Uno de noviembre de 2012. El Real Oviedo va a la deriva tras la mala gestión de su presidente y es obligado a aportar la cantidad de 1,9 millones de euros para no desaparecer del mundo del fútbol. La ciudad, en simbiosis con el club, se encuentra gris, taciturna, lúgubre, triste. Las esperanzas de reflotar un club casi muerto se van diluyendo en parte de la afición carbayona y el destino parece inevitable. O igual no. 

Desde la dirección del club se decide dar un paso adelante para intentar solucionar la crisis por la que el conjunto de la capital del Principado de Asturias estaba pasando y se recurre a una ampliación de capital algo diferente, con el objetivo de contar con accionistas modestos. La propuesta es que las acciones cuesten 10,75 euros, por lo que cualquier persona podría hacerse con una parte del club, y como siempre, la afición respondió. En los primeros días de la ampliación de capital, las colas en la oficina del club daban la vuelta al estadio y los niños acudían a los despachos con sus huchas para vaciarlas y sacar de ahí los 10,75 euros necesarios con los que comprar una acción del Real Oviedo. Pero esto, no era suficiente.

La noticia llegó a oídos de Sid Lowe, periodista deportivo inglés, y en un acto de desesperación, recurrió a sus seguidores de Twitter para que ayudasen al club azul. Poco a poco, antiguos canteranos del Real Oviedo imitaron al británico y personalidades como Mata, Cazorla o Michu quisieron aportar su granito de arena. Como la bola de nieve que baja por la ladera de un monte, la noticia se fue magnificando y hasta llegó a ser anunciada en los noticiarios de países como Estados Unidos, Rusia o China. El mundo entero sabía de la existencia de un modesto club de Segunda "B" y comprobó que merecía la pena gastarse poco menos de 11 euros por la ilusión de una ciudad y una afición entera.

Entra en escena un programa de radio español y una broma telefónica dirigida por el cómico Dani Martínez, quien se hace pasar por Emilio Butragueño e insta a Arturo Elías, yerno del multimillonario Carlos Slim, a comprar diez acciones del club. Para ello, el empresario mexicano pide al menos 50.000 interacciones en su cuenta de Twitter y se sorprendió a sí mismo con más de 100.000 en apenas horas. Esta historia conmueve al "ingeniero" Slim, quien entendiendo lo que significa el Real Oviedo para su afición, decide poner 2 millones de euros y convertirse en el accionista mayoritario del club asturiano. Y se obró el milagro. Más de 30.000 accionistas en 80 países diferentes y la inestimable ayuda del multimillonario mexicano, salvaron al Real Oviedo de morir y hoy, 17 de noviembre de 2017, cinco años después, el Real Oviedo está más vivo que nunca.

Arturo Elías ondea una bandera con el escudo del Real Oviedo | Imagen: Real Oviedo
Arturo Elías ondea una bandera con el escudo del Real Oviedo | Imagen: Real Oviedo

El club asturiano ha vuelto al fútbol profesional tras haber militado doce temporadas entre la Segunda B y la Tercera División españolas y sueñan con el ascenso a la Liga Santander, tras no disputarla desde el año 2001. Además, el Grupo Carso, conglomerado de empresas propiedad de Carlos Slim, ha logrado que el club cuente con multinacionales como su patrocinador, como es el caso de la compañía china de telefonía móvil, Huawei. Y lo que es más importante, el club, al fin, tiene deuda cero con Hacienda, y en un principio, no volverá a verse en una situación así.

Cinco largos años han pasado desde aquella tarde de sábado en la que se anunció la salvación oficial del club. Cinco años llenos de alegrías y penas, de goles y decepciones, de risas y de llantos, de lágrimas de alegría y lágrimas de pena. Cinco años del mensaje "Proud of you" (orgullosos de vosotros), en homenaje a todos los accionistas extranjeros. Pero esos cinco años, han sido los mejores desde el descenso del club a Tercera Divisiónesa cicatriz ya curada formará parte de la historia del Real Oviedo. Porque el fútbol a veces, trae momentos inolvidables.