El partido que se disputa a las 18.00 horas del sábado 25 de enero en el Estadio José Zorrilla será de especial calado para un jugador que llegó a Valladolid en plena pubescencia y ahora regresa siendo el hombre que han hecho de él las lesiones y la lucha por encontrar una portería que respetara su calidad como buen guardián de las murallas de sus equipos. Un portero, Sergio Asenjo, que salió del club vallisoletano con un rango, que él mismo se labró, de futuro prometedor para la portería de cualquier equipo español.

Pero la vida no suele dar con facilidad lo que uno espera de ella y no queda otra que luchar; como el propio Asenjo ha hecho. Desde que abandonó las dependencias del José Zorrilla en busca de oportunidades acordes a su potencial, la carrera de Sergio Asenjo se está desarrollando de manera más complicada de lo que se esperaba. Si bien esos apuros que el trayecto hasta el fin deseado trae de la mano son amargos en multitud de ocasiones, también son lecciones que enseñan a luchar a capa y espada por lo que uno cree merecer. Y de esa batalla constante es de donde se recogen los frutos más dulces.

Un portero hecho en Valladolid

Sergio Asenjo Andrés (Palencia, 28 de junio de 1989) llegó la cantera del Real Valladolid en el año 2005 proveniente del CD San Juanillo. El equipo aurinegro fue el que lo formó no solo como futbolista sino como la persona que es hoy en día. Ya en la capital castellana empezó a llamar la atención en las categorías inferiores hasta que en diciembre de 2007 le llegó la oportunidad soñada. Ese sueño se materializó gracias en parte a la confianza que José Luis Mendilibar depositó en el entonces guardameta de 19 primaveras. El técnico de Zaldívar es el máximo valedor de que Asenjo se forjara en su día un nombre entre los guardametas españoles de calidad.

Ese encuentro que nunca olvidará el cancerbero palentino en el que disputó sus primeros minutos en la máxima competición del fútbol español lo enfrentó al club que hoy defiende y que en la temporada 2007-08 acabó como subcampeón del campeonato doméstico con Guiseppe Rossi al frente del submarino amarillo. Por ello, la victoria final por 2-0 adquiere una mayor dimensión de la que ya tiene para Asenjo. A partir de ese partido la figura del portero no pararía de crecer a orillas del Pisuerga hasta convertirse en uno de los jugadores más queridos en Valladolid.

Quitó la titularidad a Alberto y Butelle cuando el vello facial comenzaba a ser visible en una cara que todavía reflejaba el hambre y la inexperiencia vital de un adolescente y se hizo fijo para Mendilibar durante esa campaña. En la temporada siguiente llegó Justo Villar, que fue elegido mejor portero del mundo en 2008, pero lo único que alteró la titularidad de Asenjo fue su primera lesión de rodilla. Tres meses en el dique seco que no restaron ni una cualidad a sus grandes aptitudes como portero. Como quedó demostrado en el último partido de liga en el que Betis y Valladolid se jugaban la vida en el Benito Villamarín. El portero fue el héroe blanquivioleta con paradas encomiables que permitieron al Valladolid seguir en primera e hicieron que el Betis se dejara caer por los infiernos de la Segunda División.

Dos años en el escaparate del fútbol mundial y ya se le veían novias detrás de cada esquina. Su salida, por tanto, parecía inminente ante la calidad que estaba demostrando poseer. Y así fue, el Atlético de Madrid se hizo con sus servicios, tras llevar adelantados unos cuantos meses de negociación, por 5.5 millones de euros y la cesión de un delantero brasileño del que nada se sabía por aquel entonces. Un tal Diego Costa.

