El capitán del Real Zaragoza ha sido el único que ha defendido el escudo que portaba en el pecho. Además, el de Ejea de los Caballeros anotó en la fría noche oscense su segundo gol de falta en lo que va temporada. Un gol que le devolvió la ilusión a los hinchas de su equipo, pero que duró poco debido al gol de Cucho en la siguiente jugada. Más allá del tanto, el mediocentro se vacío en el campo como viene siendo habitual. Corrió, luchó, peleó, pero esta vez Alberto estaba solo. La SD Huesca le marcó de cerca en la salida de balón, pese a no ser un especialista, sus compañeros no aparecieron para ayudarle en dicha labor y de nuevo se vio sólo.

En un partido donde la actividad ofensiva ha sido nula, solo queda mirar la parcela defensiva donde los cuatro de atrás no lo hicieron bien. Ante la falta de fútbol, cuando las cosas no salen, solo queda ponerle ganas y sentimiento a lo que haces. En la que es probablemente la peor noche de fútbol en lo que va de temporada, el “21” se mantuvo con endereza en el campo, fue el único que lo intentó. Afrontó el partido como zaragocista que es, peleando, pero la lucha de Zapater no sirvió de nada. A Alberto, como a muchos otros aficionados, se les habrá venido a la cabeza imágenes de otras temporadas, de paseos por campos de segunda.

Los aficionados blanquillos están convencidos de que su capitán será capaz de levantar esta situación. Como reflejo de este sentir, y como un zaragocista más, Alberto Zapater tiene una larga semana por delante. Será el próximo sábado cuando el equipo tenga la oportunidad de hacer olvidar esta imagen. Como siempre, el de Ejea será el apoyo del entrenador y el encargado, una vez más, y como hizo en Huesca, de trasmitir a la plantilla el significado del león que luce en la pechera de sus camisetas.

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