La mejoría del Promesas es un hecho. Invicto en este año 2016, lejos de los puestos de descenso a Tercera y olvidando el paso por el playout. Al fin, los chicos de Borja Jiménez carburan tras el obligado cambio de entrenador. Y si faltaba algo para evidenciar esta recuperación en juego y resultados, solo era una victoria en casa. Dicho y hecho. Ante el Cacereño, un rival directo por la pelea por la salvación, el filial albivioleta dio la cara y pudo llevarse tres puntos de mucha importancia, y eso que no lo tuvo sencillo.

La primera parte, a pesar de lo abultado, tiene poco que ver con el resultado final. El equipo de Borja Jiménez intentó dominar desde el primer tiempo gracias al fútbol de Renzo Zambrano y Toni, pero la defensa primero y el palo después, se interpusieron en el camino del venezolano, que es el que tuvo las mejores ocasiones en sus botas. Por las de Toni pasaba el resto del fútbol, las combinaciones y los acercamientos peligrosos que realizó el Promesas. Sin embargo, el gol no llegó, y a pesar del total dominio de los locales, los visitantes se podían marchar al descanso con el buen sabor de boca de estar completando unos buenos minutos defensivos.

Golpe y reacción

Todo cambió ya en la reanudación, y si buen sabor de boca tenían en el descanso los de rojo, mejor lo pudieron saborear cuando Valverde adelantó al Cacereño pasados los diez minutos de juego del segundo tiempo. Antes, Caye Quintana pudo adelantar a los suyos, pero no consiguió materializar su oportunidad. Lo positivo del Promesas fue su reacción, pues en menos de diez minutos logró perforar la red de Vargas en dos ocasiones y ponerse por delante en el marcador. Zambrano primero, demostrando fue era uno de los que más peligro estaban creando, y Jorge Julía, que ha entrado como un tiro en el filial, después, fueron los encargados de materializar la remontada.

Con el 2-1, por fin, el Cacereño decidió dar un paso al frente y buscar el gol. Con muchas más armas e ataque, y con un Promesas jugando la baza de la contra, el encuentro estaba en ver quién acertaba su ocasión. Pudo hacerlo Valverde, pero marró en su mano a mano ante Julio. Y no perdonó el Promesas de penalti, ya con el tiempo casi cumplido, en el estreno goleador de Higinio. No pudo el Cacereño, que se topó con un Promesas ordenado y muy concreto en sus acciones. Los de Borja Jiménez supieron dominar cuando tenían que hacerlo, sufrir tras el gol rival, remontar de forma rápida y matar como lo hacen los grandes, a la contra.

Tres puntos de oro para seguir creciendo, con grandes actuaciones de los fichajes invernales, Juliá e Higinio, y recuperando la senda del triunfo en los Anexos, que es donde el filial blanquivioleta debe hacerse fuerte y terminar de construir una permanencia en Segunda División B que ha empezado a edificarse en este 2016, en el que van ya cinco encuentros sin perder y once puntos sumados de quince posibles. La próxima piedra la podrán poner el domingo, a partir de las 16 horas, ante el Tudelano, en la que podría ser la tercera victoria consecutiva.