que huir del cargo por los delitos que se le asociaban durante su gestión, el nuevo consejo lanzó una llamada de emergencia. El club necesitaba dos millones de euros en dos semanas para evitar la causa de disolución. Parecía una locura reunir todo ese dinero en tan poco tiempo sin ninguna inversión importante desde fuera. Pero para la afición del Real Oviedo no hay nada imposible.

Foto: El Gol de Plata
Foto: El Gol de Plata

Tras días de largas colas en las oficinas del Tartiere, donde los aficionados de todas las edades, desde niños que rompían sus huchas hasta ancianos, suscribían acciones por valor de algo más de 10 euros, se inició un hashtag en Twitter #SOSRealOviedo que se hizo viral y aparecía no solo en los informativos nacionales, sino también en los de otros países del mundo. Esto desató una brutal reacción de personas de cientos de países que suscribían acciones, sin importar la distancia. Destacó la aportación desde Inglaterra, cuyos aficionados al fútbol no querían permitir que el club que formó a algunos de sus ídolos como Michu, Mata o Cazorla, desapareciera de esa manera. También destacar al equipo que viste de blanco, que aportó 100.000 euros para la causa.

Foto: LNE
Foto: LNE

Y cuando estaba a punto de lograrse el objetivo de recaudar esos dos millones de euros, llegó el milagro. Una broma telefónica desde un programa de radio al yerno del multimillonario empresario mejicano, Carlos Slim, cuyo nombre es Arturo Elías, donde inicialmente se le hizo creer que estaba hablando con Emilio Butragueño, acabó en una conversación seria pidiéndole que pusieran dinero para evitar la desaparición de un histórico del fútbol español.

El propio Arturo reconocía que no sabía ni lo que era Oviedo ni mucho menos su equipo de fútbol. Sin embargo, tras finalizar la llamada, según él mismo confesaría más tarde, su móvil se volvió loco. No podía ni encenderlo. Su número de seguidores en Twitter se empezó a disparar y no paraban de llegarle menciones de gente rogándole que invirtiera en su club. Al día siguiente tenía reunión con Carlos Slim. Le comentó el fenómeno que se había producido a pesar de su absoluto desconocimiento de todo lo relacionado con Oviedo y su equipo de fútbol, a lo que Slim le respondió: “Éntrale. Éntrale, porque tú no puedes dejar morir a una afición así”.

Carlos Slim y Arturo Elías posando con la bufanda del Real Oviedo. | Foto: El Desmarque
Carlos Slim y Arturo Elías posando con la bufanda del Real Oviedo. | Foto: El Desmarque

Y el milagro se confirmó. El mejicano Grupo Carso ponía otros dos millones de euros, que, sumado a lo recaudado por la afición hasta entonces, aseguraba la supervivencia del club de manera definitiva. Cuando el Real Oviedo estaba a punto de morir, la afición echó el resto y obtuvo la recompensa después de tantos y tantos años de sufrimiento, desprecios y humillaciones. Su club había sido comprado por un grupo de uno de los hombres más poderosos del mundo a pesar de que estaba arrastrándose por Segunda B.  Es la magia del Real Oviedo.

Desde entonces, Carso se hizo cargo de la deuda, negoció plazos con Hacienda y Seguridad Social y aseguró la viabilidad del club a largo plazo. El Real Oviedo ya no necesitaba ayudas de organismos públicos, tenía capital privado con el que subsistir. Y no solo eso, sino que tras un par de años en los que solo se dedicaban al tema económico, Carso entró de lleno y se aseguró de hacer una plantilla de garantías para ir a por el ansiado ascenso.

Esteban, durante su presentación | Foto: marca.com
Esteban, durante su presentación | Foto: marca.com

Para la temporada 2014/15 llegaron al Real Oviedo futbolistas con experiencia en categorías superiores. El más destacado fue Esteban, que volvía a casa tras rechazar una oferta de renovación con el Almería en Primera para bajar al barro a ayudar al equipo de sus amores a salir de él. También llegaron jugadores como Héctor Font, Generelo, Jonathan Vila o Miguel Linares; este último anotaría más de 30 goles esa temporada.

Tras dominar con mano de hierro la clasificación durante buena parte de la temporada, algo inédito desde los tiempos de Tercera, el Real Oviedo se aseguró el primer puesto y se enfrentaría al Cádiz en la eliminatoria decisiva para subir a Segunda. El sorteo se realizó un lunes por la tarde y deparó que la ida se jugara en el Tartiere. El miércoles ya se habían agotado las entradas (aforo de 30.500 espectadores). Se venía la locura.

Foto: delfutbolyotrosdemonios.wordpress.com
Foto: delfutbolyotrosdemonios.wordpress.com

Ante un Tartiere absolutamente engalanado, comenzaba la eliminatoria más importante para el club desde hacía muchos años. Sin embargo, el oviedismo lleva tatuada la palabra sufrimiento y veía como el Cádiz se adelantaba en el marcador. Pasaban los minutos y el empate no llegaba. Un balón al palo del conjunto amarillo casi supuso el 0-2. Los fantasmas del pasado volvían a aparecer. Pero ocurrió algo. De repente la gente gritaba, cantaba entusiasmada, se venía arriba. El Real Oviedo no estaba teniendo ocasiones ni achuchando al Cádiz. ¿Qué estaba pasando entonces?

En la banda había un jugador que empezaba a calentar. Un jugador que jamás había jugado más arriba de Segunda B, y eso que ya pasaba la treintena de años. Ese jugador era Diego Cervero. El de la mítica frase de “No sé si podré llevar a este equipo a Primera, pero lo que tengo muy claro es que hasta que el Oviedo no suba a Segunda B, o me muero o de aquí no me marcho, por mi madre y por mi padre eso lo tengo muy claro”. Ya estaba preparado en la banda para salir. El Tartiere se venía abajo.

