El Real Zaragoza necesita una victoria de cada jornada disputada; por esto el entrenador del club, Natxo González, ya había analizado todos “los déficits” y buscado “las soluciones”, solo faltaba que, “lógicamente, eso se trasladase al campo y así ha sido”. El buen juego no faltó en los blanquillos ya en el anterior partido contra el Reus, pero los goles no llegaban y por fin se ha conseguido este objetivo; con respecto a esto el técnico afirmaba que lo importante es “meter y que no te metan, es igual que sea de cualquier manera”.

Sin embargo, esto dista mucho como ya hemos visto del juego del club zaragocista, ya que a la vez Natxo González declaraba que también era esencial “mejorar a nivel defensivo y otorgar personalidad al juego para tener el balón en el campo del Molinón”. A pesar de que en algunos momentos del final del partido la tensión estaba por las nubes a causa de la presión de los de Gijón, el equipo blanquillo dominó la posesión la mayor parte del tiempo.

Uno de los momentos decisivos del partido fue un penalti en contra que consiguió despejar el guardameta, Cristian Álvarez. Natxo González “sabía que lo iba a parar”, se lo había comentado ya a “Papu, que estuviese atento al rechace” porque el balón no iba a tocar la red. El balance que hace el del partido el técnico blanquillo es de bastante completo y recalca que se consiguieron los objetivos prefijados.

Aun así, quedan cosas por mejorar; el Real Zaragoza sigue luciendo nervioso cuando el balón entra en su propia área de penalti y se debería quitar presión al guardameta impidiendo que los balones llegasen a su posición. El siguiente partido se celebrará en la Romareda el sábado 9 de diciembre, otra ocasión en la que Natxo González deberá demostrar sus habilidades como entrenador.