El paso del Real Oviedo por Granada fue, simplemente, un capítulo más de la crisis deportiva por la que pasa la disciplina azul en estos momentos. Superiores en todo momento, los andaluces supieron bien cómo enterrar a un equipo apático que ya perdía a los cinco minutos de juego con un auténtico golazo en propia puerta. ¿El desafortunado? Christian Fernández. El cántabro remató de cabeza un balón tratando de evitar que su marca se le adelantase con un latigazo inalcanzable para Juan Carlos.

Con todo en contra, el conjunto carbayón trató de reaccionar y José Verdú Nicolás “Toché”, intentó una réplica de lo que hiciera el conjunto nazarí en el minuto cinco de partido, pero sin tanta fortuna. Despejó bien el meta local, Javi Varas. Los azules consiguieron la posesión del balón, pero no lo materializaban en ocasiones, baza a favor de un Granada que fue llevando la balanza a su favor a medida que el cronómetro del Nuevo Los Cármenes avanzaba.

Tras el paso por la caseta se consumó el cataclismo azul. Joselu, quién iba a ser si no. El ‘pichichi’ de la pasada campaña en la Liga 1|2|3 no faltó a su cita con el gol y le recortó una unidad a uno de sus principales competidores, el anteriormente mencionado Toché. A partir de ahí, el Granada jugaría ante un equipo tocado y hundido, que plasmaría su quiero y no puedo apenas unos minutos después, aunque la ocasión fue desperdiciada por el propio Joselu y su compañero Espinosa.

Los jugadores del Granada celebran uno de los goles cosechados ante el Real Oviedo. | Foto: Granada C. F.
Los jugadores del Granada celebran uno de los goles cosechados ante el Real Oviedo. | Foto: Granada C. F.

A partir de ahí y, como tan característico es en un entrenador de la talla de Juan Antonio Anquela, se vio a un Oviedo más ofensivo por los cambios realizados: el punta de lanza, Miguel Linares entraría por Forlín en primera instancia, después sería ‘Diegui’ Johannesson quien lo haría en lugar del central Valentini para, por último, dar paso al lateral izquierdo procedente del Nàstic de Tarragona, Mossa, quien a pesar de sus buenas actuaciones no está contando con la confianza del jiennense.

El final fue para dejarse llevar. Los andaluces introdujeron otros seis pares de piernas y de pulmones en el campo para regalar alguna que otra ovación a tres de los protagonistas en la victoria de hoy: Joselu, Baena y Kunde, y evitar así una posible sorpresa que al final nunca llegó.

Tras esta derrota, el Real Oviedo, equipo que ha dejado mucho que desear en la tarde-noche de hoy, se sitúa decimoquinto, a la espera de lo que hagan los rivales que le siguen y que tengan un partido menos, como es el caso de Almería, Córdoba y Alcorcón, conjuntos que pueden superar a los azules en el hipotético caso de que ganen sus partidos, dejándolo en una, cuanto menos alarmante, decimoctava posición. La cosa comienza a ponerse fea para los de Anquela, que ven cómo el fantasma del descenso planea sobre sus cabezas y, aunque, según Oltra, "hubo fases del partido en las que fueron algo mejor que nosotros", en general firmaron un encuentro sin ambición, y eso es algo que deberán mejorar en las próximas semanas, o así lo ha rubricado Anquela en rueda de prensa. Habrá que ver si toques de atención como: “Puedo mentir y buscar mil excusas, pero hay que correr desde el primer minuto al último”, surten efecto en unos jugadores que, parece, tienen un problema de moral que empieza a ser ya preocupante.

Por su parte, esta victoria situará al Granada en los ansiados puestos de playoff, y aunque se encuentren a expensas de lo que haga su inmediato perseguidor, el Lugo, sus actuaciones y las impresiones que están dejando los granadinos no son para ir más abajo que eso en la tabla.