Sin duda alguna se trata de uno de los mayores culebrones del pasado mercado de fichajes. El extremo salido del equipo canario protagonizó un culebrón interminable hasta conseguir firmar por el Atlético de Madrid procedente del Sevilla CF. Para ello había un inconveniente que solventar, ya que la entidad madrileña no puede inscribir futbolistas hasta 2018. La solución al caso ya la saben, salto a las Islas Canarias con billete de vuelta a la Península Ibérica con fecha uno de enero. 

La jugada a tres bandas parecía provechosa para todos. El Atleti se hacía con un jugador que ya fue pretendido doce meses atrás. La Unión Deportiva Las Palmas se hacía con un fichaje mediático que a priori le daría un salto de calidad y el jugador cumpliría su sueño de jugar en la máxima categoría con el equipo donde creció como futbolista. La primera y la tercera particularidad se cumplieron, pero no parece haber sucedido lo mismo con la segunda, dado que no ha terminado de rendir lo esperado. ¿Las causas? Principalmente han sido dos: las lesiones que no le han permitido coger el ritmo con el que él es muy fuerte de piernas y la segunda ha sido la situación del equipo, que ni carbura ni ha tenido un entrenador que haya sabido llevar la situación. Dicho todo esto, veamos cómo juega Vitolo y cual es su principal peligro de cara a la defensa donostiarra.

Zancada, potencia y llegada

Esas tres son las principales virtudes de un jugador que se adapta perfectamente a las dos bandas y a la posición de mediapunta. Cuando se sitúa pegado a la cal por la derecha tiende a llegar a línea de fondo y sacar el centro, el cual lo tiene bastante bueno. Por banda contraria su virtud es la salida en el regate tanto hacia dentro como hacia fuera. En ambos casos suele emplear la potencia como medio para esquivar oponentes y también desde las dos situaciones llega al área con peligro de remate en caso de que el balón no lo lleve conducido él. Es por tanto un peligro dada la tendencia de ir al ataque de los dos jóvenes laterales de la Real Sociedad.

Si por el contrario Paco Ayestarán sitúa al canario como segundo delantero, éste hace de la movilidad y la caída a banda su mayor cualidad, dificultando la marca al no estar en una posición fija. Le gusta enlazar y tratar de coger la espalda al mediocentro rival. 

Por último habría que destacar de Víctor Machín lo bien que utiliza su cuerpo. Con 1,84 metros de estatura y 80 kilos de peso tiene las medidas físicas perfectas para bajar balones aéreos con el pecho y para proteger la pelota cuando toca guardarla. Quitarle el balón no es tarea sencilla precisamente.

El año pasado el encuentro fue un trámite y el marcador quedó visto para sentencia en la primera mitad. Por aquel entonces los canarios estaban bastante mejor que ahora en liga. No estaba Vitolo, pero sí los Jonathan Viera y compañía, quienes junto al próximo jugador colchonero tratarán de sacar a los insulares de los puestos de abajo.