Cádiz, Carnavales de 2018. Mucha fiesta y un partido por el ascenso a la Liga Santander. Un encuentro entre dos equipos que después de 25 jornadas están tan igualados que solo los separa un gol en la clasificación.

Pudo ser el penalti fallado por Rocha ante Osasuna, el error del ya exjugador azul Owusu en el Mini Estadi, prácticamente a puerta vacía o, mismamente, la carrera sin frutos del debutante Fabbrini en el derbi asturiano. Lo que está claro es que este partido será dirigido por un colegiado que genera un poco de polémica.

Pulido Santana, Las Palmas de Gran Canaria, 1983, arbitra en Segunda División desde la temporada pasada, campaña en la que finalizó cuarto en el Trofeo Guruceta, aunque fueron Alberola Rojas (7º), González Fuertes (10º) y Medié Jiménez (5º) los que lograron el ascenso.

Pero fue tres temporadas atrás cuando acabó por bautizarse a este árbitro como “el árbitro de las lesiones” y es que hasta en dos ocasiones, este colegiado cayó lesionado mientras se disputaba una de las eliminatorias de ascenso a Segunda División y la casualidad fue la encargada de que el entrenador local fuera el mismo en ambas.

La última de ellas, les refrescaré a memoria, tuvo una gran repercusión mediática. El encuentro transcurría con total normalidad hasta que Pulido Santana cayó lesionado en el partido de vuelta disputado por el Huracán de Valencia y el Logroñés.

Al no haber árbitro de reserva se tuvo que encargar su asistente de dirigir el encuentro y un árbitro federado que se encontraba presenciando el partido fue el encargado de portar el banderín. El encuentro y la eliminatoria casualmente fueron remontados por el equipo local y el conjunto visitante, recordemos, el Logroñés, cayó eliminado tras haber jugado los minutos finales con dos hombres menos. Carlos Pouso –el entrenador que llevó al Mirandés hasta una semifinal de Copa en 2012- no daba crédito en rueda de prensa. El Huracán acabó pasando de ronda.

Dejando el apartado físico a un lado y centrándonos meramente en las actuaciones de este colegiado canario, lo cierto es que los números, después de ese escándalo, le acompañan. La temporada pasada debutó en la categoría de plata del fútbol español y casi logra el ascenso a Primera División. Se encuentra entre los árbitros que más penas máximas han señalado y entre los más tarjeteros -6 y 99 respectivamente-.

Con Pulido Santana como trencilla, los equipos locales se han llevado un 36,36% de los choques, los visitantes un 22,72% y el casi 41% restante terminó en empate. Además, de las 99 tarjetas que enseñó, la friolera de 61 fueron para el equipo visitante y sólo 38 para el equipo local y de las seis penas máximas señaladas fueron para el equipo local, en su totalidad, o lo que es lo mismo, en 22 partidos no señaló ni una sola pena máxima al equipo visitante.

Veremos si un encuentro de altura como este le causa o no vértigo a un árbitro que no es la primera vez que dirigirá a estos dos conjuntos. Este colegiado ya lo hizo la pasada campaña en el partido que curiosamente el Oviedo ganó por cero tantos a dos en el Carranza y desde la redacción de VAVEL no podemos desearle otra cosa que no sea suerte y una buena labor, tanto para el partido del sábado a las 18:00 en Cádiz, como para lo que resta de temporada y para su lucha por el ascenso a Primera División.