Malos tiempos

Ya a orillas del Manzanares su buena suerte se pondría el disfraz de los agoreros y empezaría su periplo por el banquillo y la camilla de los fisioterapeutas. Quique Sánchez Flores, técnico colchonero en esa temporada 2009-10, lo relegó al puesto de segundo portero del equipo en favor de David De Gea. Ambos porteros ya eran amigos y rivales de puesto en las categorías inferiores de la Selección Española, done Asenjo era el titular y el ahora portero del Manchester United el número ‘13’. En esta temporada Asenjo ya visitó Zorrilla en su primer 'regreso a casa', en una victoria del equipo madrileño por 0-4. Pero el segundo y más grande escollo a salvar llegó el 8 de mayo de 2010 cuando en uno de los pocos partidos en los que fue titular se lesionó de gravedad en los ligamentos de su rodilla derecha. Seis meses de baja y decía adiós a poder vivir una final de la UEFA Europa League desde el verde con sus compañeros.

Dos estaciones después Asenjo regresó a una convocatoria y a pocos días de terminar el año 2010, Atlético de Madrid y Málaga llegan a un acuerdo para que el palentino jugara la segunda vuelta de la Liga BBVA vestido con la zamarra del equipo de la Costa del Sol. En la noche de reyes de 2011 Asenjo hizo su reaparición, en un partido que los malacitanos perdieron por 0-3 contra sus vecinos hispalenses. El joven cancerbero quería olvidar rápido su mala suerte desde que llegó al Atlético de Madrid con una gran labor en la portería del Málaga. Pero la mala suerte seguía su camino junto a él y de nuevo volvería a dejarle un dardo envenenado.

Casi un mes después de su debut tras sus problemas físicos volvió a lesionarse la rodilla de la que fue operado con anterioridad. Otros 6 u 8 meses de recuperación. Un hecho que minaría la moral de cualquier deportista, pues dos lesiones graves de una articulación tan importante como la rodilla haría replantearse su futuro a cualquiera. Pero Asenjo no bajó los brazos y con ayuda de un tesón propio de la juventud superó el trámite.

Con la llegada de Simeone al club colchonero también regresaría el palentino de la malograda cesión en Málaga. Dos años y dos lesiones graves después, Asenjo volvía a iniciar una temporada con el Atlético de Madrid. Pero esta vez fue Courtois el que llegó para conquistar el área pequeña del Vicente Calderón. La calidad del belga quedó patente desde el inicio y Asenjo solo pudo disputar 15 partidos en las dos campañas que estaría en Madrid hasta que el pasado verano el Villarreal se cruzó en su camino con buenas noticias.

Nueva juventud en Castellón

Ante las nulas oportunidades que les estaba dando Simeone, bien por la espectacular irrupción de Courtois o por lo poco que cambia el argentino a sus porteros, Sergio Asenjo buscaba una salida del club colchonero con ganas de volver a sentirse un portero valorado. Y esa oportunidad llegó desde tierras levantinas. El Villarreal se hizo con sus servicios en concepto de cesión tras estar negociando una venta, lo que dejaba constancia del gran interés de los amarillos por el cancerbero.

Titular en todos los partidos que ha disputado el club castellonense esta temporada, Asenjo regresa a su lugar de nacimiento deportivo. A la plaza donde se hizo portero; donde la grada aun guarda un recuerdo y un cariño especiales por este portero que salvó al Valladolid de un descenso, que regaló paradas de alto nivel y una seguridad bajo palos inusual para su poca experiencia.

Asenjo ve cerrada así una etapa que comenzó contra el Villarreal y cierra contra el Valladolid. Siete años en los que ha disfrutado como portero y en los que ha sufrido las desavenencias del mal de las lesiones de rodilla que persigue a los futbolistas sin descanso. El sábado hay una ovación esperando en las gradas de Zorrilla para un portero que es el ojo derecho de la afición blanquivioleta.

Fotos: Getty Images | Futbolista Digital | EFE.

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Sobre el autor
Sergio Soto
Dando los últimos pasos en la licenciatura de Periodismo. Música y cine son mi brújula y alimento diario. Blanco y violeta son mis colores. Pienso, luego insisto.