16 goles en contra en cinco partidos. Cuatro derrotas y un empate en esa media decena de encuentros. Esos son los datos con los que se presentaba el equipo de Eusebio en Vitoria. Pero claro, enfrente estaba el conjunto menos goleador de toda la Primera División. El resultado fue el que se espera tras estas líneas. Rulli volvió a dejar imbatida su meta un mes después de la última vez que lo hiciera, ante el Rosenborg noruego.

Zubeldia e Illarra juntos

El entrenador vallisoletano apostó por el joven Zubeldia para suplir a Zurutuza, todo un reto para el chaval. No lo hizo mal, pero para ser certeros, no fue a Zurutuza a quien relevó. El canterano jugó durante todo el partido de '4', y quien jugó de interior izquierdo fue Illarra, en un cambio de papeles que seguramente veamos a menudo, como confirmó Eusebio en la rueda de prensa posterior al partido.

Pero como el propio entrenador dijo, esta situación hay que trabajarla. Actualmente, Zubeldia debe pensarse más como un relevo del de Mutriku que como un complemento, puesto que se dedican a hacer la misma función. Así, mientras Zubeldia dio mucho al equipo en labores de contención, lo cierto es que Illarra estuvo algo perdido en la primera parte. Acostumbrado a jugar con una visión frontal de todo el campo, no se terminó de adaptar a verlo desde la izquierda. Perdió peso, y el equipo lo notó. 

Mapa de calor de Illarra / Foto vía Squawka
Mapa de calor de Illarra / Foto vía Squawka

La primera parte fue insulsa, con más de un 70% de posesión que nunca llegó a inquietar a Pacheco. El Alavés, sin embargo, sí lo hizo con Rulli. Apenas cogían el balón, pero cada vez que lo hacían era para lanzarse contra la portería del argentino. Así, los de De Biasi esperaban muy replegados y solo mordían para aprovechar los fallos en la salida de la Real, menos frecuentes que en los partidos anteriores. Entonces, Munir, junto con Pedraza o Ibai, y en ocasiones Medrán, salían disparados hacia delante. Manu García y el propio Munir pudieron adelantar a los vitorianos en dos de estos fallos, pero perdonaron. Y eso es algo que un equipo como los babazorros, que tienen ocasiones a cuentagotas, no puede permitirse.

Juanmi, un oasis

Ante la aglutinación de alavesistas en el área, el que peor lo pasó fue Juanmi. El malagueño apenas dio 14 pases en todo el partido. Con Illarra y Zubeldia, la Real perdía presencia en el área contraria, ya que ninguno de los dos llegaba a la zona de 3/4. Además, Odriozola tuvo quizás el partido con menos apariciones determinantes en campo contrario. El lateral vio mermada su participación ofensiva gracias a la actuación de Duarte, y de la inestimable ayuda de Pedraza en tareas defensivas (entre los dos recuperaron 12 balones).

Pases de Juanmi en el encuentro | Foto: Squawka
Pases de Juanmi en el encuentro | Foto: Squawka

Con todo ello, y con Willian José buscándose las castañas fuera del área, Juanmi se encontraba solo en el área todo el tiempo. De los 22 centros que se pusieron al área durante el encuentro, solo fue capaz de rematar uno. Eso sí, fue en el área pequeña, pero remató forzado y la mandó muy por encima del larguero. En un balón recuperado en la frontal tuvo su gol, pero Pacheco hizo una parada formidable para sacar de la escuadra el tiro del malagueño. A esas dos acciones se redujo su partido.

En la segunda parte anduvo más perdido aún. De Biasi pasó a un 5-4-1 para frenar las subidas por banda de Odriozola, y con otro central más fue imposible para el malagueño tocar balones en el área. Con tal atasco en campo rival, solo los cambios de orientación de Llorente (19 envíos en largo durante el encuentro) hacían bascular al Alavés. El madrileño ha adquirido un papel muy importante en la salida de balón del equipo donostiarra. Sin ir más lejos, en este partido dio 104 pases, 14 más que Illarra y Elustondo, los siguientes en esta faceta.

Pases de Llorente en el encuentro | Foto: Squawka
Pases de Llorente en el encuentro | Foto: Squawka

Januzaj, la clave del cambio

Y claro, con ese panorama, era de cajón que Juanmi debía salir del partido. Pero lo realmente importante es quién, y para qué, ingresó. El belga salió en los últimos minutos, y lo hizo para ganar el partido. Con su salida en banda izquierda, Willian José pudo por fin volver al área y fijar a los centrales, y Oyarzabal tuvo más libertad de movimiento, ya que para entonces las vigilancias defensivas tenían ya su foco en el bueno de Adnan. El belga realizó 19 pases y 3 regates en apenas 20 minutos sobre el campo.

Todo esto desencadenó en el primer gol solo 10 minutos después. Kevin puso desde la izquierda un centro pasado, y los centrales se quedaron con Oyarzabal en el salto. Entonces el balón le quedó a Odriozola, que la bajó, levantó la cabeza y se la dio a Mikel. Este, en apenas 1 segundo, controló entre tres defensas, miró a puerta y armó el disparo. Suave, con mimo, la colocó en el palo largo. Imparable para Pacheco. Oyarzabal empieza a tomar las riendas del equipo, y los txuri-urdin lo agradecen.

Se esperaba la reacción del Alavés, que dio entrada a Bojan. Pero lo que llegó fue el segundo. En un córner, Januzaj se la dio en corto a Prieto, que se la dio de primeras. El belga, con la calidad que atesora, filtró un nuevo pase para el capitán entre dos defensas, y este la puso rápido para Aritz. El central controló rápido y disparó, con la fortuna de que su tiro tocó en un defensa para dibujar una parábola increíble. El resto del partido fue un monólogo realista, un rondo interminable por todo el campo para acabar con la sangría defensiva y volver a ganar en Vitoria 17 años después. Como volver a empezar.

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Sobre el autor
José Alberto Chozas
Estudiante de periodismo y comunicación audiovisual en la UC3M. Escribo sobre fútbol para Real Sociedad Vavel.