Año difícil, no solo para el Real Valladolid sino para todos los aficionados que tiene detrás. 2015 no ha sido, ni mucho menos, bueno para los blanquivioletas. Tras no conseguir el ascenso directo, con dos plazas que acabaron ocupando el Real Betis y el Sporting de Gijón, el Playoff fue cruel con un equipo que nunca tuvo una regularidad ni en juego ni tampoco en resultados, sobre todo lejos del José Zorrilla, lo que provocó que los de la capital del Pisuerga permanecieran una temporada más en el 'infierno' de la categoría de plata del fútbol español.

Gaizka Garitano, ex del Eibar y fichado allá por el mes de julio, parecía el gurú que podía hacer que los pucelanos volvieran al lugar que, por historia, se merecen, la Primera División del fútbol español. Sin embargo, su paso por el banquillo blanquivioleta fue efímero y su destitución, apenas tres meses después de su llegada, tras conseguir únicamente nueve puntos en nueve jornadas, hacía necesario el cambio de tendencia.

Tendencia que parece haberse visto modificada con la llegada de un Miguel Ángel Portugal que a base de pausa, trabajo y buen hacer, va sacando el máximo partido de un equipo que parece ir a más con el paso del tiempo y de las jornadas. Las victorias ante Albacete y Tenerife, dos equipos eso sí llamados a estar luchando por mantener la categoría, hacen ser algo más optimistas a unos aficionados, estos del Real Valladolid, que se agarran al mínimo resquicio de buen juego y resultados para seguir creyendo en el ascenso.

Un Playoff cruel

La temporada 2014-2015 no fue ni mucho menos buena. Y eso que el equipo no comenzó nada mal con la victoria ante el Real Mallorca en la primera jornada, y consiguiendo 9 de 12 en esas cuatro primeras fechas. Las ilusiones de volver a pisar la Primera División del fútbol español se mantenían intactas en el mes de enero, más aún después del espectacular 7-0 del equipo ante el filial blaugrana.

El Playoff ante Las Palmas privó al Real Valladolid de conseguir el ascenso a la Primera División del fútbol español

Con más puntos que buen juego, el Pucela avanzaba por la senda del ascenso hasta que los resultados lejos del estadio José Zorrilla comenzaron a ser pésimos. Las derrotas en Tenerife, Ponferrada o Sevilla, esta última dolorosa ante el Real Betis, hicieron que la meta del equipo se comenzase a fijar en conseguir llegar a un Playoff, que se antojaba apasionante e igualadísimo, en las mejores condiciones posibles.

Las Palmas era el rival y a la postre el verdugo a partes iguales con los colegiados que dirigieron el partido de ida primero, el cántabro Arias López que acabaría expulsando a Javi Chica y David Timor en el 1-1 de Zorrilla y el vasco Sagués Oscoz que hizo lo propio en la vuelta, con Hernán Pérez, el mejor jugador del equipo en la fase final de la temporada, y Javi Varas.

Al final pase para el conjunto canario de Paco Herrera, con dos empates, a la final del Playoff y el Pucela que se tenía que centrar en reconstruir un equipo tocado y en volver a edificar un proyecto estable para intentar conseguir el objetivo el ascenso.

Una revolución necesaria

La fallida temporada 2014-2015 se cobró sus respectivas cabezas en forma de destituciones o de salidas de alguno de los pesos pesados. El primero fue el gran señalado, Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’, cesado el pasado 18 de junio ya no por no lograr el objetivo, sino por no haber sabido dotar al equipo de un estilo de fútbol definido. Con un año más de contrato, la papeleta no era fácil para el presidente de la entidad, Carlos Suárez, que llegó a plantearse el continuar con el técnico de Vilassar de Mar dada la mala situación económica del club.

Joan Francesc Ferrer 'Rubi' fue destituído en julio. Su puesto lo ocupó Gaizka Garitano

Tras él, salieron jugadores como Jesús Rueda, Carlos Peña o Marc Valiente. Pesos pesados que habían dado mucho pero que por su bien, y el del Real Valladolid, necesitaban marcharse para no acabar agotándose futbolísticamente tras una temporada en la que habían sido señalados y criticados.

Las marchas, además, de Javi Varas, Hernán Pérez, Roger, Jonathan Pereira o Túlio de Melo hicieron que Braulio se tuviera que poner el mono de trabajo para inmiscuirse en el fondo del mercado para intentar fichar algo que tuviera las tres bes del bueno, bonito y barato. Lo primero que hizo fue firmar a Gaizka Garitano, que llegó rebotado del Eibar tras descender en lo deportivo pero lograr la permanencia en los despachos. Tras el vasco, llegarían Rodri, Mario Hermoso, Marcelo Silva, Juanpe, Juan Villar y compañía, jugadores que no han dado hasta la fecha todo lo que de ellos se espera, salvando al ex del Cádiz, y que tendrán que hacer algo más en esta segunda parte de la temporada para sumar en busca del objetivo.

Garitano no da con la tecla

Parecía el entrenador perfecto para este Real Valladolid. Duro, metódico, disciplinado, al que le gusta construir la casa por los cimientos, a base de una solidez defensiva definida y que confía en la presión, la lucha y la entrega para dotar a sus equipos de una serie de principios que cuentan con el esfuerzo como piedra angular.

Los malos resultados acabaron con la destitución de Gaizka Garitano el pasado 21 de octubre de 2015

Sin embargo, desde el inicio, allá por el mes de agosto y en ese encuentro ante el Córdoba, se pudo ver que el de Derio no había sabido dar con la tecla. La derrota ya citada ante el conjunto de José Luis Oltra, otra ante la Ponferradina, ante el Real Oviedo en casa o la gota que colmó el vaso en Palamós ante la Unión Deportiva Llagostera, con aquel 3-1 que acabaría significando la destitución del ex técnico eibarrés el 21 de octubre de 2015.

Una relación efímera de apenas tres meses con un balance de tan solo nueve puntos en otras tantas jornadas después de dos victorias, tres empates y cuatro derrotas, con tan solo nueve goles a favor y 13 en contra. Malos números y cambio de tendencia necesario para un equipo que se mostraba por aquel entonces sin alma y que ocupaba puestos de descenso a la Segunda División B del fútbol español.

 El efecto Portugal va dando resultado

"A rey muerto, rey puesto". Poco tiempo después de que se anunciase la destitución de Gaizka Garitano, el club pucelano hizo oficial el fichaje de un Miguel Ángel Portugal que pasaba a ser el comandante de una nave blanquivioleta sumamente tocada. Sin embargo, al técnico burgalés poco le costó dar con la tecla y en apenas tres días consiguió que un equipo deprimido cuajara una primera parte perfecta ante el Mirandés en Zorrilla y se hiciera con los tres puntos después de cinco jornadas consecutivas sin lograrlo.

Con Portugal, el equipo suma 15 de 27 puntos posibles

Con Portugal, el equipo es otro. Ha ganado en solidez defensiva, encajando únicamente ocho tantos en nueve encuentros y ha conseguido una constancia que con Garitano no tenía. Los números con el de Quintanilla de las Viñas así lo dejan ver. En nueve partidos disputados, los vallisoletanos han logrado cuatro triunfos, tres empates y dos derrotas, ante miuras de la talla de Osasuna y Deportivo Alavés, 15 de 27 puntos posibles.

Los dos triunfos finales ante Tenerife y Albacete constatan que el 'Efecto Portugal' va dando resultado y que el equipo parece que va a más. Tal vez, después de un mal año 2015 venga un 2016 cargado de alegrías para un aficionado, el pucelano, que sigue soñando con el ascenso.

Fotografías: Real Valladolid .