A veces, es preferible mirar hacia atrás y recordar tiempos mejores. Es un ejercicio muy interesante, sirve para templar la tempestad y obtener la tan ansiada calma. Uno de esos ejercicios de reflexión y templanza une a los aficionados de uno de los clubes más especiales de LaLiga: la Real Sociedad. El equipo de Anoeta es un histórico de la liga española, y no es para menos, ya que entra en el saco de los nueve equipos que nunca ha descendido por debajo de la Segunda División, y a la vez está incluido en el selecto grupo de equipos que han ganado la liga más de una vez, junto al Madrid, Barcelona, Atlético, Athletic y Valencia. Para finalizar el párrafo, la guinda del pastel: el conjunto txuri urdin es el octavo equipo en la clasificación histórica de la liga.

La afición txuri urdin siempre se ha sentido orgullosa por la Real, por lo que representa, por sus victorias y logros, y por sus derrotas. Por unos colores por los que muchos moverían tierra, mar y aire y que siempre son defendidos con orgullo y entereza. Pero últimamente, la afición está decepcionada con el equipo. Esta temporada 2017/18 la Real tiene la plantilla más cara de la historia, y una de las mejores que ha tenido en años, y sin embargo, está siendo una temporada más que lamentable por parte de Eusebio & company: 12º clasificados en liga y eliminados tanto en Europa League por el Salzburgo, como en Copa de Rey a las primeras de cambio por el temido Lleida de Segunda División B (nótese la ironía).

No es plato de buen gusto para nadie, pero esto es ser de la Real Sociedad: tener un club sin ambición alguna cada vez que se disputa competición europea (tanto Champions como Europa League), y es que desde que se ascendió cada vez que se ha ido a Europa, la Real siempre ha tenido peor plantilla que la del año anterior. ¿Cómo puede suceder siempre ese error? Falta de planificación total. Y no será por falta de tiempo...

Ser de la Real es ser un sufridor. Ser de la Real es cabrearse cada dos por tres. Ser de la Real es comprobar cómo, en el momento en el que se debe dar un paso hacia adelante, se dan dos hacia atrás. 

Aun y con todo eso, ser de la Real es inigualable. Una bendición.

La temporada 2012/13: el regreso de la mágica Real Sociedad

Tras una temporada mediocre en la que lo más emocionante (y a la par triste) fue la retirada del fútbol del gran capitán Mikel Aranburu, Philippe Montanier se veía con el reto de darle un plus al club de San Sebastían. El reto no era para nada fácil, y es que desde la directiva, las ayudas no fueron precisamente grandes. A Donostia no llegó ningún fichaje que dio el callo y el equipo, prácticamente fue el mismo que el de la temporada pasada.

Mirando al año anterior, el equipo titular se basó en el mismo, excepto por el centro del campo, en el cual Asier Illarramendi, Markel Bergara y Rubén Pardo fueron haciéndose cada vez más y más hueco, repartiéndose el puesto con Xabi Prieto (normalmente titular) y David Zurutuza. El resto del equipo se quedó igual: el muro Claudio Bravo bajo los palos de Anoeta; el implacable Alberto De la Bella, la roca Íñigo Martínez, el veterano Mikel González y el eterno Carlos Martínez en la línea defensiva; y en la delantera el magic three de siempre: el Principito francés Antoine Griezmann, la artillería de Imanol Agirretxe y la magia de Carlos Vela.

A priori no parecía que la temporada fuese a mejorar demasiado la anterior, y menos con el desastroso inicio cosechado en el Camp Nou (5-1). El reto de la temporada era, sin duda, mejorar los resultados a domicilio, y el equipo se lo tomó más que en serio: las victorias logradas en La Rosaleda, Vicente Calderón (estadio en el que no ganaba la Real desde la temporada del subcampeonato) o San Mamés (aquel 1-3 en el viejo estadio de Bilbao no se olvidará jamás por parte de la parroquia txuri urdin) fueron victorias clave en lo que supondría el cuarto puesto en liga y la consecuente clasificación a la previa de la UEFA Champions League ante el Olympique de Lyon.

En Mestalla estalló mucha pólvora txuri urdin

Pero hubo una victoria como visitante muy especial, la que marcó un antes y un después en la temporada realista: el 2-5 cosechado en Mestalla, y que mejor momento que recordar aquella gloriosa noche que ahora, con dicho partido esperando a la vuelta de la esquina.

El encuentro no comenzó de la mejor manera, y es que, el Valencia (el cual poseía una muy buena plantilla, como suele ser habitual) se anotó un tanto en el marcador gracias a un buen gol de Roberto Soldado en el minuto uno. La Real no se achantó, y continuó en la búsqueda del gol sin cesar, con buenas ocasiones de Antoine Griezmann y Diego Ifrán, entre otras.

El partido se partió en dos en la auto-expulsión que se provocó el jugador che Jonás al propinarle un manotazo en la cara a David Zurutuza y ser expulsado de inmediato. Tras esta acción que dejaba al conjunto valenciano con diez jugadores sobre el verde, el club donostiarra no hizo sino afianzar más su control sobre el juego y tras un pase profundo perfecto filtrado a los pies de De la Bella, obra de Zurutuza, el jugador catalán deleitó al planeta fútbol con un regate delante de Diego Alves prodigioso, lo cual le brindaba una portería desprotegida y la oportunidad de rematar a placer. 1-1 reflejó el marcador cuando los jugadores enfilaban el camino a los vestuarios.

En los segundos 45 minutos, Mikel González remontaría el encuentro empleando la cabeza tras un saque de córner que peinó el capitán Xabi Prieto. Cuando más presionaba el Valencia a la Real, una salida de balón exquisita de los pies de Claudio Bravo a Carlos Vela le brindó la oportunidad de asistir a Ifrán para que regatease a Alves e impusiese la superioridad latente en el marcador.

De todos modos, el Valencia, y más Soldado, nunca se rinden y un centro raso a los pies del delantero supuso el 2-3 y el miedo en los cuerpos de los aficionados realistas. Pero la Real no bajó los brazos y ni mucho menos se quedó atrás a verlas venir, con lo que apareció "Imagol" y su diana particular tras regatear (otra vez más, vaya noche) al portero brasileño del Valencia. El penalti que metió Vela al final del encuentro fue la guinda un partido redondo por parte de los hombres de Philippe Montanier, 2-5, los ánimos por las nubes y un equipo con un futuro brillante en la campaña 2012/13.

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Sobre el autor
Aitor Silva
Estudiante de Comunicación Audiovisual en EHU / Jugador en el Ereintza Beissier #20 / Redactor de "Vavel" en los apartados de la Real Sociedad y del balonmano, además de escribir en "El Rincón de la Real" / Apasionado del séptimo arte y de la buena música.