Se dice que para construir bien un edificio, hay que empezar por asentar adecuadamente los cimientos antes de ponerse manos a la obra. Jamás se debe iniciar la casa por el tejado, por lo que este mensaje teórico que parece tan sencillo tiene que ser aplicado a la práctica con la misma convicción y predisposición. Por lo que respecta a un equipo de fútbol, todas las demarcaciones son importantes, todos los integrantes de la plantilla permiten con su esfuerzo, su sacrificio y sus cualidades que la estructura del bloque resulte todavía más sólida y compacta. Después es el entrenador, junto con el resto de sus ayudantes, el que se encarga de hacer funcionar el entramado en cuestión.

Y el primer paso para lograr que un equipo tenga la armonía y la estabilidad necesarias de cara a obtener resultados productivos durante la temporada es sellar de forma correcta la portería, una de las posiciones más comprometidas de todo el campo, puesto que los ojos de todo el mundo se ciernen sobre la figura de los guardametas para meterles un plus de presión añadida, por lo que la fortaleza mental de estos individuos ha de ser altísima. Dani Hernández y Julio Iricibar son los encargados de custodiar la meta blanquivioleta, lo que significa que muchas de las opciones de los pupilos de Rubi de firmar un año notable en la categoría de plata del deporte rey a nivel nacional pasan por las manos de ambos protagonistas.

Dani Hernández

Daniel Hernández Santos (Venezuela, 21/10/1985) regresa a la capital de Castilla tras haber pasado un año cedido en el Asteras Tripolis griego, una experiencia que le ha servido para continuar perfilándose como un cancerbero de gran categoría y que atesora una serie de características realmente positivas. Su estatura (1,97 metros) es un factor a su favor, tanto a nivel individual como colectivo, especialmente porque el juego aéreo es una de las facetas que deben ser trabajadas a conciencia para favorecer el entendimiento y la coordinación entre la defensa y el portero. El venezolano inspira una enorme seguridad a todos sus compañeros, un hecho que pretende demostrar nuevamente con la zamarra albivioleta en cuanto el esférico eche a rodar para dar comienzo a la competición oficial en la Liga Adelante.

La marcha de Jaime Jiménez y la controvertida salida de Diego Mariño le otorgan una oportunidad de oro para hacerse dueño y señor del arco del Real Valladolid, un honor del que ya disfrutó hace un par de campañas, concretamente en aquella que sirvió para sellar la permanencia en Primera División bajo la tutela de Miroslav Djukic. Dani asumió la titularidad después de un error garrafal en un duelo contra el Betis en el José Zorrilla de su compañero Jaime, que era por quien se había decantado en primera instancia el técnico serbio, un lugar del que sería inamovible hasta el tramo definitivo del curso futbolístico 2012/2013. Tuvo varias actuaciones bastante meritorias, pero sin duda quedará para el recuerdo la intervención que realizó en el Estadio de Vallecas frente al Rayo en el último minuto de la contienda. Una mano salvadora que le dio al Pucela el triunfo y prácticamente la salvación, algo que se acabaría confirmando con el transcurso de las jornadas. El guardameta sudamericano vuelve para quedarse y repetir el ascenso que consiguiera a orillas del Pisuerga en la temporada 2011/2012.

Julio Iricibar

Julio Iiricibar Bayarri (Valladolid, 24/10/1993) está ante la que puede ser la oportunidad de su vida, debido a que el pasado curso se consolidó como uno de los pilares fundamentales del proyecto del filial castellano. Toda la parroquia pucelana recuerda con cariño y alegría la pena máxima que el cancerbero atajó en los instantes finales del partido de vuelta contra el Somozas, una eliminatoria del playoff de ascenso a Segunda División B que se acabó saldando a favor de los intereses del Promesas gracias en buena medida a la actuación del canterano en ambos encuentros. En el segundo equipo vallisoletano ha demostrado la autoridad que se le ha de exigir a cualquier portero, dado que ha hecho alarde de una comunicación que se podría catalogar de perfecta con todos sus compañeros tanto dentro como fuera del campo.

Tampoco se puede obviar el juego de pies que posee Julio, debido a que no ha cometido nunca ningún error de bulto en lo que hace alusión a este aspecto del juego, una cuestión básica especialmente teniendo en cuenta el enfoque que ha adquirido el balompié en este sentido a nivel internacional a lo largo de los últimos años (sirva de ejemplo el modelo de Pep Guardiola en el FC Barcelona y en el Bayern de Múnich). Posee unos reflejos y una agilidad bajo los palos que sorprenden a la vez que asombran a todos los que siguen su trayectoria de cerca, si bien es cierto que flaquea un poco en los balones aéreos, aunque es un apartado en el que está trabajando concienzudamente y que pulirá tarde o temprano. Un hombre de la casa que se ha ganado la confianza de todos los preparadores que ha tenido durante su carrera deportiva, por lo que será un recambio de muchas garantías en caso de que tenga que tomar la responsabilidad de defender los palos del primer plantel blanquivioleta.

Si no hay ninguna novedad en las próximas semanas, todo hace indicar que Dani Hernández y Julio Iricibar van a ser los guardianes que velen por la seguridad y la protección de la familia vallisoletana. Son dos arqueros que cuentan en su haber con un conjunto de virtudes que potenciarán y sacarán a la luz en todo momento, junto con la tranquilidad de que sus compañeros, el cuerpo técnico y la afición les garantizarán con total certeza la confianza y la fe que tanta relevancia adquieren de cara a firmar una campaña cargada de ilusión, esperanza y probablemente la opción de regresar a la máxima categoría del fútbol español.