En la jornada de ayer, el Real Oviedo vencía por 3-0 a la Cultural Leonesa en el Carlos Tartiere, consiguiendo de esta manera su quinta victoria consecutiva, la séptima en ocho partidos y cerrando el año en tercera posición, a tan solo un punto de los puestos de ascenso directo a Primera División.

La temporada arrancaba para el conjunto carbayón con un plantel muy renovado y un nuevo inquilino en el banquillo, un Anquela que venía de cuajar una gran temporada con el Huesca. El inicio de liga fue muy complicado, con múltiples lesiones que dejaron al equipo en cuadro y un Real Oviedo que no encontraba una identidad y al que le costaba un mundo ganar los partidos, ofreciendo en algunos encuentros una imagen que dejaba mucho que desear.

Sin embargo, a medida que Anquela iba recuperando lesionados, cambió el sistema de juego. Abandonó su idea de juego inicial para pasar a una disposición táctica con tres centrales y dos carrileros largos que ha resultado ser todo un acierto. Esto, sumado al relevo en la portería y al poder colocar a un jugador de primera como Forlín en su posición natural de central, le ha dado una enorme solidez defensiva al conjunto carbayón, consiguiendo de esta manera una racha que le ha llevado desde la mitad de la tabla a los puestos altos de la clasificación.

Foto: LFP
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Si bien esta gran racha tiene muchos culpables, hay alguien que merece una mención especial. Ese hombre es Miguel Linares Cólera. El delantero maño, tras un mal final de temporada pasada y un mal arranque de la presente campaña, se hizo con la titularidad después de la lesión del, posiblemente, jugador más importante del equipo las dos últimas temporadas, Toché.

Desde aquel momento, Linares se transformó y recuperó el olfato goleador. Pero más importante que sus cifras goleadoras, que no son nada espectacular o fuera de serie, ha sido su brega, su lucha constante y una nueva faceta de asistente que han hecho que la afición no tenga que acordarse del delantero murciano, que probablemente no regresará hasta el mes de febrero. Miguel Linares ha resurgido de sus cenizas con una pasión y una garra digna del escudo que defiende y que tanto siente.

Foto: LFP
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Pero no solo Linares ha destacado en este último tramo de 2017. Alfonso Herrero ha pasado de jugar en tercera a ser un jugador determinante en este equipo. Carlos Hernández ya es el defensa más goleador de la categoría. Diegui ha vuelto a ser convocado con Islandia gracias a su buen momento. Rocha ha cogido galones y se ha hecho con la titularidad cuando pocos creían en él. Saúl Berjón tiene detalles de jugador de otra categoría… sin olvidar a los Christian, Folch, Mossa, Aarón, Yeboah, Cotugno, Viti, Hidi… todos aportando su granito de arena en este equipo, que no deja de presionar y de dejarse el alma los noventa minutos y que es una auténtica piña.

Además de finalizar el año en tercera posición con 35 puntos, el Real Oviedo lo hace también como equip asturiano mejor clasificado, algo que no sucedía desde el año 2001. A pesar de los intentos de la prensa asturiana de vender al otro equipo de la región como el equipo a batir, en una temporada que sería de paso por la división de plata, con el mejor técnico de la categoría, la única realidad es que dicho equipo marcha en décima posición, con el mejor entrenador de la categoría cesado y siendo incapaz de vencer en El Molinón a un Real Oviedo, de cuyos fichajes se mofaban en verano, que viajó con el equipo en cuadro.

Foto: El Comercio
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En definitiva, el oviedismo cierra el año de una manera muy bonita y disfrutará de unas Navidades cargadas de ilusión y felicidad por la marcha del equipo. Y aunque las tertulias deportivas regionales le sigan dedicando menos tiempo que a equipos que están bastante por debajo en la tabla y aunque los oviedistas de fuera de Oviedo sigan sin poder ver a su equipo en portada tras ganar el día anterior en la prensa escrita regional, la ola azul se está haciendo cada día más grande. En la próxima ampliación de capital volverán a entrar nuevos inversores, que se unirán a los miles de accionistas que tiene el Real Oviedo por todo el mundo. Y la ola seguirá creciendo y creciendo, cada vez más. Y se acabará tragando a aquellos que aún se niegan a ver la realidad. Feliz Navidad, oviedistas.