Una victoria en los últimos cinco partidos contra una derrota de los cinco precedentes. Diego Martínez Penas (Vigo, 1980) tratará de revertir, este domingo en Oviedo, la primera de las dinámicas, la de Osasuna, equipo al que entrena desde principios de esta temporada y que no acaba de aupar hasta las posiciones que debería. A este entrenador podríamos enmarcarle dentro de las perlas rescatadas por el cazatalentos 'Monchi', el que fuera Director Deportivo del Sevilla F. C.. Martínez, que se cruzó España entera para cursar los estudios universitarios de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en Granada, por aquél entonces dirigía al Motril, conjunto isncrito en el grupo IX de la Tercera División Nacional (Andalucía Oriental y Melilla) y con el que, a la postre, conseguiría el ascenso llamando así la atención del alto cargo sevillista.

Al llegar a la entidad hispalense, no se sentaría directamente en los banquillos, sino que Monchi le dejaría a cargo del área de tecnificación de la cantera para, una vez captada la filosofía futbolística del club, pasar a dirigir al División de Honor Juvenil, recordemos: máxima categoría juvenil nacional y al tercer equipo, el Sevilla "C".  Dado ya el salto al cuerpo técnico del primer equipo, el joven entrenador gallego fue discípulo de Marcelino García Toral, Míchel y Unai Emery.

En 2014 le llega la oportunidad de dirigir, de nuevo, a un equipo como primer entrenador y qué mejor oportunidad para hacerlo que dentro de la cantera del club sevillista. Diego Martínez coge las riendas del Sevilla Atlético, consigue mantenerlo y asentarlo en la categoría y da el salto al Fútbol Profesional la temporada siguiente, desde los once metros, convirtiendo al filial hispalense en el único que competía en Segunda División hasta esta temporada, en la que comparte trono con su homólogo azulgrana, el Barça "B".

En lo que respecta a lo que va de liga, el técnico gallego añadirá a su currículum la segunda campaña en el Fútbol Profesional  y sus números pueden ser vistos desde dos perspectivas completamente opuestas: la primera de ellas, la que se refiere al entrenador debutante en la dirección del primer equipo de una entidad en una categoría así, en donde su labor no es otra que la de la consecución del éxito, al contrario de la que debía cumplir en el Sevilla Atlético, la de la formación de talentos. El segundo punto de vista es el de la ansiedad de la afición de un histórico de Primera División que ve como su equipo se está convirtiendo en un continuo ascensor, con tres cambios de categoría en los tres últimos cursos y es ahí en donde a nuestro protagonista de hoy no le tiene que temblar el pulso, porque sin duda el fracaso en Osasuna sería una losa mucho más pesada que la del fracaso en el filial sevillista.

Ni siquiera los goles de Sergio León evitaron que Osasuna descendiese a Segunda la pasada campaña. | Foto: La Liga
Ni siquiera los goles de Sergio León evitaron que Osasuna descendiese a Segunda la pasada campaña. | Foto: La Liga

La idea de juego que el míster vigués mostrará en el Tartiere carecerá de complicaciones: como el propio 4-4-2 que Martínez por bandera. De la mano del exjugador azul, Lucas Torró, y del ariete pucelano, Quique González, Osasuna saltará al campo con más presión que el Oviedo y con la idea de revertir una situación que no les es, desde luego, favorable. La efusividad heredada de entrenadores como Marcelino o el propio Unai Emery se ocupará de que Osasuna vuelva a ocupar los puestos que le corresponden, y si no es esta la jornada, lo hará en los próximos capítulos de este bonito libro titulado "Segunda División".