El fútbol no entiende de justicias o injusticias y esta es una de las cuestiones que lo hace ser tan especial. El viernes en Gran Canaria, la Real Sociedad se llevó tres puntos tan importantes como inmerecidos por los hechos acontecidos en el terreno de juego. Sin embargo lo que al final marca la tabla son los puntos y éstos volaron al casillero txuri-urdin.

Las estadísticas no significan recoger frutos

Si durante el fin de semana tienes un hueco y te apetece ver el resultado de lo que diría la gente cuando les enseñes los números del encuentro, coge papel y bolígrafo y apunta los datos relativos al partido entre la Unión Deportiva Las Palmas y la Real Sociedad. Hazlo anónimo, simplemente poniendo local y visitante. Después sal a darte un paseo por lo Viejo de San Sebastian a preguntar a la gente y verás como sale que la mayoría habrían apostado por la victoria local. Ésto es un análisis de las estadísticas, pero lo que cuentan son los goles y ahí los donostiarras salieron victoriosos.

La posesión del balón fue 61,2% frente al 38,8%. Los de Quique Setién ganaron el número de duelos: remataron el doble a portería, dieron 592 pases por los 372 del equipo de Eusebio Sacristán o realizaron siete centros más al área. Como se puede observar, los locales salieron vencedores en todas las acciones referidas al ataque pero sin embargo la Real ganó el duelo que más importa, el de los goles. Así pues, la conclusión es evidente y es que por mucho que domines, si no eres eficaz lo acabas pagando.

Las Palmas obligó a la Real a jugar en campo propio debido a su empuje

Si se observan los datos, uno puede hacerse una idea de lo que deparó el desarrollo del encuentro. Si bien es cierto que durante la primera mitad el partido estuvo más igualado, con el balón repartido en los dos campos, la segunda parte fue de claro dominio amarillo.

Rulli se vistió de héroe y Xabi puso la guinda. 

El meta argentino fue decisivo para conseguir ganar en la isla. Sin duda sus paradas fueron decisivas y Boateng, Jesé o Tana vieron como el arquero evitaba una tras otra vez que se adelantaran en el electrónico. Las manos y la colocación fueron claves en las detenciones del guardameta.

Por su parte, Xabi Prieto no perdonó la asistencia de Javi Varas, quien cometió un error de bulto al entregarle el balón al centrocampista realista, para que este solamente tuviera que ajustar su disparo al palo largo donde no podía llegar de ninguna manera a detenerlo.