En un partido en el que merecieron mucho más, los de Paco Herrera se vuelven a dejar dos puntos en casa que les venían de perlas para reengancharse al tren del ascenso. Las ganas por parte de los de arriba no faltaron pero la suerte y el buen acierto del portero visitante dejan sin premio a los pucelanos que suman 50 puntos y se quedan a cuatro de la promoción.

El Real Valladolid volvía a pisar el césped de Zorrilla tan solo seis días después de hacerlo en la victoria frente al Elche por 2-1. Era el momento para dar un golpe en la mesa sumando de nuevo otros tres puntos que dieran alas y esperanzas a un equipo que no ha seguido una línea regular durante la temporada. En frente, el Numancia de Jagoba Arrasate que llegaba a este derbi sin nada que perder y mucho que ganar. En una situación de calma en mitad de la tabla, los foráneos buscaban unos tres puntos que le dieran una total tranquilidad de cara a estas últimas jornadas.

Poco premio para tanto esfuerzo

Desde el pitido inicial los dos equipos salieron a morder al rival. El Real Valladolid dominaba con un juego más vertical que de costumbre y con numerosas llegadas que a punto estuvieron de abrir el marcador a través de De Tomás o de Míchel. El Numancia conseguía la réplica pero se encontraba con un buen posicionado Isaac Becerra que supo responder las acometidas rojillas.

El Pucela seguía apretando y perdonando en un partido con muchas llegadas en el que no se abría el marcador y no por falta de ganas  de ambos equipos. El cuadro de Jagoba Arrasate esperaba atrás con alguna que otra imprecisión en el pase que aprovechaban los blanquivioletas para mantener la posesión en una primera parte muy entretenida.

A partir de la media hora de encuentro ambos equipos bajaron el ritmo con un juego pausado y que poco tuvo que ver con el de los primeros compases. Las ocasiones llegaban a través del balón parado y de las jugadas de estrategia aunque sin mucho éxito. El dominio de la pelota era claramente blanquivioleta pero sin inquietar demasiado la portería rival.

Faltaron cinco minutos más para los de casa

La segunda parte dio comienzo con una gran ocasión de los rojillos tras un disparo de Eneko Capilla que se estrelló en la madera poniendo en sobre aviso a los de casa y presentando sus credenciales para llevar la iniciativa del partido. El Numancia se sentía más cómodo con el balón y era esta vez el que dominaba la primera fase de la segunda parte.

El Real Valladolid tuvo de nuevo un remate de cabeza por parte de Alex Pérez que se marchó por centímetros cuando parecía haber despertado de su letargo. Pero nada más lejos de la realidad. En una contra bien llevada por Mateu por banda izquierda, batió a Becerra con un disparo cruzado adelantando a los de fuera de casa.

Pero José Arnáiz no iba a conformarse con el resultado y en una jugada que parecía acabada, tiró de casta para llevarse el balón, dejó atrás al portero y empató a puerta vacía para poner el partido al rojo vivo. Los últimos minutos fueron de auténtico infarto con el Valladolid muy volcado en ataque ante un Numancia conservador que se encerraba atrás dando por bueno el empate. El partido murió con las tablas que dejan con un mal sabor de boca a los de Paco Herrera que ven como se les vuelve a escapar una vez más tres puntos valiosísimos.

La dificultad de ser regular

El Real Valladolid se vuelve a dejar dos puntos en casa y no aprovecha los pinchazos de los equipos de arriba. Paga caro sus ocasiones y se marcha a Almería a conseguir puntuar en aguas revueltas. Así las cosas el Real Valladolid espera no quedar más atrás en la lucha y que los resultados de esta jornada le acompañen.

Gran partido de Arnáiz y De Tomás que demostraron garra y personalidad. Juan Villar salió para media hora y tuvo la última que se marchó desviada cerca del palo. Paco Herrera, con las dudas de su continuidad en la cabeza, tendrá la obligación de levantar un vestuario que no consigue enlazar dos victorias seguidas.