No todos los empates a cero se pueden calificar como aburridos o sin gracia, el derbi vasco del día sábado fue prueba de que se puede hacer un buen espectáculo sin que se haga presente el gol, claro que con alguna anotación hubiera sido más emocionante, pero el 'hubiera' no existe y el show ofrecido por los eternos rivales no fue lo esperado, pero satisfizo. El Athletic sorprendió a última hora con la baja de Kepa Arrizabalaga por molestias en el pie. 

Los primeros instantes del partido fueron peleados y demostraron la seriedad de ambas plantillas y solo por el inicio el respeto profesional que se guardaban, algo que se fue desvaneciendo conforme el juego se puso más intenso. Mientras avanzaron los minutos, se fue creciendo la Real Sociedad y con esto desplegaron el juego que le gusta a Eusebio: la posesión del balón. La Real llegó a manejar hasta un 65% de tiempo de juego con balón. El Athletic se mostró muy pacífico y solvente en el fondo. Januzaj era el más buscado por sus compañeros para generar peligro por el costado, tuvo varias asociaciones de peligro que no pudieron terminar siquiera en un disparo a puerta, condena para los donostiarras durante el duelo. 

La Real Sociedad hizo de San Mamés su propio césped por unos momentos antes el silbatazo de Fernández Borbalán que enviaría a los protagonistas al vestuario; las jugadas creadas por los txuri-urdin eran destacadas aunque nunca se concretaron con un disparo al marco defendido por Herrerín, Oyarzabal y Januzaj eran los más enchufados para el ataque. De todas maneras, el Athletic quería recordarle a los que estaban en el césped y en la grada que los dueños del estadio eran ellos y en la última acción de la fase inicial, San José hizo un disparo que rozó el larguero, haciendo un chispazo para lo que sería el principio de la segunda parte

Los leones, a rugir

Empezó la segunda mitad en San Mamés y José Ángel Ziganda mandó a los suyos a jugar con más intensidad, a pujar por hacer un gol que marcaría el resto del encuentro. Como jugada a resaltar, se recuerda un disparo improvisado de Raúl García en semi volea desde la entrada del área, Rulli la mandó a córner como pudo. Fueron diez minutos de tortura para la Real Sociedad que solo tenía como alternativa defenderse para evitar el azote del local, avisaron Aduriz, De Marcos y García en una segunda ocasión. La Real soportó la presión y pudo retomar el manejo del partido, Rulli cumplió con su tarea bien parado bajo palos y haciendo buenos achiques. 

Durante los minutos de asedio bilbaíno se empezó a salir de control el juego para el colegiado, inicialmente por una jugada dentro del área en la que Aduriz protestó un penalti, el linier señaló posición adelantada y mientras protestaba al central dio un manotazo a Llorente, quien lo exageró y le ganó una amonestación al delantero contrario. San Mamés se deshizo en abucheos por el visitante. 

Los donostiarras empezaron a ganar campo tras los minutos de oscuridad, ingresaron Canales y Vela para causar daño, no lo lograron y el tiempo se escapó a una Real que fue más que el Athletic en líneas generales. El problema con los de Eusebio fue que al llegar a la zona de anotación, hubo más timidez que confianza y el resultado era un disparo blocado o desviado, un centro a las manos de Herrerín o un pase peligroso que no fue controlado. El Athletic se enfocó más en defender y hacer unos buenos diez minutos que no pudieron abrir la cuenta contra una Real Sociedad que no tenía en mente dejar puntos en San Mamés