Comienzan a sonar las alarmas entorno a Rubén Pardo, al no haber disputado un solo minuto en lo que vamos de liga. Es por ello que surge la siguiente cuestión: ¿Estará otro año más en la sombra?

Eusebio Sacristán y Rubén Pardo. Entrenador y jugador, nunca han llevado una relación del todo buena, o al menos, eso es lo que el técnico vallisoletano ha transmitido. Pero antes de la llegada de Eusebio, la situación de Pardo en el club era completamente distinta. El del Rincón del Soto jugaba, no con la asiduidad deseada, pero contaba con bastantes más minutos que a día de hoy, además de partir como titular en más de un encuentro. En la era de Phillippe Montanier contaba con mucho protagonismo, al ser el pivote titular junto a Markel Bergara o junto al propio Asier Illarramendi. También cuando el escocés David Moyes dirigió al equipo donostiarra, en el periodo de tiempo en el que Illarramendi vistió la camiseta del Real Madrid. 

Eclipsado por Illarra y ¿Eusebio?

Está claro que si Asier Illarramendi no hubiera vuelto al conjunto donostiarra, el papel de Pardo sería otro muy distinto. Hoy por hoy, el riojano sigue estando muy lejos del de Mutriku, por lo que no parece que la situación vaya a revertirse. Eusebio confía mucho en Illarra, y muy poco en Pardo, y esa es otra de la causas por las que la progresión del riojano se ha visto limitada.

La cesión de la esperanza

Ante dicha situación, en enero de este año, la Real Sociedad y el Real Betis Balompié acordaron que el jugador partiera haciaa Heliópolis en calidad de cedido, para que así, pudiera curtirse y gozar de los minutos que le habían faltado en San Sebastián. De la mano de Víctor Sánchez del Amo, volvió a disfrutar del fútbol, siendo de la partida en muchas ocasiones y siendo la piedra angular del cuadro verdiblanca.

Con el mercado de fichajes cerrado, no es posible que Pardo salga del club, por lo que no le queda otra que luchar por un puesto hasta enero, y ya, en 2018, buscar un nuevo equipo en el que pueda ser importante.