Por fin. Por fin una victoria en La Romareda, que llega en el mejor momento posible, ante un Rayo Vallecano que fue superior durante casi todo el duelo. El fútbol es paradójico, y por ello maravilloso. Este deporte no deja de sorprender día a día, y más esta Segunda División, cada día más igualada. Posiblemente en uno de los peores encuentros del Real Zaragoza en lo que llevamos de Liga, se consiguieron los tres puntos. Puntos que se negaron en Lugo, Oviedo o ante el Nástic, donde influyeron más factores que la falta de puntería.

El Real Zaragoza comenzó el encuentro dubitativo, sin precisión, posiblemente por la reciente y aún dolorosa debacle en Huesca. Natxo presentó hasta un total de cinco cambios en el once. Ángel, Grippo, Eguaras, Febas y Delmás. Cambios necesarios visto lo visto en Huesca. El Rayo pudo adelantarse con un mano a mano de Raúl de Tomás y varios acercamientos más, pero fue impreciso de cara a puerta.

Cuando peor se encontraba el conjunto zaragocista, un córner botado en corto acabó en un centro de Eguaras que Grippo remató a la red, estrenándose como goleador con la zamarra aragonesa. En esos momentos de duda, el Rayo seguía siendo el claro dominador del juego, si bien es cierto que sin tanta llegada como anteriormente. Pese a ello, Febas, jugador del que no puede prescindir bajo ningún concepto el Real Zaragoza, trenzo una preciosa pared con un Borja Iglesias descomunal durante todo el encuentro para acabar mandando el cuero a las mallas de la vieja Romareda. Con este resultado, distinto a lo que se había visto en el verde, se llegaba al tiempo de descanso.

La segunda parte comenzó con un cambio, el de Mikel por Verdasca, quien vio la quinta amarilla y se perderá el duelo en Almería del próximo viernes. El Rayo siguió fiel a su idea de juego, con jugadores de grandísima calidad como Embarba o de Tomás al mando, siguió llevando el control hasta que en el minuto 55 de juego el propio delantero de origen dominicano redujo distancias tras un centro lateral.

Natxo introdujo a Pombo por Febas, retrasando de este modo a Guti a la medular para dotar de mayor fortaleza al cuadro maño. No obstante, en otro error defensivo pasado el minuto 70 de partido, Trejo envió el cuero a la portería defendida por Cristian, que poco pudo hacer. El Rayo incluso tuvo alguna opción para hacer el tercero que no supo materializar.

En ese momento apareció Borja Iglesias Quintas. El delantero gallego fue una pesadilla para Ba durante todo el encuentro, y en una internada sacó un pase atrás para que Jorge Pombo marcase el tercer y definitivo gol cuando se llegaba al tramo decisivo del choque. Posiblemente este gol derrumbó al Rayo Vallecano, que vio como el Real Zaragoza le había hecho tres goles en prácticamente tres acercamientos. El Real Zaragoza incluso pudo ampliar su renta, en otra gran acción de Borja cuyo centro no encontró rematador.

Esta vez, en un partido en el que las sensaciones no fueron buenas, se lograron tres puntos fundamentales que meten de nuevo al cuadro zaragocista en la pelea por estar en los puestos de arriba. Se logró tener esa efectividad y ese punto de suerte que demandaba Natxo tras el partido de El Alcoraz, esa efectividad y ese punto de suerte que tanto le ha faltado al Real Zaragoza en su periplo en la categoría de plata de nuestro fútbol.

Tras la victoria de hoy, el cuadro de la capital aragonesa suma 18 puntos y se sitúa en la undécima posición, a cuatro puntos del Play-Off de ascenso, a la espera de que acabe la jornada. Ahora el equipo se centrará en preparar el duelo frente a la U.D. Almería del próximo viernes en el Estadio Juegos del Mediterráneo, para intentar seguir sumando y escalando posiciones en la tabla.