Reparto de puntos que sabe a poco para los intereses locales entre el Real Zaragoza y el Real Valladolid, en el partido que cerraba la 32ª jornada de Segunda División. Era el debut de César Lainez como entrenador del primer equipo zaragocista en La Romareda, pero no lo ha podido celebrar con una victoria. Sin embargo, las sensaciones mostradas han sido positivas.

Buen juego, poca eficacia

El Real Zaragoza comenzaba el partido con 39 puntos, solo tres por encima del descenso. Cualquier resultado que no fuera puntuar volvería a llevar el nerviosismo a la afición zaragocista, tras la victoria blanquilla en el debut de César Lainez. El técnico mantuvo el bloque, con Edu Bedia y Jorge Pombo como titulares. La afición estaba impaciente por ver la propuesta futbolística del nuevo entrenador, y los primeros minutos agradaron a La Romareda: los blanquillos entraron muy concentrados al choque, con una gran presión en el centro del campo y recuperaciones que favorecían a la rápida salida al contraataque.

El portero del Valladolid, Becerra, fue el gran protagonista de los primeros compases. Cuando apenas habían transcurrido cinco minutos, el guardameta lograba despejar un potente disparo de Jorge Pombo. Esta fue la primera de las varias ocasiones que vinieron posteriormente, en las botas de Manu Lanzarote y la cabeza de Dongou. Sin embargo, sus remates no vieron portería. El Valladolid, que se vio sorprendido con este inicio, trató de ajustar sus engranajes para devolver la igualdad al partido. Y así fue: el ritmo descendió y al Zaragoza le costaba llegar al ataque, pecando de nerviosismo.

El Valladolid se adelantaba en el marcador en su primera llegada con peligro.

Mientras, el conjunto vallisoletano esperaba, sin impacientarse, sabiendo que su oportunidad llegaría. Villar fue el primero en probar suerte para los visitantes, pero su disparo salía muy desviado de la portería de Ratón. Jorge Pombo cogió la manija del Real Zaragoza y volvió a espolear a sus compañeros. Sin embargo, una pérdida de Isaac Carcelén en terreno de campo rival propiciaba una contra que terminaba con gol de Juan Villar tras el rechace de Ratón a Mata.

Era un duro golpe para el equipo de César Lainez, que iba por debajo en el marcador sin merecerlo. Un castigo excesivo, que obligaba a reaccionar a los blanquillos. Pero los maños se encontraban faltos de ideas a partir de tres cuartos de campo. El descanso se acercaba, pero antes Manu Lanzarote se encargaba de cambiar el marcador: un balón largo que no lograba despejar la zaga visitante lo recogía en el interior del área, que batía a Becerra con una gran calidad.

Igualdad en la segunda parte

El gol de Manu Lanzarote al filo del descanso permitía al Real Zaragoza afrontar el resto del partido con otra perspectiva, más cerca de lograr una segunda victoria consecutiva para alejarse de los puestos de descenso. Los aragoneses mantuvieron la tónica mostrada durante la primera parte, siendo los dominadores de la posesión y encerrando a un Valladolid totalmente replegado en su área.

Sin embargo, los locales no terminaban de concretar el peligro. No había espacios, y jugadores como Lanzarote empezaban a acusar el cansancio físico. César Lainez movió el banquillo y dio entrada a Cani y Edu García en lugar de Lanza y Dongou, respectivamente. Mientras, el Valladolid no renunciaba a la victoria, buscando los espacios a la espalda de la defensa para desnivelar el marcador. 

Los minutos avanzaban y el plan de Lainez no daba sus frutos. Por ello, a falta de cinco minutos para el final sacó a Samaras. Con el griego sobre el terreno de juego, llegó la mejor ocasión de los locales en la segunda parte. Sin embargo, y cuando ya se cantaba el gol, Edu García lanzaba el balón por encima del larguero. No hubo tiempo para más, en un partido en el que el Zaragoza mostró una gran mejoría ante su afición.