El Real Zaragoza visitaba territorio manchego con el objetivo de ratificar la victoria lograda en la pasada jornada frente al Alavés. Objetivo que el cuadro blanquillo iba a cumplir en tan solo 24 minutos. Tres zarpazos que hacían valer la gran intensidad y el desparpajo ofensivo mostrado en los primeros minutos del encuentro. Una plácida tarde de domingo para los maños, que llevaron el festivo ambiente de su ciudad al Carlos Belmonte.

Las importantes ausencias de Jaime, Pedro, Bono o Vallejo no fueron motivo de ninguna excusa para salir a por todas en Albacete. Bien es cierto que, a pesar de ganar el anterior encuentro, las dudas que rodeaban al Zaragoza y en mayor medida a Ranko Popovic, seguían ahí, pero poco les costó a sus futbolistas acallar esas voces de incertidumbre de la previa. Todos y cada uno de ellos hicieron un buen partido, mucha actitud y confianza, transmitida desde el portero hasta el delantero y agradecida por parte de los valientes zaragocistas desplazados.

Cuanto antes mejor

Tras el pitido inicial, ambos conjuntos salieron con más pasión que cabeza. Sin embargo, era el Zaragoza el que llegaba a campo rival con más precisión y no tardó en abrir brecha en el marcador. Ortuño, que llegó a línea de fondo yéndose por velocidad de la zaga albaceteña por el costado derecho, sirvió el gol en bandeja a Diamanka que remató a portería vacía para adelantar al Zaragoza. 0-1 para los maños, cuyo empuje no cesaría. Al minuto siguiente del gol del senegalés, Jason pudo hacer el empate tras un fallo de la defensa zaragocista, pero el balón se marchó fuera por poco. 

El Albacete comenzaba a adelantar las líneas y a sumar gente en ataque; no obstante, la verticalidad y el desborde del mediocampo aragonés seguía ofreciendo más posibilidades y ocasiones que los locales. Destacaba el lateral derecho del Zaragoza, Isaac Carcelén, que subía la banda propiciando la entrada de Hinestroza por el interior, dando mas recursos en ataque a los maños.  Pero sin duda, Ortuño era el mejor de los visitantes y su recompensa no tardó en llegar. Con un remate a bocajarro tras la salida de un córner, que había forzado él mismo en la jugada anterior, hizo el 0-2 en el marcador a los 20 minutos de juego.

Se notaba mucho la presencia de Erik Moran en el medio del campo, cortando balones peligrosos y liberando de tareas defensivas al resto de la segunda línea zaragocista, propiciando mas frescura en ataque. El conjunto blanquillo estaba haciendo muy buenos minutos y el tercero en la cuenta cayó como agua del cielo. Rico anotó un gol impresionante, de esos que te dejan con la boca abierta, con un zapatazo desde fuera del área por toda la escuadra con dedicatoria especial para su compañero Jaime, recientemente lesionado de gravedad. El ataque incesante del Zaragoza desbarataba los planes del míster albaceteño, que veía como por cada disparo del rival, sumaba un tanto al luminoso. Además, también era destacada la gran labor defensiva de Dorca y Cabrera. A partir de ahí, un juego monótono por partes de ambos equipos dominó el Belmonte. 

Tranquilidad hasta el final

La segunda parte estuvo marcada por el control del juego por parte del Zaragoza, y las aproximaciones del Albacete con el fin de salvar los muebles a la goleada. Cobraron protagonismo los guantes de Manu Herrera, que estuvo igual de enchufado que el resto del equipo durante todo el partido. Jason y Jona llevaban las riendas de los manchegos en zona ofensiva, pero sin éxito alguno. La impotencia en las filas locales empezaban a dar sus primeros botes, y Jason veía la primera amarilla por enzarzarse con Erik Morán. Por parte del Zaragoza, la velocidad de Hinestroza y las internadas de Jorge Día, eran lo más destacado. También, Ortuño contó con varias ocasiones de hacer gol, pero disparaba sin suerte.

Con la expulsión de Jason por doble amarilla, tras realizar una falta a Díaz justo en el borde del área, se despejaba el camino del Zaragoza haciéndole más fácil la recta final del partido. Ambos entrenadores comenzaban a hacer cambios. Ranko dio entrada a Abraham por Hinestroza, a Aria por Jorge Díaz y a Ángel por Ortuño. Por su parte, César Sampedro ya había dado entrada a Rubén Cruz, que hizo el gol del honor del Albacete en el descuento. Poco más que contar de esta segunda mitad, controlada por el Zaragoza y alargando la agonía de un débil Albacete.

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