La acumulación de partidos se notaba en ambos equipos. Por parte de Natxo González, el técnico vitoriano volvió a rotar en el once, entre esas rotaciones se encontraba sorprendentemente el nombre de Giorgi Papunashvili, al que le dio una oportunidad en el once inicial, sentando a Toquero, que venía jugando un gran número de partidos. Además metió de nuevo a Oyarzun en el lateral zurdo. Por último, tras el partido en Lorca, recuperaron su puesto Eguaras y Buff.

Por otro lado, Diego Martínez también retocó en algunos aspectos su once. Donde tuvo cuatro novedades respecto al que jugó contra el Albacete.

El partido no empezó del todo bien para los locales, el líder salió con la fuerza que todo el mundo esperaba y el conjunto blanquillo era incapaz de hacerse con el control del balón.

Osasuna mandaba en el partido pero Fran Mérida derribó a Buff en el área y el colegiado señaló penalti, el cual no desaprovechó Borja Iglesias para batir fácilemente a Sergio Herrera con un potente disparo.

El Real Zaragoza no jugó bien los minutos de la primera parte cuando más tenía el balón el Osasuna. No obstante iba por delante en el marcador y en el segundo tiempo, se notó una gran mejoría en el conjunto blanquillo, el cual tuvo oportunidades de gol, además de que Cristian Álvarez estaba firmando uno de sus mejores partidos.

El conjunto zaragocista, sobreexcitado por el aliento de su grada, con más corazón que cabeza, tuvo la victoria a última hora en dos acciones consecutivas de los canteranos Raúl Guti y de Pombo, que acabó expulsado por un pisotón a Fran Mérida.

Pero la falta de fuerza física en el tramo final y de gol en determinadas situaciones, acabaron con el gol del empate de los navarros. Ambos equipos regalaron a una Romareda que estaba de fiesta un gran partido de fútbol. El cual concluyó con un Osasuna manteniendo el liderato y con un Zaragoza que cada día da mejores sensaciones.