El conjunto de la capital del Ebro disputaba su tercer partido liguero y su segundo a domicilio. Esta vez, el escenario era el Nuevo Arcángel de Córdoba, donde el equipo local ya había perdido su primer partido ante el Cádiz por un gol a dos. Por idéntico resultado ha caído derrotado de nuevo el Córdoba en su estadio, pero en esta ocasión frente a un Real Zaragoza con las ideas claras que, sin tener tan buen juego como contra el Granada, ha conseguido hacer efectivos dos cañonazos del gran Borja Iglesias y ha sabido mantener el resultado aún con uno menos en la recta final del partido tras la expulsión de Alberto Zapater.

El choque, como casi siempre en Segunda División, comenzaba igualado con dominio alterno. Dentro de esta igualdad, Javi Lara tuvo una buena ocasión en una falta directa al borde del área en la que  Javi Ros vio tarjeta amarilla tras un error de Zapater en un pase, que finalmente desvió la cabeza de Grippo, y menos mal. Los minutos pasaban y seguía sin haber dueño claro, aunque sí alguna buena ocasión. Esta vez era para el conjunto visitante, en un saque de esquina que, primero, cabeceó Toquero y después Zapater. El balón lo recogió Borja, pero Stefanovic puso el cuerpo y logró despejar el balón. Buen primer aviso.

En estos primeros compases, el Real Zaragoza se proponía como dueño del partido con mejores ideas y más entusiasmo y ganas. Esto tuvo su premio, pues, después de una buena jugada colectiva, el conjunto blanquillo se adelantaba en el marcador en el minuto 19 gracias a una gran acción de Borja. El ariete gallego recibió un pase de Ángel y se volvió en un gran movimiento para enganchar un extraordinario disparo que fulminó la esquina inferior izquierda de la portería de Stefanovic, quien no pudo hacer nada. Un rayo de luz en un cielo hostil.

Poco duraría esta luz y esta alegría para los aficionados zaragocistas. Tan solo tres minutos después, el Córdoba conseguía el tanto del empate, obra de Jona en el minuto 22. Jaime Romero puso un centro al que no llegó por milímetros Grippo pero que sí controló Jona para marcar casi a placer ante Ratón con un disparo cruzado. El equipo protestó esta jugada, ya que pudo haberle dado con el brazo, y Zapater vio cartulina amarilla.

Ahora la luz la veían los cordobeses, ya que, tras el empate, el conjunto local se animó en gran medida y pasó a ser el dueño del encuentro con mejores ideas y dejando al Real Zaragoza sin poder hacer casi nada hasta el descanso. De hecho, una falta botada por Javi Lara, quién si no, puso en apuros a Ratón, que no despejó bien y otra vez Jona la mandó al larguero al recoger el rechace del portero gallego. Así se llegó al descanso, con un Córdoba más vivo y animado y con un Real Zaragoza pidiendo el descanso y agradecido por llegar al intermedio con el 1-1, si bien es cierto que hasta el ecuador el dominio había sido blanquillo.

En la reanudación, los primeros compases volvían a estar tan igualados como en la primera mitad del duelo. Un activo Buff y Toquero dejaban destellos de su calidad cuando corría el minuto 60 y este último metió un gran pase para el suizo, que se inventó una buena vaselina a la que estuvo atento Stefanovic. Además, las internadas de Ángel por la banda izquierda zaragocista eran constantes debido al hueco generado por Toquero.

El león no había rugido por última vez. De un saque de banda, esa acción tan maldita para el Zaragoza el año pasado, nació el segundo gol en el minuto 68. Un incansable Toquero, irónicamente, peinó el balón para un Borja Iglesias que seguía en su habitual lucha particular con los centrales. Avanzó con el balón aprovechando el hueco dejado por Aleix Febas en la frontal y desde ahí volvió a clavar el cuero en la esquina izquierda de la portería local con otro soberbio disparo.

La esperanza volvía para los maños, que sufrían de nuevo puesto que pocos minutos después el Córdoba pudo empatar de nuevo gracias a una vaselina de Jovanovic, que se quedó solo ante Ratón. Precisamente el gallego hubo de emplearse a fondo en el minuto 80 tras un disparo duro raso de Markovic desde la frontal. Una monumental pero sobre todo fundamental parada.

El árbitro no estuvo acertado en casi ningún momento del partido y en concreto en un córner a favor del Real Zaragoza, cuando Borja Iglesias fue agarrado con claridad por un contrario. Sin embargo, sí se atrevió a mostrar la segunda amarilla a Zapater a falta de dos minutos para el final del tiempo reglamentario. Agonía y sufrimiento para el final, pues. Un final marcado por un buen Alain que supo sacar varias faltas para enfriar el partido. Con final agónico pero feliz terminaba la que era la primera victoria de la temporada, en un encuentro que se ganó por voluntad propia y por ganas el Real Zaragoza a pesar de un árbitro que no estuvo del todo acertado.