Balaídos albergaba la última jornada de Liga para Celta de Vigo y Real Sociedad, en lo que era el adiós de Berizzo y el penúltimo tren europeo para los de Eusebio.

Salió la Real Sociedad consciente de que necesitaba ganar para poder entrar en Europa si los resultados se daban. Sin embargo, en los minutos iniciales el Celta de Vigo demostró que quería acabar el año brindado una victoria a una afición que había visto como su sueño europeo y copero se desvanecía en sendas semifinales. Por lo que se vio una lucha por el balón en la que los locales salieron vencedores. Suyas fueron los primeros acercamientos al área rival. Y suya fue la primera gran ocasión a través de un testarazo de Roncaglia.

Así pues, mientras en Balaídos ambos equipos batallaban por hacerse con el control del partido en la medular, en Mestalla y casi con el silbido inicial Soldado anotaba para el Villarreal CF. Noticia que obligaba a los de Eusebio a vencer y esperar que el Athletic de Bilbao no venciese en el Vicente Calderón. Pero para suerte de los donostiarras, el nerviosismo por la necesidad de marcar y vencer se veía rebajado con las nuevas buenas que llegaban desde Madrid. Fernando Torres marcaba dos goles en los primeros diez minutos y ponía al Athletic a dos tantos de puntuar e igualar con la Real Sociedad en la tabla. Alentados por esos resultados y en pos de un triunfo que les llevase a Europa, la Real Sociedad comenzó a acercarse a los dominios vigueses.

Iñigo Martínez a través de una falta lejana desde fuera del área celeste daba la primera muestra de peligro de los txuri-urdin. Rasa y centrada aprovechando el salto de la barrera rival llegaba hasta un Sergio Álvarez que la atajaba sin problemas. Y segundos después Zurutuza desde la izquierda intentaba filtrar un balón diagonal a un Carlos Vela que no llegó.

En el otro lado del campo respondía un Sisto que fue el jugador celeste más incisivo de la primera parte. Sus movimientos en salidas rápidas y sus pases, primero a Wass y después a Guidetti pusieron en jaque a una defensa desajustada en ambas ocasiones. Algo que quedó corregido el resto de primera mitad.

Sergio Álvarez y los reflejos de todos

Con ellos se llegaba a los últimos veinte minutos de la primera parte. Y entonces, dio comienzo a una serie de encadenadas ocasiones en las que las actuaciones del meta y la de su defensa bajo palos evitó el gol visitante.

Corría el minuto 24 cuando Yuri Berchiche recuperó un balón en el circulo central. El lateral cedía el balón a un Vela situado en banda izquierda que centraba con precisión para que Willian José rematase de cabeza y a bocajarro en la portería de Sergio Álvarez. Pero este logró despejar y desbaratar la mejor ocasión del partido hasta entonces.

Se entonaba la Real Sociedad que en el minuto 33 gozó de una doble oportunidad. Primero veía como Sergio Álvarez salvaba con el pie el remate de Vela. E inmediatamente después, en segunda jugada después del rechace inicial, y con el guardameta ya vencido, Jonny sacaba bajo palos el chute de Oyarzabal.

A falta de tres minutos para el descanso, era Cabral quien, de nuevo bajo palos y cuando todo el mundo ya se aventuraba a cantar el tanto blanquiazul, sacó el balón que Xabi Prieto quería dejar en la red local. Una ocasión que llegaba después de un magnifico centro de Yuri que bajó Willian José hasta que, en el momento oportuno, cedió para la llegada del capitán desde segunda línea. Otra vez, los reflejos y la zaga celeste se aliaron y con ello se llegó al descanso. Un descanso en el que por la mente de los txuri-urdin pasaba no tener que lamentar estas oportunidades perdidas.

Susto de Rulli y el penalti de Iñigo

La segunda parte arrancaba con sobresalto para la Real Sociedad, pues los txuri-urdin veían como Rulli se tendía sobre el césped con un aparente problema muscular. Afortunadamente, el guardameta se reponía y podía continuar custodiando la portería visitante.

