Lunes a las 21:00h, a priori un mal día para una gran noche de fútbol, pero en este caso no va a ser así. El partido que va a enfrentar al Huesca y al Real Zaragoza está lleno de alicientes, así como estará repleto de gente el Alcoraz. Es cierto que todos partidos valen lo mismo, pero estos choques tienen algo especial, los derbis están rodeados de un ambiente diferente, en el verde se respira fútbol, rivalidad y pasión; y por ello, ambos conjuntos saldrán con todo y a por todo en el choque del próximo lunes.

Todo el mundo desea que los domingos sean eternos, que no se acaben y así no llegue el lunes, día en el que toca ir a trabajar, a la escuela, etc. Pero esta semana es diferente, y en Aragón la mayoría de las personas están contando las horas para que llegue la noche del lunes, una noche en la cual dos conjuntos buscarán una victoria que les reafirme y que les llene de moral y confianza, en definitiva, una noche en la que hay en juego algo más que tres puntos, el orgullo de la bandera de Aragón.

Pasito a pasito

La situación y el momento que vive la SD Huesca no es fruto de la casualidad, sino que es el premio al trabajo bien hecho y a la apuesta por la continuidad de lo que funciona. Muchas eran las personas que en verano auguraban un mal porvenir al conjunto oscense, y es que así podían llegar a hacerlo pensar las salidas de dos de los pilares fundamentales de la pasada campaña. Anquela, el artífice de la gran  temporada firmada y de la milagrosa entrada a los playoffs de ascenso dejaba el equipo aragonés para poner rumbo a Oviedo en busca de un nuevo proyecto; y Samu Saiz, el mejor jugador de la categoría, que se marchaba de forma sorprendente a Inglaterra, para jugar en un equipo de la misma división que el Huesca.

Con todo esto, los oscenses han sabido reinventarse y han sido capaces de configurar un conjunto capaz de aspirar a todo. Esto se demuestra con los resultados, y es que el Huesca ya acumula siete partidos consecutivos sin perder, y todavía no conoce la derrota en su feudo. Es aquí donde la SD Huesca está creciendo, en un Alcoraz que resulta inexpugnable, contando casi todos los duelos por victoria, y además, logrando sacar resultados positivos lejos de la provincia aragonesa, una "media inglesa" que le permite establecerse en los puestos nobles de la tabla.

Cucho y Melero, las principales amenazas

Muchas instrucciones va a tener que dar Natxo González a sus pupilos para poder frenar a los diversos peligros de la SD Huesca. Por encima de todos, resaltan dos nombres que podrían figurar en muchas alineaciones de la categoría de oro del fútbol español. Gonzalo Melero es uno de ellos, el centrocampista madrileño fue el mejor "fichaje" del Huesca en el mercado veraniego, y es que el futbolista acababa contrato y el conjunto oscense fue capaz de renovarlo. Ésta parece que va a ser su última temporada en la Segunda División, y es que el arranque que ha tenido Gonzalo Melero ya ha llamado la atención de muchos clubes de Primera. Sus 6 goles así lo acreditan, algo que llama mucho la atención, ya que Melero ocupa una posición en la que no se suelen marcar tantos goles. Su aportación está resultando fundamental, y ahora mismo, es un jugador insustituible en los esquemas de Rubí, un futbolista que sería titular en cualquier equipo de la categoría y que está devolviendo al Huesca todo lo que el conjunto oscense le está dando.

La otra figura que ha dejado ya con la boca abierta a muchos aficionados es la del "Cucho" Hernández. El colombiano procedente del Watford está siendo la verdadera revelación de la liga, no solo por sus goles, que ya van 5, sino por su constante aportación, una aportación que se ve en cada encuentro con su presión a las zagas contrarias, sus incansables desmarques, su gran manejo y control del esférico y su maravilloso descaro ante los defensas rivales. Si el Real Zaragoza quiere sacar algo positivo en su visita al Alcoraz, tendrá que neutralizar a estos dos futbolistas, pero también tendrá que estar muy atento a otros jugadores como Vadillo y sus regates, Gállar y su velocidad o Sastre y su gran estado de forma.