Mal comienzo de año para el Real Zaragoza, quien suma dos derrotas en este 2017. El equipo de Raúl Agné se aleja poco a poco de los puestos de promoción, cerrando una primera vuelta muy poco esperanzadora. En el partido, el Tenerife fue dominador del juego y de las ocasiones, especialmente en la segunda parte. Lanzó dos veces contra el palo, pero en un saque de esquina Germán puso justicia en el marcador.

Raúl Agné introdujo varios cambios en el once con respecto al partido del Girona: a la ya conocida vuelta de Marcelo Silva al centro de la defensa y la presencia de Jorge Casado en el lateral por la lesión de José Enrique, el técnico sorprendía con la suplencia de Manu Lanzarote por Dongou y la de Javi Ros por un Jesús Valentín que adelantaba su posición. Además, Irureta dejaba su puesto a Ratón por problemas médicos. El objetivo, reforzar el centro del campo para contener las ofensivas del Tenerife.

Desidia y 0-0

El Real Zaragoza dejó muy claras sus intenciones desde el pitido inicial: dejar al Tenerife que llevara el peso del partido, cediéndole la posesión del balón, y aprovechar la velocidad de los jugadores de arriba para salir al contraataque. Pero en eso se quedó, en una intención. El conjunto de Raúl Agné dejó mucho que desear durante los primeros minutos. Espeso, sin ideas, superado por un Tenerife que encerró al Zaragoza en su campo.

El Real Zaragoza estuvo espeso, falto de ideas, dejando una imagen de conformismo con el empate.

El conjunto local, sabedor de la debilidad del Real Zaragoza en los laterales, trató de aprovecharlo, con jugadores veloces como Suso y Aarón. En especial, por la banda de Jorge Casado, quien mostró falta de contundencia en varios momentos. Además, los fallos individuales también de los de Agné también entraban en juego. Zapater, Xumetra o Xiscu se mostraban imprecisos, poniendo en peligro el 0-0.

Sin embargo, las aproximaciones del Tenerife eran escasas y sin peligro hacia la portería de Álvaro Ratón, quien tuvo que intervenir por primera y casi por única vez durante la primera parte a los veinte minutos. Suso fue el jugador local que más lo intentó, pero afortunadamente para los intereses visitantes tenía la mira desviada. No pasó más. López Amaya pitó el final de una floja primera parte, sin brillo, sin calidad.

Dos palos y un gol

El Real Zaragoza parecía comenzar la segunda parte con una cara más ofensiva, disponiendo incluso de un córner a los dos minutos. Sin embargo, una jugada a favor terminaba convirtiéndose en la ocasión más clara hasta el momento: Suso montaba una rápida contra desde su propio campo y concluía con Aarón enviando el balón al travesaño al borde del área pequeña. Un aviso para los aragoneses, que no debían despistarse en defensa.

Raúl Agné movió rápido el banquillo, dando entrada a Edu García por un intrascendente Jordi Xumetra. También apostó por Lanzarote, en lugar de Dongou. Cambios para dar mayor frescura y calidad al ataque aragonés, aunque en vano. Sí es cierto que los aragoneses merodeaban el área de Dani Hernández, pero no lograban superar a la defensa. Solo quedaba recurrir a los disparos lejanos, forma de la que Casado o Edu García casi ponen el 0-1.

Pero el Tenerife se sentía cómodo con este planteamiento. No sufría, y cada vez atacaba con más fuerza, ante una defensa comandada por Marcelo Silva. Los locales, que olían la sangre, volvían a encontrarse con el larguero, está vez tras una jugada individual de Amath. Sumado a eso, centros y saques de esquina que no encontraban su premio, hasta que Germán cabeceaba uno en el área pequeña para poner el 1-0 a falta de diez minutos.

Ahí se acabó el partido. Una nueva derrota para el Real Zaragoza, quien deberá realizar una gran segunda vuelta si quiere tener opciones de ascenso. La siguiente cita para los blanquillos será ante el UCAM Murcia, lejos de La Romareda.