Poco les duraba el alivio a los guipuzcoanos pues el Celta de Vigo arrancaba los segundos cuarenta y cinco minutos con fuerza en el ataque. Un recién entrado Jozabed, combinaba dentro del área pequeña con Iago Aspas que ponía un balón, que tras ser bajado por Jonny remataba el propio Jozabed.

Y casi sin respiro, en el minuto 55 Iñigo Martínez cometía penalti sobre Iago Aspas. El delantero no desaprovechaba la ocasión y adelantaba desde los once metros a los de Berizzo. Era el uno a cero.

Y con este gol, la Real Sociedad se caía momentáneamente de Europa League. Porque el Villarreal CF, a pesar de ver cómo le igualaba el Valencia CF, reaccionaba de forma inmediata con el tanto de Trigueros que ponía de nuevo al submarino por delante. Y tampoco les servía la victoria del Atlético de Griezmann.

Sin embargo, si bien el Villarreal se reponía, la Real Sociedad no conseguía responder al Celta de Vigo. Aunque sí lo hacía desde el banquillo Eusebio. El técnico decidía sustituir a Carlos Vela y Willian José para meter en el campo a Canales y Juanmi. Este último sin ser todavía consciente de lo importante que iba ser.

El cronometro seguía adelante y la Real Sociedad, y de forma discreta, se chocaban contra la defensa local y fue Iñigo con su lanzamiento desde medio campo quien creó más peligro. Mientras que en el centro del campo Illarramendi, y echándose el equipo a la espalda, se crecía y daba muestras de su poderío robando, conduciendo y distribuyendo balones. Fue en un robo, no del cuatro realista sino de Zurutuza, cuando originó una ocasión. Juanmi caído en banda izquierda ponía un balón al que Oyarzabal no llegó tras la intervención de un atento Sergio Alvarez. Otra vez, Sergio Álvarez.

Y entre tanto, el Celta no se olvidaba de atacar pues Roncaglia hizo estirarse a Rulli en el minuto 71. Tras ello, llegó una fase de juego en la que los de Eusebio parecían no encontrar la clave del encuentro. Diluidos en ataque, se apreciaba una falta de claridad en sus ideas. A lo que se le sumaban, decisiones rápidas y en su mayoría erróneas que les llevaban a cometer imprecisiones y regalar el esférico.

Mikel Oyarzabal: el gol del sentimiento

Pero entonces, en el minuto 81 apareció Mikel Oyarzabal. El extremo peleado con el gol toda la temporada (solo había anotado ante el Valencia CF), ponía el empate con un disparo ajustado al palo izquierdo. El canterano, que ha transitado por un año difícil e irregular, arropado por sus compañeros celebraba con lágrimas en los ojos y besando el escudo su tanto. Era el reflejo del sentimiento txuri-urdin. Mientras que entre los realtzales se desbordaba la alegría y el pasaporte a Europa Legue parecía tener dueño. 

Locura final y Juanmi como héroe 

Pero el Celta no se achicó y en el minuto 83 Hjulsager puso el alma en vilo a los txuri-urdin con un disparo que hizo lucirse a Rulli. Ese fue el primer aviso del danés. El siguiente acabó en las mallas de la portería visitante. Hjulsager anotaba en el minuto 90 el gol que ponía por delante a los gallegos. El mismo tanto que parecía ser la puntilla para los donotiarras. Europa se alejaba de la Bahía de la Concha y se acercaba a Bilbao. Poco importaban entonces el uno a tres de Mestalla y el tres a uno del Vicente Calderón.

Sin embargo, aún quedaban por jugarse los minutos del descuento. La Real Sociedad ya sin nada que perder se lanzó en busca del milagro. Y este llegó. Juanmi, protagonista indirecto del empate de Oyarzabal, metía dentro su testarazo y dejaba su nombre en la historia del club donostiarra. Era el minuto 93. Entonces sí, la Real Sociedad sellaba definitivamente su presencia en la Europa League 2017-2018

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