Foto: xtasis.org
Foto: xtasis.org

Con él en el campo, como tantas otras veces en las que salió de revulsivo, se vio otro Real Oviedo. Y sobre todo, se vio otro Tartiere. Y de repente, desde la banda derecha, se produjo un centro al área. Allí, como tantas otras veces, estaba Diego esperando. Allí, como tantas otras veces, se anticipó al central y conectó con el esférico de cabeza, su especialidad. Pero esta vez era diferente. Ese balón había salido de su cabeza, pero lo habían empujado también miles de oviedistas con todas sus fuerzas. Con toda la rabia de los años en el barro, de humillaciones, de desprecios y de desgracias. Y ese balón iba tan fuerte que, Aulestia (sí, el héroe del ascenso en Mallorca) quizás viendo también la magia que llevaba ese balón, esa magia que el mismo sintió en el Tartiere durante años, vio como el balón entraba. Y vio como el Tartiere estallaba.

Los segundos posteriores a que el balón se introdujera en la portería son puro fútbol. Diego Cervero, poseído, se echó al suelo y comenzó a hacer flexiones. Sus compañeros se tiraban encima suya y él seguía. Finalmente, cayó al suelo aplastado por los demás. Pero cuando se quitaron de encima, se levantó de un salto y empezó a jalear a la grada mientras pegaba puñetazos al césped. Eso es la celebración de un gol importante, del que lo siente. Sin corazoncitos a la cámara, sin enseñar músculos, sin “siuhs” y sin bailecitos. Ese es Diego Cervero. Oviedismo en vena.

Foto: El Desmarque
Foto: El Desmarque

Desde ese momento hasta el final de la eliminatoria, el Real Oviedo fue superior a su rival, y tras acabar el partido de ida 1-1, un gol de David Fernández en el Ramón de Carranza el 31 de mayo de 2015 daba el ansiado ascenso al Real Oviedo a la LFP 12 largos y tortuosos años después. Se cerraba el círculo.

Sergio Egea, técnico del ascenso, emocionado en Cádiz | Foto: marca.com
Sergio Egea, técnico del ascenso, emocionado en Cádiz | Foto: marca.com

El Real Oviedo se fue de la LFP en 2003, siendo un equipo en la ruina, al que las instituciones dieron por muerto y al que pisotearon sin nunca lograr poder acabar con él. Desde entonces, una lucha diaria por sobrevivir. Continuos golpes deportivos y extradeportivos a los que había que sobreponerse, por imposible que pareciera. Y finalmente, llegó la luz al final del túnel más largo y oscuro por el que este club paso jamás. El Real Oviedo regresaba al fútbol profesional con un respaldo económico detrás inmenso, con una ampliación de capital que trajo nuevos accionistas de nuevos países. Unos accionistas que visitan Oviedo y el Carlos Tartiere desde los lugares más impensables, aunque la prensa regional no se haga eco de ello. Y sobre todo, el Real Oviedo volvía con una afición mucho más fuerte que la que cayó a Tercera allá por el 2003. Lo intentaron matar, pisotear, pero jamás pudieron acabar con el club carbayón. Y lo que no te mata, te hace más  fuerte.

Foto: Juanjo Castro
Foto: Juanjo Castro

A día de hoy, el club sigue en Segunda División. Lo extradeportivo dejó de ser un problema, ahora solo se mira a lo deportivo. Las cosas no están saliendo del todo bien de momento, pero esto es muy largo. Este año hay un aliciente, y es ver a Michu de nuevo con la camiseta de su equipo, la que defendió en Tercera y Segunda B en los años más difíciles para la entidad. Él es el único de la plantilla que vivió aquellos años, tras la marcha de Diego Cervero este verano.

Michu, en su vuelta a casa | Foto: El Comercio
Michu, en su vuelta a casa | Foto: El Comercio
Cervero celebra su último gol con el Real Oviedo | Foto: Real Oviedo
Cervero celebra su último gol con el Real Oviedo | Foto: Real Oviedo

“Ganar y ganar y ganar y volver a ganar y ganar…” Eso era el fútbol para el gran Luis Aragonés, ex entrenador carbayón. Y razón no le faltaba. Él mismo mandó a Segunda a su Atlético del alma en el viejo Carlos Tartiere. Y también ganó al Real Oviedo con el Mallorca, provocando así el descenso de los asturianos en 2001. El fútbol es ganar, pero sobre todo hacerlo de forma noble, sin amaños. El fútbol es pasión, es sentimiento. El fútbol no entiende de categorías. Si eres del equipo que viste de blanco seguramente pensarás que no hay nada mejor que el gol de Ramos en la “Décima”. Pero piensa en la gente que vio en directo ese gol de Cervero contra el Cádiz. Ni mejor ni peor, solo diferente, aunque quizás no puedas entenderlo.

Foto: ascenso21.com
Foto: ascenso21.com

Ser de los que ganan está muy bien. Ser de los de blanco o de azulgrana mejor todavía. Ganan casi siempre y están todo el día en la tele. Pero hay fútbol más allá, mucho más allá. Esta es la historia del Real Oviedo, esta es la historia de la gente que nunca le abandonó. Esta es la historia de un club inmenso, que está de vuelta, que sigue vivo aunque estuvo en coma, al que intentaron asfixiar pero sobrevivió y  que viene con más hambre que nunca. Es algo único, diferente, solo se entiende si estás dentro. Pero seas del equipo que seas, solo puedes ponerte de pie y aplaudir a esta afición que logró lo imposible. El fútbol sonríe, Real Oviedo sigue existiendo. 

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