Desde el Parque Grande, desde Fernando el Católico, Isabel la Católica o Violante de Hungría… Los imponentes focos del Estadio de La Romareda pueden vislumbrarse desde muchos puntos de la ciudad. Altos, azules y rectangulares, se alzan hacia el cielo desde 1957, año en el que La Romareda fue construida. 60 son los años que estos focos llevan alumbrando este campo, presenciando derrotas, alegrías, grandes gestas, esperanzadoras llegadas, amargas despedidas, diversos eventos y fútbol, mucho fútbol.

Necesidad de un nuevo estadio para el Real Zaragoza

El primer estadio en el que el Real Zaragoza comenzó su andadura en el fútbol español fue el Estadio de Torrero. Ante la necesidad de un campo con mayor aforo, Francisco Caballero Ibáñez, alcalde de Zaragoza, se planteó en 1941 la construcción de un nuevo estadio para el equipo.

En los años 50, ante el ahogo económico que vivía la entidad, se vendió el estadio para cancelar la deuda del club y se estableció que durante cinco años el Real Zaragoza podía seguir haciendo uso de él, hasta que el 8 de septiembre de 1957 se inauguró el Estadio de La Romareda tras nueve meses de obras y el equipo se trasladó allí.

El nombre del estadio fue en un principio preguntado a los ciudadanos de Zaragoza a modo de votación desde la publicación Zaragoza Deportiva. Estadio de Miralbueno fue el nombre elegido, pero el alcalde Luis Gómez Laguna decidió llamarlo La Romareda, lo que suscitó en un principio rechazo al tratarse de un nombre demasiado femenino. El nombre viene de la vía romana que por allí transcurría desde el siglo I: Vía Romaredum.

De titularidad municipal, con capacidad para 34.596 espectadores y con unas dimensiones de 107x68 metros, la Romareda ha sido desde entonces el feudo oficial del Real Zaragoza. Hace 16 años comenzó el vaivén de decisiones que mantenían en vilo el futuro del estadio y la que podría ser su jubilación. A día de hoy, la vieja Romareda sigue en pie, con pequeños parches que la ayudan a aguantar y le harán cumplir el próximo mes de septiembre 60 años.

Foto: Andrea Royo/VAVEL

En el punto de mira español e internacional

La Romareda se inauguró el 8 de septiembre de 1957 contra el rival por excelencia del conjunto maño: el Club Atlético Osasuna. El marcador terminó con un 4-3, otorgando la victoria a los locales. Vila fue el jugador que tuvo el honor de marcar el primer gol en el recién construido estadio.

Desde aquel encuentro, muchos equipos han pasado por la Romareda, nacionales, internacionales e incluso selecciones de otros países. Tras ocho temporadas en Segunda y 52 en Primera División, numerosos son los jugadores y equipos que han pasado por el césped del campo maño.

En 1982, España celebró el Mundial de Fútbol y Zaragoza fue elegida como una de las sedes. El feudo zaragocista pasó durante ese verano a albergar los partidos de fase de grupos del Grupo E: España, Yugoslavia, Irlanda del Norte y Honduras. Durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, el estadio de la Romareda actuó como sede de varios partidos de fase preliminar.

60 años siendo la casa del zaragocismo

Un incontable número de partidos ha jugado el Real Zaragoza en su casa, siempre arropado por su afición. Las gradas de la Romareda son, junto al terreno de juego, el lugar más importante del estadio. Lugar donde la magia ocurre y miles de voces se unen en una sola para animar a su equipo.

Foto: Andrea Royo/VAVEL

Mayores, pequeños, zaragozanos, foráneos, estudiantes, parados, con abono o con entrada; todos ellos llenan cada dos semanas la que es la casa del zaragocismo por excelencia, vestida con los colores azul y blanco, y que se llena de vida con los cánticos de los aficionados que visitan ‘el templo’ cada temporada.

Este año, el lema de la campaña de abonados es "Nos vemos en La Romareda", un claro homenaje a este viejo edificio que tantas alegrías y penas ha albergado entre sus muros. La ilusión aflora en los aficionados y se espera que este año el Real Zaragoza acabe la temporada con muchas victorias a sus espaldas y que eso se traduzca en que el próximo año La Romareda sea estadio de Primera División.​

Foto: Andrea Royo/VAVEL